'El cuchillo de Lichtenberg' de Alejandro Robles
Raúl Ortega AlfonsoCancún'Sus relatos breves son vertiginosos, ráfagas que atraviesan la página y dejan un orificio a través del cual es posible entrever otro mundo.'
'Sus relatos breves son vertiginosos, ráfagas que atraviesan la página y dejan un orificio a través del cual es posible entrever otro mundo.'
'No hay lector más corto de memoria que ese, para el que se escribe. Tarde para la compra y venta de derechos editoriales, tarde para lo políticamente correcto.'
'¿Es cierto que una noche estuviste con Anna Nicole Smith en New York, se bañaron juntos, hablaron de ir a la ciudad de Ginebra a comprar y te regaló cien dólares?'
'El cliente había escrito una novela de 549 páginas y, después de pagarle una fortuna, le había pedido que imprimiera la novela, para distribuirla línea a línea en las galletas de la fortuna.'
'Pero llegaron aquellos años temerarios. Donde todo escaseaba, la comida como cosa del otro mundo, lo más básico desaparecía de un modo increíble, y nada que se necesitara se conseguía fácilmente. Nada.'
'Máximo Gómez inclinó la cabeza y se tocó el ala del sombrero para saludarlos. Maceo miraba para otra parte.'
'Cómo fue que encontró este oficio, no puede recordarlo. Pero debió haber sentido algo parecido a aquellas primeras veces cuando iba a pescar.'
'Los intelectuales cubanos no sujetos a doctrinas cerradas, conmemoramos el centenario de la muerte de Franz Kafka para sugerir analogías con nuestra nación y con nosotros mismos.'
'Lo ve tan manso, en un lugar tan deprimente, triste y quejoso y quiere imaginarse que este señor no es de otro lugar.'
'Mi abuelo se había leído dos veces la novela de Hermann Melville. Se sabía de memoria los nombres de todos los tripulantes del Pequod y los países de dónde eran.'
'Rene estaba más loco que el tal Caballero de París de La Habana. Se perdía de vez en vez con sus teorías sobre marcianos, otras galaxias…, otras vidas. Era comprensible por lo que nos había tocado vivir, pienso yo.'
'En ese momento el olor del café recién colado se expandía por todos los espacios de la estación de ferrocarril del Paradero de Camarones': un fragmento de novela.
'Aquel era el rostro de su verdugo. Jamás podría olvidar esa cara. Tampoco había querido olvidarla...'
El volumen preparado por Barbarella D'Acevedo recoge 'el trabajo de escritoras cubanas que, por razones principalmente de género y ubicación geopolítica, no circulan en el campo literario con amplitud.'
'Era la primera vez que veía al premio Nobel. Si no recuerdo mal, la casa que Fidel le había dado era la casa número cinco de protocolo. ¿O era la seis?'
'La mano es pequeña, no había terminado de crecer, tiene pintadas las uñas. La mano está pudriéndose, hinchada. Los dedos están engarrotados, sucios, envueltos en la saliva del perro que trajo la mano, entre dientes.'
'Ha sido una estudiosa de los procedimientos para la muerte y sobre todo para esta que le toca ahora.'
'El librito viaja en tiempo y espacio, ligero como su peso. Nos lleva a París, donde la narración ubica los delirios de Van Gogh y Gauguin, hasta el oriente de Cuba, que ardió con la valentía de los bayameses, pasando revista a lugares olvidados de Miami.'
'De regreso a nuestra casa de siempre, nos poníamos a hablar de su marido muerto por fusilamiento. Me decía que mi padre era un tipo elegante, le gustaba beber y jugar a los gallos.'
'Sara ve a Miriam como si hubiese descubierto una postal de 1970 y se la fuera a enseñar a su profesor de Historia del Arte.'