Si bien los problemas económicos siguen siendo una motivación importante, los cubanos también protestan por mayores derechos civiles, transparencia gubernamental y mejores servicios públicos, revela el estudio Explorando futuros posibles para la democratización en Cuba, de la encuestadora independiente Cubadata, que derrumba el mito de la protesta exclusivamente por razones económicas.
"Esto indica un cambio cultural significativo, donde las preocupaciones por la justicia social, la equidad y la integridad gubernamental también juegan un papel crucial en la movilización ciudadana", considera el investigador Arístides A. Vara Horna, quien se basa en los resultados de seis encuestas realizadas entre septiembre de 2023 y febrero de 2024. En estos sondeos participaron 10.248 personas de toda la Isla; de ellas, 4.552 panelistas, es decir, individuos a los que se preguntó cada mes.
En el segundo panel multidimensional de Cubadata el 37,8% de los encuestados revela haber participado alguna vez en una protesta en Cuba (una cifra que llega a ser mayor, hasta casi un 52%, si se incluyen los distintos tipos de protesta). De ese 37,8%, un tercio ha participado solo una vez (36,5%), mientras que los demás son participantes recurrentes (63,5%).
Aunque los encuestados que se definen como liberales promercado y aquellos con otras ideologías tienen tasas más altas de participación (49,5% y 56,7%, respectivamente), también hay una participación significativa de socialistas reformistas (25%), centristas y neutrales (34,6%).
La menor participación de los firmemente socialistas (15,4 %) indica un apoyo relativamente fuerte entre ellos al sistema actual, pero también muestra que incluso en este grupo hay un segmento dispuesto a protestar, posiblemente por la necesidad de mejoras dentro del mismo sistema.
Para el investigador, "las protestas en Cuba no pueden ser reducidas a una simple lucha entre socialistas y capitalistas: reflejan una amplia gama de demandas y aspiraciones".
Vara Horna también opina que "aunque la ausencia de una identidad política unificada entre los manifestantes puede complicar la articulación de demandas coherentes y la formación de un movimiento de protesta cohesivo, también puede indicar una oportunidad para construir coaliciones amplias basadas en intereses compartidos".
Según el especialista, el análisis de los indicadores de participación en protestas civiles (compartir opiniones en redes sociales, firmar peticiones en línea, asistir a reuniones de planificación) más allá de las formas tradicionales revela que la involucración en actividades de protesta es más amplia de lo que indican las autodeclaraciones. Considerando esto, el estudio revela que el 51,7% de encuestados ha participado en alguna manifestación de protesta civil, una cifra muy superior al 37,8% autodeclarado.
Fuertes predictores de la participación en protestas en Cuba
Las encuestas que integran el estudio revelaron que las personas más resilientes tienen una menor probabilidad de participar en protestas, con una disminución del 4,4% en la probabilidad de participación, posiblemente debido a su capacidad de adaptación a las adversidades, estima Varna Horna. "En el contexto cubano, estas personas pueden encontrar formas alternativas de enfrentar los problemas, para evitar la confrontación directa con las autoridades".
La autodeterminación reduce la probabilidad de participación en protestas en un 10,2%, lo que sugiere una preferencia por soluciones individuales. Las personas con alta autodeterminación tienden a confiar en su capacidad para manejar su vida de manera independiente y buscan soluciones individuales a sus problemas, según el análisis de Cubadata.
Por otra parte, la percepción de una respuesta agresiva del Gobierno disminuye ligeramente la probabilidad de participación en protestas en un 1%. Es más potente el miedo a la victimización, la cual reduce la probabilidad de participación en protestas en un 6,5%.
La autonomía aumenta en un 28% la probabilidad de participar en protestas, lo que subraya la importancia de la percepción de control personal en la movilización social.
Las mujeres cubanas tienen un 41,7 % más de probabilidad de participar en protestas en comparación con los hombres, lo que refleja potencialmente una mayor insatisfacción. El estudio destaca que una variable ligada a las mujeres por razones histórico-culturales son las obligaciones de cuidado.
Las personas que enfrentan impactos negativos de los cuidados tienen diez veces más probabilidades de participar en protestas, lo que indica un aumento del 1.012% en la probabilidad de participación. "Esto sugiere que las responsabilidades de cuidado que afectan la productividad y el empleo son un fuerte motivador para la protesta. Las responsabilidades de cuidado que afectan negativamente la productividad pueden generar altos niveles de estrés y frustración. En Cuba, donde el acceso a servicios de apoyo es limitado, estas personas pueden sentir una urgencia mayor para protestar y demandar mejoras en sus condiciones de vida y apoyo social", señala.
El autor del estudio recuerda que Cuba tiene un historial de represión contra los manifestantes. Por eso, considera que la amenaza de arrestos, violencia policial y otras formas de represalia estatal pueden disuadir incluso a aquellos con una fuerte intención de participar en protestas.
"La intimidación y el miedo a la represión pueden ser suficientes para que muchas personas con la intención de protestar finalmente no lo hagan. Las personas pueden enfrentar sanciones sociales, como la estigmatización o el ostracismo, lo que puede hacer que reconsideren su participación en protestas. Además, los manifestantes pueden arriesgarse a perder sus empleos o enfrentar otras repercusiones económicas, lo que puede ser un disuasivo poderoso", añade.
"La falta de recursos y una infraestructura débil para la organización de protestas pueden hacer que las personas, a pesar de tener la intención, no encuentren los medios para participar efectivamente. Las redes de movilización social en Cuba pueden estar menos desarrolladas, lo que dificulta la conversión de la intención en acción", advierte.
También considera que en contextos donde la adaptación a la adversidad es una norma cultural, las personas pueden preferir resolver sus problemas de manera individual en lugar de participar en protestas colectivas y la resiliencia (que manifestó un 73,4% de los participantes en los sondeos), por otra parte, puede llevar a una aceptación pasiva de las condiciones adversas, lo que reduce la probabilidad de participación en acciones de protesta.
Por último, Vara Horna se refiere al control estatal sobre los medios de comunicación y al acceso limitado a información independiente, que pueden restringir la capacidad de las personas para coordinar protestas y participar en ellas. "En consonancia, la desinformación y la propaganda pueden desalentar a las personas de participar en protestas al minimizar las percepciones de apoyo y éxito de tales movimientos", alerta.
Más de la mitad de los encuestados dice haber participado en protestas. Me imagino que en esa clasificación incluyen la protesta al bodeguero que no les despachó los mandados con el peso correcto, o hasta la participación en alguna marcha combatiente frente a la embajada estadounidense.