Aprendices de brujo
Antonio Orlando RodríguezMiamiEste viernes, Antonio Orlando Rodríguez presenta una novela suya en Miami y aquí publicamos fragmentos de ella.
Este viernes, Antonio Orlando Rodríguez presenta una novela suya en Miami y aquí publicamos fragmentos de ella.
'Nuestro universo se reducía apenas a sus versos, cuando interrumpió en la próxima esquina, sin la más mínima compasión, el grito de un niño, muy pequeño al parecer, por la gritería sin forma'.
'El caníbal abre el pecho del viejo naturalista alemán y se come su corazón. Al ingerir la víscera, algo cambia en él.'
'¿Qué necesita un hombre para acabar en la fila de un albergue una hora antes de repartir el número de camas? Poco. O echar a un lado la sobriedad'.
'Algo saldrá de ahí, piensa. Un tratado filosófico sobre la noche, para que no sea leído por ninguno de los cubanos. Una novela sobre el siglo XX de Mónica, esa era antediluviana que Sebastián no conoció'.
'Lo vivías todo sofocado con un delantal puesto, y un gorro extraño en la cabeza que no sabías cómo mantener sin que te molestara. Aquí no se pierde tiempo.'
'Era una silueta hecha a líneas, semejante a la que traza la policía en el suelo cuando halla un cuerpo en la escena de un crimen'.
'Sus relatos breves son vertiginosos, ráfagas que atraviesan la página y dejan un orificio a través del cual es posible entrever otro mundo.'
'No hay lector más corto de memoria que ese, para el que se escribe. Tarde para la compra y venta de derechos editoriales, tarde para lo políticamente correcto.'
'¿Es cierto que una noche estuviste con Anna Nicole Smith en New York, se bañaron juntos, hablaron de ir a la ciudad de Ginebra a comprar y te regaló cien dólares?'
'El cliente había escrito una novela de 549 páginas y, después de pagarle una fortuna, le había pedido que imprimiera la novela, para distribuirla línea a línea en las galletas de la fortuna.'
'Pero llegaron aquellos años temerarios. Donde todo escaseaba, la comida como cosa del otro mundo, lo más básico desaparecía de un modo increíble, y nada que se necesitara se conseguía fácilmente. Nada.'
'Máximo Gómez inclinó la cabeza y se tocó el ala del sombrero para saludarlos. Maceo miraba para otra parte.'
'Cómo fue que encontró este oficio, no puede recordarlo. Pero debió haber sentido algo parecido a aquellas primeras veces cuando iba a pescar.'
'Los intelectuales cubanos no sujetos a doctrinas cerradas, conmemoramos el centenario de la muerte de Franz Kafka para sugerir analogías con nuestra nación y con nosotros mismos.'
'Lo ve tan manso, en un lugar tan deprimente, triste y quejoso y quiere imaginarse que este señor no es de otro lugar.'
'Mi abuelo se había leído dos veces la novela de Hermann Melville. Se sabía de memoria los nombres de todos los tripulantes del Pequod y los países de dónde eran.'
'Rene estaba más loco que el tal Caballero de París de La Habana. Se perdía de vez en vez con sus teorías sobre marcianos, otras galaxias…, otras vidas. Era comprensible por lo que nos había tocado vivir, pienso yo.'
'En ese momento el olor del café recién colado se expandía por todos los espacios de la estación de ferrocarril del Paradero de Camarones': un fragmento de novela.
'Aquel era el rostro de su verdugo. Jamás podría olvidar esa cara. Tampoco había querido olvidarla...'