Más de 100 mujeres con condenas penales por motivaciones políticas, más de 50 víctimas mortales de violencia machista, seres sobre las que cae todo el peso del hogar y de los cuidados en medio de la emigración y de la precarización generalizada de la vida, madres que en medio de la estigmatización y la criminalización de la protesta salen a manifestar su malestar, a exigir soluciones y responsabilidades a las autoridades; así ha sido el panorama para las cubanas este 2024, cuando, además, los supuestos "avances" en materia de derechos femeninos del Gobierno estuvieron bajo el escrutinio del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW, sus cifras en inglés).
Mujeres en prisión de conciencia
El número total de mujeres actualmente privadas de libertad, incluidas aquellas bajo medidas de limitación de libertad, asciende a 119, según los registros de Prisoners Defenders. La situación descrita por las presas y denunciada ante la ONU por organizaciones de derechos humanos es degradante. Actualmente, 31 mujeres prisioneras de conciencia padecen de enfermedades graves, profundizadas por la negación de tratamiento médico y medicamentos esenciales para dichas patologías en medio de ambientes insalubres.
Prisioneras como Sayli Navarro o Sissy Abascal, detenidas durante las protestas del 11J, han sufrido este año privación de comunicación con la familia, negación de beneficios carcelarios como pases, humillación, degradación y maltrato verbal, amenazas a ellas, su integridad, su seguridad y la de sus seres queridos, privación de medicamentos, pruebas diagnósticas, tratamientos y alimentos.
A Navarro, en la Prisión de Mujeres de Matanzas, La Bellotex, recientemente le ocuparon su diario personal y unas fotos familiares y las autoridades carcelarias se han mostrado indolentes por la situación de salud de la joven. Su madre, la activista y Dama de Blanco Sonia Álvarez explicó que su hija presentó dolores desde la espalda hasta el estómago. La doctora le indicó un ultrasonido, pero casi diez días después no se lo habían hecho.
"Están incumpliendo con el reglamento, lo mismo con las visitas que con las llamadas", y "la están llevando a la visita de su papá (el también preso político Félix Navarro) cuando ellos lo entienden, y no cada 15 días, que es cuando deben dárselas", denunció Álvarez.
La presa política Lizandra Góngora, madre de cinco, condenada a 14 años de prisión por su participación en el 11J, fue trasladada a una prisión de máxima seguridad en la Isla de la Juventud, a más de 150 kilómetros de su familia que residen en La Habana. Este 17 de diciembre uno de sus hijos se postró ante San Lázaro, se cortó el pelo y pidió por el regreso definitivo de su madre al hogar.
Represión en las calles
Las defensoras de derechos humanos en Cuba, incluidas periodistas, activistas, mujeres que protestan por la situación económica y defensoras de derechos LGBTIQ+ han enfrentado este 2024 amenazas, violencia, acoso, intimidación, criminalización, represalias y detenciones arbitrarias.
Los ejemplos más visibles de esta situación son los casos de Berta Soler, líder de las Damas de Blanco, detenida cada domingo que se manifiesta por la liberación de los presos políticos cubanos y de las intelectuales cubanas Alina Bárbara López Hernández y Jenny Pantoja, detenidas, brutalmente golpeadas y con causas penales abiertas por ejercer el derecho a la protesta cívica los 18 de cada mes. Ambas intentan salir a los parques de Matanzas y La Habana por "una Asamblea Nacional Constituyente elegida democráticamente para redactar una nueva Constitución aplicable en todas sus partes; porque el Estado no se desentienda de la crítica situación de ancianos, jubilados, pensionados y familias que están en pobreza extrema; por la libertad para los presos políticos sin exilio obligatorio y por el cese del hostigamiento a personas que ejercen su libertad de expresión".
Violencia machista
El año cierra con casi 60 casos de feminicidios. El 19 de diciembre las plataformas femeninas Yo Sí Te Creo en Cuba y el Observatorio de Género de Alas Tensas añadieron dos nuevos nombres al subregistro de víctimas mortales de violencia machista. Según la denuncia compartida en las redes sociales, "Eglis Pacheco López, de 37 años, fue víctima de robo y feminicidio sexual en su hogar, en la ciudad de Santiago de Cuba, a manos de una persona o varias personas sin identificar, entre el 26 y 27 de noviembre". El segundo caso fue el de una adolescente de 15 años también en Santiago de Cuba, de nombre Deyanira, asesinada por su pareja en la madrugada del primero de noviembre, en la vía pública.
Ambas organizaciones precisaron que hasta ese día pudieron verificar 55 feminicidios, ocho intentos de feminicidio y seis casos que necesitan acceso a la investigación policial para precisar sus móviles.
A finales de octubre, el CEDAW emitió sus observaciones finales sobre el noveno informe periódico de Cuba y requirió al Gobierno atención urgente a algunos asuntos sobre la situación de las mujeres en la Isla.
Entre los numerosos apuntes realizados, el CEDAW alertó de "altos niveles de violencia de género, con un elevado número de feminicidios y agresiones, falta de refugios para víctimas, ausencia de una ley integral que cubra todas las formas de violencia". En Cuba el delito de feminicidio no está tipificado en ninguna de sus leyes.
El Comité también lamentó que las organizaciones no gubernamentales, como YSTC y OGAT, enfrentan restricciones severas. La Ley de Asociaciones impide la creación de asociaciones independientes de mujeres y el Código Penal criminaliza la financiación extranjera de estas.
Situación social
Las mujeres han soportado este año una enorme sobrecarga en medio de la crítica situación económica, social y política que padece la Isla. Han sido ellas las que se han llevado la peor parte del cierre total de los derechos civiles, vía represión y amedrentamiento, y de la depauperación total de los servicios sociales que décadas atrás constituían el centro del contrato social cubano, en particular la salud y el acceso a la alimentación.
Encuestas como las del panel publicado por Cubadata, en septiembre, han mostrado, además, una serie de vulnerabilidades, como la mayor predominancia de enfermedades, puede estar asociado a la propia sobrecarga en las labores de cuidado y las difíciles condiciones de vida que enfrentan las mujeres, golpeadas además por la emigración.
Han sido estas mujeres las que con más frecuencia han salido a protestar este año en Cuba, tanto en el espacio físico como en el virtual, en reclamo de comida, medicamentos, agua y contra el insostenible ritmo de los apagones.
En enero, una madre con cinco hijos se presentó en la casa de Miguel Díaz-Canel en reclamo de un lugar digno donde vivir. Uno de sus hijos estaba enfermo y no recibía los medicamentos necesarios. En abril, otro grupo se plantó ante la casa del gobernante para exigir soluciones para el hambre de ellas y sus hijos y por un techo para estar protegidas. En mayo, otras siete cubanas, algunas que no fueron escuchadas por Díaz-Canel, reclamaron una solución al Gobierno de Marianao para sus problemas de vivienda, y en Pinar del Río otras cuatro con sus pequeños en brazos hicieron lo mismo en la sede oficial provincial.
En el verano los apagones que ya se hacían sentir en meses anteriores empeoraron la vida y la falta de servicio eléctrico y agua sacaron a cientos a las calles a protestar. Las manifestaciones fueron a más tras los colapsos totales energéticos en octubre y noviembre.
Hasta noviembre Justicia 11J pudo documentar 248 protestas en el espacio público, algunas "significativas". Dentro de las manifestaciones masivas la ONG pudo verificar 16 y dentro de las grupales 113. Dentro del monitoreo de las personas que han sido detenidas Justicia 11J contó 62 personas, de las cuales 54 están recluidas, y seis de ellas son mujeres.
2024 en Cuba cierra con una Constitución cubana que sigue careciendo de una definición exhaustiva de "discriminación contra la mujer" y una legislación que no aborda adecuadamente la discriminación interseccional que afecta especialmente a mujeres rurales, afrodescendientes, con discapacidad y LGBTIQ+.
Entre sus sugerencias a La Habana en octubre de este año, el CEDAW pidió prestar atención al hecho de que "las mujeres y niñas afrodescendientes enfrentan discriminación sistémica e interseccional, violencia de género, altas tasas de pobreza, mayores índices de detención y representación política limitada" y que "las niñas enfrentan discriminación en educación, incluida la deserción escolar por embarazos tempranos y el acceso limitado a internet, afectando especialmente a niñas en zonas rurales y en situación de pobreza".
"El acceso limitado a anticonceptivos y la escasez de medicamentos afectan la salud de las mujeres, con obstáculos adicionales para aquellas que viven en zonas rurales y no pueden acceder a productos básicos", añadió.
Para cerrar 2024, ante una de las crisis humanitarias más graves en más de un siglo en Cuba y con la urgencia de "poner fin a la destrucción de la familia cubana" a manos del régimen de la Isla, nació el movimiento de la sociedad civil independiente cubana Mujeres por el Cambio. En su programa constituyente mujeres de dentro y fuera de la Isla hacen "un llamado urgente a la acción".
El cubano de hoy día es guapo de pipa de cerveza y maltratar a las mujeres, cuando el guarapito le dice "calne e ientiad" se ponen mas derechos que una vela.
Esos cantos de emancipación de la mujer cuando lo que hace en Cuba es libertad y democracia, me suenan a “diversionismo ideológico”.
Me parece que la violencia machista, con todas sus nefastas consecuencias sobre las mujeres, es un asunto que no se equipara a la grave situación alimentaria, a la represión o a los grave problemas sociales de la Cuba actual. Porque aun cuando en general recaen sobre las mujeres y sus hijos las escaseces y vicisitudes de la vida cotidiana, estos problemas unido a la represión no dejan de afectar a todos los ciudadanos, independiente del género o la raza, basta para ser reprimido enfrentarse al régimen, como se ha visto en jóvenes de ambos sexos que no llegaban a la edad adulta cuando fueron sancionados a prisión. La violencia machista se la puede quitar una mujer de encima si comienza por adquirir conciencia de ello, lo demás no, ya que es el Estado quien lo propicia y desarrolla. El Estado bien pudiera contribuir a crear casas de amparo para las mujeres y sus hijos, u organizaciones de la sociedad civil si en Cuba fueran permitidas, ya que la FMC no se ocupa de este problema