Una proporción considerable de cubanos encuestados (60,6%) tiene en sus hogares a al menos una persona que requiere cuidado continuo y más de dos tercios convive con al menos un adulto mayor de 65 años, lo que indica una necesidad sustancial de apoyo en el cuidado de los ancianos, ha revelado el proyecto Cubadata.
Estos datos forman parte del estudio Explorando futuros posibles para la democratización en Cuba, de la encuestadora independiente, fruto de seis encuestas realizadas entre septiembre de 2023 y febrero de 2024, en las que participaron 10.248 personas de toda la Isla, de ellas 4.552 panelistas, es decir, individuos a los que se preguntó cada mes.
Los resultados revelan una emergencia crítica en este tema, en el cual las mujeres reportan una carga desproporcionada en comparación con los hombres, especialmente en términos de rechazar ofertas de trabajo (29% vs. 19,6%), dejar de buscar empleo (16,7% vs. 9,6%), y abandonar sus trabajos (29,3% vs. 19,2%).
Un mayor porcentaje de mujeres encuestadas reporta también que su salud ha sido afectada debido a las responsabilidades de cuidado. Las mujeres también enfrentan más interrupciones en su educación, lo que puede tener consecuencias a largo plazo en su potencial de ingresos y avance profesional. Para el investigador Arístides A. Vara Horna, estas diferencias de género reflejan las expectativas sociales y culturales en Cuba, donde las mujeres suelen asumir una mayor parte de las responsabilidades de cuidado.
Los datos evidencian también variabilidad en las responsabilidades de cuidado según la identificación ideológica en Cuba. Aunque los mayores porcentajes reportados están en los grupos "otra ideología" y "liberal o promercado", las demandas de cuidado son una realidad común que requiere atención en todas las ideologías.
Los socialistas reformistas y aquellos con otra ideología reportan altas necesidades de cuidados para ancianos y una significativa observación de pobreza entre los adultos mayores. "Esto puede indicar una mayor sensibilidad y conciencia de las necesidades de los ancianos y una crítica hacia las deficiencias del sistema de apoyo. Estos grupos parecen estar más atentos a las carencias en el cuidado de los adultos mayores, lo cual podría influir en sus perspectivas políticas y su demanda de reformas en los servicios de cuidado y apoyo social", considera Vara Horna.
La convivencia con dos o más adultos mayores es más común entre los centristas o neutrales y aquellos con otra ideología, lo que refleja una alta carga de cuidado en estos hogares. Esta convivencia puede tener implicaciones significativas para la salud y el bienestar de los cuidadores. "La necesidad de gestionar múltiples responsabilidades de cuidado puede llevar a un mayor estrés y a la reducción de oportunidades económicas y personales para los cuidadores, quienes a menudo son mujeres", añade la investigación.
La observación de adultos mayores pobres es más alta entre los no identificados con ninguna ideología y los liberales o promercado, lo que, en opinión del analista, "puede indicar una percepción más crítica de las condiciones de vida de los ancianos y una posible demanda de políticas más efectivas. Estos grupos podrían estar más inclinados a abogar por políticas que mejoren las condiciones de vida y el apoyo para los adultos mayores, lo que refleja una mayor conciencia de las deficiencias actuales y una búsqueda de soluciones estructurales".
"La alta prevalencia de necesidades de cuidado y la observación de pobreza entre los adultos mayores subrayan la necesidad urgente de políticas inclusivas y efectivas que apoyen a los cuidadores. Estas políticas deben abordar las diversas necesidades de las familias cubanas, independientemente de su identificación ideológica, para mejorar la calidad de vida y fomentar una participación más equitativa en la sociedad", sugiere Cubadata.
Apunta que "la atención a estas responsabilidades es crucial no solo para el bienestar de los adultos mayores y otras personas que requieren cuidado, sino también para aliviar la carga sobre los cuidadores y favorecer su participación en la vida económica y social".
Autocuidado
Otra dimensión crítica de los cuidados es el autocuidado, según el estudio de Cubadata. En este caso, los autocuidados siguen un patrón inverso a los cuidados familiares. Se observa que la participación en actividades comunitarias de bienestar y conexión es notablemente alta entre aquellos que se identifican como firmemente socialistas (44%). Este grupo también muestra una mayor tendencia a practicar técnicas de autocuidado (84%) y a obtener atención médica especializada en salud sexual y reproductiva (43,8%) y acceso a anticonceptivos y preservativos.
Los datos sugieren que aquellos que se identifican con ideologías socialistas tienen mayor acceso o recurren más a los servicios de salud estatales. En contraste, los grupos centristas o neutrales, y aquellos con otra ideología, muestran niveles más bajos de obtención de atención médica especializada (12,1% y 3,6%, respectivamente).
En el mismo sentido, el acceso a preservativos y anticonceptivos cuando los han necesitado es relativamente bajo en todos los grupos, pero ligeramente más accesible para los socialistas firmes (40% y 38,9%, respectivamente). Los liberales o promercado, aunque tienen una participación relativamente alta en actividades de autocuidado (65,3%) y bienestar comunitario (21,1 %), muestran una menor tendencia a obtener atención médica especializada en salud sexual y reproductiva (13,7 %).
El análisis de los datos revela una relación inversa significativa entre la práctica de técnicas de autocuidado y la cantidad de familiares que requieren cuidado continuo, en función de la posición ideológica en Cuba, con mayor perjuicio para los grupos identificados con otra ideología y liberal promercado. La carga de cuidados familiares tiene un impacto directo en la capacidad para practicar el autocuidado. Las personas con mayores responsabilidades de cuidado familiar tienen menos tiempo y recursos para dedicarse al autocuidado, lo que explica la relación inversa observada, precisa el autor de la investigación.
Una posible explicación de esta relación inversa puede estar en el acceso a servicios y recursos. Los individuos firmemente socialistas y socialistas reformistas podrían tener mejor acceso a servicios de salud y bienestar proporcionados por el Estado lo que facilita el autocuidado y reduce la carga de cuidados familiares. Por otro lado, los centristas y otros grupos pueden tener menos acceso a estos servicios, lo que los obliga a asumir más responsabilidades de cuidado familiar y reduce su capacidad para dedicarse al autocuidado.
Las prioridades y valores ideológicos también influyen. En opinión de Vara Horna, "los socialistas, que priorizan el bienestar comunitario y la solidaridad, pueden ver el autocuidado como parte de un esfuerzo colectivo para mantener la salud y el bienestar. En contraste, los centristas y liberales pueden tener valores más individualistas, que los lleven a priorizar la autosuficiencia, pero las limitaciones económicas y la falta de recursos pueden obligarlos a asumir más responsabilidades de cuidado familiar".
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