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Resumen 2023

América Latina entre autoritarismos consolidados, democracias en riesgo e irrupción de 'outsiders'

Políticamente, en el campo internacional, 2023 fue un año estable para los regímenes de Ortega-Murillo, Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel.

Buenos Aires
Javier Milei, un 'outsider' convertido en presidente de Argentina.
Javier Milei, un 'outsider' convertido en presidente de Argentina. AP

Nicaragua, El Salvador y Argentina constituyen tres casos emblemáticos en América Latina, al hacer un balance de los procesos sociopolíticos en este 2023. En el primer país se consolidó un régimen autoritario durante este año, en el segundo las ambiciones personales del presidente debilitaron la institucionalidad democrática, mientras que el tercero simboliza el deseo de cambio de la sociedad.

No son excepciones estos tres países. Junto con la Nicaragua gobernada por la pareja presidencial de Daniel Ortega y Rosario Murillo, los regímenes no democráticos de Venezuela y Cuba constituyeron lunares autoritarios ante los cuales la comunidad internacional ha terminado por aceptarlos, para desgracia de sus sociedades.

Entretanto, la democracia está en riesgo en México, El Salvador y Chile, aunque por razones diferentes; mientras que países como Guatemala, Ecuador y Argentina escogieron nuevos presidentes este año, teniendo en común que eran ajenos a la clase política tradicional de esas naciones. Durante 2023 se dibujaron estas tres grandes tendencias en las dinámicas sociales, políticas e institucionales de la región.

En Chile el sistema político, tanto de actores de izquierda como conservadores y liberales, terminaron por fallarle a la sociedad en su deseo de contar con una nueva Constitución. El segundo plebiscito en cuestión de meses, celebrado este diciembre, dejó en evidencia el rechazo mayoritario de los chilenos a un proyecto constitucional de corte conservador y en el que se desdibujaban los derechos humanos básicos. Ya antes la sociedad chilena había rechazado en 2022 un proyecto abanderado por los factores de izquierda que pecó de farragoso y extremista.

Con dos años por delante de gestión aún, y tras fracasar notablemente en una de sus principales banderas, la de dotar a Chile de una nueva Constitución que permitiera derogar la actual que data de 1980, aprobada en plena dictadura de Augusto Pinochet, se espera un periodo cuesta arriba para el presidente Gabriel Boric después de este 2023.

"Ahora que el proceso constituyente terminó en frustración y descontento, el presidente Gabriel Boric tendrá el complejo desafío de mover pieza para liderar la respuesta de una clase política deslegitimada y desorientada", sostiene Patricio Navia, profesor de las universidades Diego Portales y de Nueva York, al ser consultado por DIARIO DE CUBA. Los actores principales de la democracia chilena han terminado por desalentar a la ciudadanía que desde 2019 se había manifestado a favor de una nueva Constitución para el país sudamericano.

Por razones distintas, la democracia salvadoreña también registró en este 2023 un periodo de riesgos y erosión institucional. En el país centroamericano el peligro se resume a un nombre, Nayib Bukele, quien en su afán de perpetuarse en el poder optó en este 2023 por inscribir su candidatura presidencial, apostando a una relección inmediata expresamente prohibida en la Constitución de 1982, emanada de los acuerdos de paz.

"Bukele es el modelo más seductor y peligroso que existe en nuestra región: muestra cómo desmantelar una democracia con apoyo popular, cómo violar derechos humanos, debilitar el Estado de derecho y buscar su reelección consecutiva en abierta violación de la Constitución", resume el experto Daniel Zovatto, exdirector para América Latina del instituto Idea Internacional, al comentar para DIARIO DE CUBA el año vivido en El Salvador.

Entretanto, México observó en este 2023 cómo las diferentes maniobras del presidente Andrés Manuel López Obrador allanaron la elección de Claudia Sheinbaum, la favorita del mandatario, como candidata presidencial de Morena, el partido oficialista. La campaña de cara a la elección presidencial del 1 de julio de 2024, arrancó casi un año antes y en la primera etapa dejó al desnudo como ese favoritismo presidencial se ha traducido en el uso de los recursos públicos en aras de favorecer una parcialidad política.

AMLO, como se suele llamar al presidente mexicano por su acrónimo, no optó por reformar la Constitución que también prohíbe la relección inmediata, pero se ha jugado la carta de una sucesora que según él le dará continuidad a su proceso de transformaciones sociales e institucionales.

Por su parte, los actores extrarregionales más activos en promover la agenda de democracia y derechos humanos, como son EEUU, Canadá y la Unión Europea, optaron este año por aceptar el estatus quo en los tres países latinoamericanos y caribeños abiertamente autoritarios. No fue 2023 un año de tensiones entre Washington, Ottawa y Bruselas contra las dictaduras de la región, más allá de las declaraciones oficiales e informes habituales, que suelen emitirse por parte de las democracias occidentales y que no hicieron otra cosa, en 2023, que ratificar la falta de libertades en esas naciones.

Políticamente, en el campo internacional, fue un año estable para los regímenes de Ortega-Murillo, Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel. El año 2023 cerró incluso con la devolución a Caracas del considerado testaferro del chavismo, el colombiano Alex Saab, fruto de las conversaciones directas entre la Casa Blanca y el Palacio de Miraflores.

En Managua, además de continuar con la detención de prelados católicos y la expulsión de organismos internacionales, el sandinismo persiguió en 2023 a los organizadores de un concurso de belleza, luego de que una joven nicaragüense, Sheynnis Palacios, quien participó de las protestas opositoras en 2018, fuese coronada como Miss Universo.

Este caso del certamen de belleza y la respuesta autoritaria del régimen, en el contexto de otras situaciones de represión y persecución, según el sociólogo Douglas Castro forma parte "de un marco de un proyecto dinástico de clara vocación totalitaria que está tratando de crear una sociedad completamente controlada por el Estado-familia-Partido".

Finalmente, en 2023, en medio de deseos de cambio, las sociedades de Guatemala, Ecuador y Argentina optaron por llevar a outsiders a las presidencias de estos tres países, disímiles en sus dimensiones y ubicación geográfica, pero unidos por el hartazgo con la clase política tradicional.

Si bien son muy distintos en lo ideológico figuras como Bernardo Arévalo (Guatemala, izquierda moderada), Daniel Noboa (Ecuador, centro) y Javier Milei (Argentina, liberal), este trío simbolizó en 2023 la apuesta de esas sociedades por figuras que no formaran parte del establishment político tradicional y encarnan, cada uno con su estilo y propuestas, la esperanza de que haya un Gobierno diferente a lo ya conocido.

Aunque aún es temprano para evaluar a las administraciones de Quito y Buenos Aires, mientras que la transición guatemalteca será en enero, en su conjunto constituyen vientos de cambio en América Latina, y cada uno con sus acentos pondrán a prueba a sus respectivos sistemas políticos e institucionales en 2024.

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5 comentarios

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Además, con la eliminación de las pandas de criminales, El Gobierno Bukele dio respuesta a la necesidad del pueblo de El Salvador de estabilidad y paz, al mismo tiempo que emprendió una cruzada en serio contra la corrupción y el enriquecimiento por Robo de todos los funcionarios y ex-presidentes, que andan huyendo uno de ellos exilado bajo el Ala del asesino y Rey de Nicaragua Daniel Ortega. Hay mucho mas que decir del buen Gobierno de Bukele pero como todo lo humano no perfecto y debe tener sus defectos. pero es de momento el mejor Gobierno que existe en Centro América en estos momentos y si el pueblo lo vota no hay moldes de democracia prefabricada por catedráticos brillantes que valgan.

Quiero acotar que el Sr. Daniel Zovatto, tiene un altisimo nivel academico, sobre temas de gobernabilidad, democracia y derechos humanos, y toda una vida dedicada al tema pero ni siquiera por aproximación llega a ver qué el peligro para la democracia del Salvador no es Bukele, sino la defenestrada casta de politiqueros ladrones y corruptos, del FMLN Y ARENA creadores y alentadores de las pandillas llamadas maras que pusieron al país en un estado catastrófico. Bukele no accedió al poder por un Golpe de Estado, sino fue el resultado de un voto de castigo a la supuesta democracia que durante años asesinó a miles de Salvadoreños, primero en una guerra y después con las Maras, Gobiernos que pactaron y le dieron voz a las pandas de asesinos, ante el silencio cómplice de todas las organizaciones de Derechos Humanos, un cáncer que querian curar con aspirinas, los partidos tradicionales no han sido eliminados por Bukele sino que se han destruido por falta de las bases de apoyo popular,

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Si el articulista le dedicara 1/3 de sus textos parcializados a denunciar las narco tiranías latinoamericanas, tal vez ganaría un poco de credibilidad, pero no, pues esos regímenes son comunistas y por tanto más cerca del socialismo (anti)democrático que estos intelectuales tanto defienden.

Con todo respeto, señor Cañizares, el presidente Bukele de El Salvador goza de una popularidad que no ha tenido probablemente ningún otro presidente de America Latina en toda su historia. Es más, puede que Bukele sea quien saque a El Salvador de su bicentenario letargo y abra el camino para su desarollo sicioeconómico. A la realidad hay que enfrentarla tal y como es. Cuando no hay institucionalidad democratica hay que crearla, primero, con curas de caballo.