La 'tranquilidad ciudadana' en Cuba: cuatro meses de robos, desapariciones y asesinatos

Feminicidios, búsquedas que acaban con desaparecidos asesinados, asaltos que se cobran cada vez más víctimas... La violencia impera desde hace meses en Cuba. Pese al discurso que intenta amplificar el Gobierno, en un país donde el régimen autoritario es detentor de la violencia, son hechos que evidencian la inseguridad latente en la Isla.

La propaganda de la supuesta ética de las fuerzas policiales choca con la ausencia de una estrategia efectiva de enfrentamiento a la delincuencia. Desde perfiles en redes sociales ligados a la Seguridad del Estado y el Ministerio del Interior se busca un lavado de imagen para la Policía, cuando en esos propios espacios virtuales sobran los ejemplos en que los cubanos se toman la justicia por sus manos y muchas veces hacen el trabajo de los agentes del orden. Y, mientras no se escatiman esfuerzos dirigidos al hostigamiento de activistas y voces disidentes, la ausencia de patrullaje se salda con asaltos y robos a la luz del día.

Entre el 1 de febrero y lo que va de año, DIARIO DE CUBA ha recogido más de una docena de asesinatos, la mayoría víctimas de robos, sin contar los crímenes feminicidas cuyo número asciende a 35 en lo que va de año, de acuerdo con el subregistro de plataformas feministas independientes cubanas. Estas cifras son una pequeña muestra de lo que ocurre en Cuba y cuya real dimensión es desconocida a falta de estadísticas oficiales.

"Que la seguridad vuelva a las calles", pidió el arzobispo de Santiago de Cuba, Dionisio García Ibáñez, después de que la vivienda de los padres de un sacerdote de la Iglesia Católica en esa demarcación sufriera un asalto que casi les cuesta la vida.

"Un pueblo de mambises violentos que ante la escasez y la crisis desesperadamente no dudan de tasajear a un hermano para robarle un móvil, una bicicleta, una motorina, un TV… No valemos nada en manos inescrupulosas", lamentó el párroco santiaguero Leandro NaunHung, hijo de las víctimas.

Dos semanas antes de este hecho, el sacerdote católico y rector de la iglesia de San Francisco, en la Arquidiócesis de Santiago de Cuba, Eliosbel Pereira, fue asaltado y herido para robarle una moto.

"Sí, es algo que tiene a la población alarmada (...) y que habrá que ponerle freno a esta situación", dijo entonces García Ibáñez.

A inicios de este mes un médico cubano que ejercía su profesión en el Policlínico Cristóbal Labra del municipio de la Lisa, La Habana, reportado como desaparecido días antes, fue hallado muerto.

Personas que lo conocían pidieron justicia ante lo que comentaron podría haber ocurrido: un crimen para robar a Corrales su motocicleta.

"¿Hasta cuándo va a pasar esto, que cada día uno debe de estar con más miedo en la calle, ya hasta en su casa?", denunció el colega de un enfermero que fue encontrado muerto dentro de su casa, a finales de mayo.

José Cristóbal, enfermero de Terapia Intensiva del Hospital General Docente Enrique Cabrera, conocido como Hospital Nacional, fue asesinado presuntamente para robarle.

Pocos días antes de este caso, también en mayo, un tiroteo reportado en Centro Habana se saldó con al menos dos heridos, uno de ellos de gravedad, según publicaron varios usuarios en redes sociales, entre ellos La Página de Mauro Torres 2.0, un perfil en Facebook ligado a la Seguridad el Estado.

Como en algunos casos muy puntuales y con gran repercusión, el diario Tribuna de La Habana informó posteriormente sobre el caso, no para informar del incidente cuando ocurrió, sino para confirmar la detención de los presuntos autores.

Así ocurrió con el asesinato de tres miembros de una misma familia, una pareja y su hijo, ocurrido en mayo en Matanzas, del que publicó el portal Cubadebate y el propio Ministerio del Interior (MININT), para informar que el criminal fue detenido en la playa Jibacoa, de la provincia de Mayabeque, cuando intentaba salir del país.

"Si fuera cuestión política, le aplicarían la pena de muerte", comentaron cubanos indignados, conscientes de cómo opera el régimen a la hora de manejar la Justicia.

A finales de abril, el locutor de Radio Guantánamo David Alexis González Joseph murió víctima de la violencia que se vive en Cuba, denunciaron varios colegas de trabajo y allegados al comunicador, quienes expresaron en redes sociales su dolor ante la pérdida.

"No es un 'fallecimiento', es un asesinato y uno de los más crueles, de los tantos que suceden en nuestra tierra, que se llena de violencia cada día más", lamentó un comentarista en la publicación que hizo la emisora al respecto.

La revista independiente La Hora de Cuba informó a inicios de marzo del sexto asesinato ocurrido en la provincia de Camagüey en un mes y medio: un campesino que fue hallado sin vida el pasado lunes 27 de febrero, con heridas de machete, en el poblado La Norma, zona rural del municipio camagüeyano de Sibanicú. 

Febrero dejó varios crímenes con víctimas mortales: el guardia de seguridad de una escuela primaria en Santa Clara, Villa Clara, llamado Miguel Contino Moro, asesinado para presuntamente robar unos televisores y unas computadoras de uso; el taxista Guperto Rafael Cánovas Adán, de 72 años, dado como desaparecido y presuntamente asesinado, según una nota oficial publicada por el sitio estatal Cubadebate; Yudel López Álvarez, de 41 años, cuyo cuerpo fue descuartizado tras robarle un triciclo eléctrico en la ciudad de Camagüey, y el joven de 19 años Yanquiel Jiménez Hernández, de Jatibonico, Sancti Spíritus, acuchillado en la vía pública, cuyo agresor fue detenido y procesado junto a otros tres presuntos implicados, según informó el periódico oficial Escambray.

Cuba "se adentra en un vacío de violencias que están dañando a personas, familias, comunidades, grupos y a sectores de la sociedad civil", alertaron activistas cubanos en la "estrategia global contra la violencia en Cuba", una iniciativa cuya presentación el pasado lunes 5 de junio intentó frustrar la Seguridad del Estado cuando detuvo a Manuel Cuesta Morúa, María Mercedes Benítez y Juan Antonio Madrazo Luna. 

La iniciativa de la sociedad civil independiente apunta que la violencia y criminalidad son "opacadas por los medios de comunicación y mal disimuladas por la retórica de las autoridades".

"Esta violencia orgánica" es "preocupante para la vida y la convivencia presente y futura de Cuba" y "no abona el camino para la democracia y el respeto a los derechos humanos en una sociedad cada vez más diversa y plural", alertan.

En tal sentido, los promotores se proponen "coordinar visiones, esfuerzos y estrategias" en una alternativa de "paz, también orgánica", que les permita "trabajar en forma mancomunada hacia la pacificación social, cultural y política de la sociedad cubana".