El despliegue tecnológico para el uso de las tarjetas rusas MIR como medio de pago en Cuba arrancó la semana pasada, anunció en su cuenta de la red social X, Juan Carlos García Granda, ministro de Turismo, una medida que, según varios analistas, pone en evidencia el alcance de la injerencia rusa en la Isla.
El proceso para la implementación se extenderá de forma gradual a todo el país, comenzando en instalaciones turísticas de La Habana, Varadero y cayos de Ciego de Ávila y Camagüey, dijo García Granda, citado por el diario oficial Granma.
Según la oficial Prensa Latina, el plan es cerrar 2023 con el servicio en vigor en la mayor parte de las instalaciones del sector turístico, cadenas de tiendas y servicentros de toda Cuba. El medio informó que las tarjetas del sistema de pagos ruso MIR ya se pueden utilizar en los cajeros automáticos de los bancos cubanos.
Hace poco más de un mes, el oligarca Boris Titov, presidente del Consejo Empresarial ruso-cubano y apoderado del Kremlin para desarrollar sus inversiones en la Isla, estuvo en La Habana, donde fue recibido por Miguel Díaz-Canel. Titov chequeó algunos supuestos avances relacionados con la denominada Cubastroika que no han significado en realidad ninguna mejoría a la crisis generalizada que padece la Isla.
Durante ese viaje Titov celebró, en declaraciones a la agencia rusa Tass, que "en un futuro próximo en Cuba será posible pagar en rublos con la tarjeta MIR". Este sistema pretende sortear las sanciones de Washington a Moscú y La Habana. También busca "satisfacer las necesidades de turistas y empresarios de Rusia en Cuba", señaló Prensa Latina.
Para el analista y exdiplomático cubano Juan Antonio Blanco, "esto no va a cambiar para nada la situación económica de Cuba".
"Lo que va a hacer es crear cuentas en rublos en Cuba con las cuales las compañías cubanas podrán liquidar —si es que lo hacen, porque nunca pagan— cuentas a las empresas rusas, y demás, en esa misma moneda, pero en realidad esa no es la idea. La idea es ir creando las condiciones para ver si en los cubanos logran buscar tontos útiles suficientes que les abran las puertas de las cuentas bancarias a MIPYMES en Estados Unidos", dijo Blanco a Martí Noticias.
"Entonces sí pueden evadir las sanciones, tanto Rusia como Cuba, porque, sobre todo si quitan a Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo, le quitan todos los filtros que tienen los movimientos de los flujos bancarios de Cuba, y eso es lo que realmente están buscando. Ese sería el logro real", dijo.
Por su parte, el economista Orlando Freire Santana consideró que la autorización del uso de las tarjetas MIR en Cuba tiene como objetivo primordial la captación de turistas rusos.
"Si ellos pueden utilizar sus tarjetas MIR, entonces ya les sería más fácil, y el Gobierno cubano captaría al turista ruso, que le hace mucha falta, porque los ingresos por la industria turística cubana están en baja", dijo.
Rusia tiene el tercer lugar entre los países emisores de viajeros hacia Cuba.
En opinión de Freire Santana, la medida, "más que nada, lo que hace es afianzar la dominación rusa sobre la economía cubana".
"Cada vez el dominio ruso, la participación rusa en todas las ramas de la economía cubana va en aumento. Entonces las relaciones económico-comerciales ruso cubanas deberán alcanzar el mismo nivel que las relaciones políticas y las relaciones políticas tanto de Cuba como Nicaragua y Venezuela marchan al compás de la geopolítica del Kremlin", afirmó Freire Santana.
Para el politólogo y opositor cubano Manuel Cuesta Morúa, lo que está sucediendo ahora es la segunda parte de lo que ocurrió tras el arribo de Fidel Castro al poder: "la subordinación, la pérdida de autonomía de Cuba en las relaciones internacionales y la dependencia siempre de alguna que otra potencia".
"Contrario al discurso que se ha asumido de soberanía nacional, parece que el modelo autoritario cubano no puede vivir sin la subordinación a alguna potencia, y ahora, con Rusia, volvemos a entrar en ese camino de pérdida de soberanía", dijo a Martí Noticias.
Sobre este modelo de injerencia ruso, explicó que el Kremlin tiene "estados tapones, fuertes esferas de influencia a las que les diseña no solo su política exterior".
"Ahí está el caso del Gobierno cubano, apoyando, sin fisuras, la invasión rusa de Ucrania, pero, al mismo tiempo, también diseñando el modelo económico, ahí está la Fundación Stolypin, que es la que está definiendo el modelo de economía que Cuba va a asumir, un modelo basado en el esquema oligárquico ruso de una familia controlando los espacios económicos y los intereses económicos claves y estratégicos del país, y sobre la maquinaria y el esquema de cómo controlar a la sociedad. Ahí están las visitas repetidas de funcionarios del Ministerio de Interior ruso a Cuba, reunidos con la cúpula cubana", señaló Cuesta Morúa.
En opinión del activista, parte de ese control económico es la exportación del modelo de financiación que existe en Rusia a través del sistema MIR de tarjetas, una medida que facilita "una especie de control, no solo de los consumidores, no solo de las transacciones económicas fundamentales de la sociedad, sino también el control de la ciudadanía a través de este modelo".
Moscú se ha convertido en uno de los apoyos esenciales del régimen cubano. Su auxilio se ha vuelto más frecuente a medida que se ha estrechado la alianza política y militar. Recientemente, el Gobierno de Rusia aseguró que proseguirá la entrega de "ayuda humanitaria" a Cuba en el espíritu de la "asociación estratégica" entre Moscú y La Habana. En el caso del régimen de la Isla, este ha apoyado al Kremlin en su invasión de Ucrania tanto en foros internacionales como difundiendo la propaganda rusa en torno al conflicto.
Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro recibieron el miércoles al ministro ruso del Interior, Vladímir Kolokoltsev, quien llegó a La Habana el lunes. Ni Díaz-Canel ni el general abordaron el tema de los cubanos contratados por el Ejercito ruso con el funcionario del Kremlin, a juzgar por los parcos reportes de la prensa oficial.
Financiamiento ruso impulsa numerosos proyectos prioritarios para el régimen. Las donaciones rusas van desde petróleo hasta alimentos y las autoridades de ese país aplazaron hasta 2027 el pago de una deuda de 2.300 millones de dólares más intereses.
Rusia concedió al Gobierno de Cuba otra prórroga hasta 2040 de los pagos de un préstamo para la construcción de una central eléctrica que nunca vio la luz, y sobre cuyo destino La Habana nunca ha rendido cuentas.
La verdad es que no me queda claro si la mafia cubana espera refugiarse en la gran rusia o la mafia rusa espera esconderse en el recóndito caribe.
Estoy curioso en saber cuánto tiempo van a durar el cambalache de las tarjetas rusas. Acepto apuestas.
Los dolaritos de los mipymeros convertidos a rublos y listos para lavar.