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Violencia

Cubadata: Las víctimas de violencia en Cuba aumentan y las mujeres, especialmente las opositoras, se llevan lo peor

Un 24,1% de encuestados por Cubadata fue víctima de asalto en la calle y el 23,7% de arrestos o abusos por parte de la autoridad.

Madrid
Ilustración.
Ilustración. Diario de Cuba

El análisis de los datos de victimización entre 2022 y diciembre de 2023, recogidos en el estudio Explorando futuros posibles para la democratización en Cuba, del proyecto Cubadata, revela un preocupante aumento en diversas formas de violencia en Cuba, destacándose particularmente la violencia de género, la violencia callejera y el abuso policial.

Los resultados son parte del segundo panel multidimensional de la encuestadora independiente y seis sondeos realizados entre septiembre de 2023 y febrero de 2024, en los que participaron 10.248 personas de toda la Isla, de ellas 4.552 panelistas, es decir, individuos a los que se preguntó cada mes.

Un 9,3% de los encuestados dijo que él/ella o alguien dentro del hogar fue víctima de violación sexual, un 4,3% más que en 2022. El número de quienes experimentaron acoso sexual ascendió en más de un 17% hasta ubicarse en el 27,3%.

De los entrevistados, el 24,1% dijo haber sido víctima de asalto en la calle (frente al 14,1% en 2022) y el 23,7% fue víctima de arrestos o abusos por parte de la autoridad (17,6% en 2022).

Entre los entrevistados, el 26,9% fue víctima de robos en su casa contra, el 25,1% que lo padeció en 2022, y la cifra de los que fueron afectados por alguna estafa llegó al 32,6%, un 2,7% menos que en 2022.

Las víctimas de agresiones físicas siguen siendo el mayor número entre los participantes, el 43,5% en 2023, un 0,9% menos que en 2022.

"El aumento de la violencia de género, la violencia callejera y el abuso policial indica un panorama de creciente inseguridad y deterioro social en Cuba. Estos tipos de violencia no solo representan amenazas directas a la seguridad y bienestar de los individuos, sino que también reflejan problemas estructurales más profundos", considera Arístides A. Vara Horna, autor de la investigación.

Asimismo, los resultados del segundo panel evidencian cómo el régimen en Cuba utiliza diferentes formas de violencia para mantener el control y silenciar a la disidencia. La violencia doméstica y el acoso sexual son herramientas utilizadas para controlar a las mujeres, especialmente a las opositoras, mientras que la violencia policial se emplea ampliamente contra aquellos con ideologías divergentes.

"Este patrón sugiere que el régimen autoritario en Cuba no solo emplea la violencia estatal directa, sino que también permite y posiblemente fomenta otras formas de violencia para mantener su dominio", señala Vara Horna.

Violencia policial y doméstica

El estudio evidencia que la represión estatal es particularmente severa contra aquellos que no se alinean con la ideología dominante. Una herramienta de control y disuasión es la violencia policial, que "es intensa en los hombres que se identifican con otra ideología y con los liberales". La misma tendencia se observa en el caso de las mujeres. Sin embargo, "la violencia de género es avasalladora" en las mujeres pragmáticas que se identifican con otra ideología y con las mujeres liberales.

La supuesta igualdad de género en Cuba es cuestionada por la evidencia de que las mujeres, especialmente las opositoras, enfrentan mayores niveles de violencia y acoso. 

Las mujeres reportan consistentemente niveles más altos de violencia doméstica y acoso sexual que los hombres, independientemente de la ideología política, y es más intensa entre las mujeres opositoras al régimen cubano, lo que "sugiere que la represión estatal y el control social también se extienden a la esfera doméstica, y se utiliza la violencia como una herramienta para mantener el control y silenciar a las disidentes", apunta el estudio.

Por otra parte, la prevalencia alta de acoso sexual entre mujeres socialistas con inclinaciones reformistas y liberales o promercado reflejada en la investigación indica que las mujeres que buscan cambios y desafían el status quo son particularmente vulnerables. Estos resultados reflejan tensiones internas y conflictos de poder dentro de grupos que buscan reformas en un contexto autoritario, lo que sugiere que el acoso sexual es utilizado como una forma de intimidación y control.

Para Vara Horna, especialista en análisis estadísticos, "estos resultados en conjunto muestran que, aunque el Estado promueve una imagen de igualdad de género, las mujeres, especialmente las opositoras, enfrentan altos niveles de violencia y acoso" y resaltan "la necesidad de abordar tanto las desigualdades de género como las formas de violencia estatal para lograr un cambio significativo en la sociedad cubana".

El analista cita las teorías de los regímenes de género (Connell, 1987; Walby, 2020) y los regímenes de violencia (Hearn, Strid, Humbert y Balkmar, 2022) como un marco útil para entender cómo diversas formas de violencia se interrelacionan y refuerzan las desigualdades de género en Cuba.

"En teoría, los regímenes de género y de violencia funcionan en conjunto para mantener el control social y político en regímenes autoritarios. En este contexto, la violencia estatal asegura la dominación política, mientras que la violencia de género asegura que las mujeres permanezcan en roles subordinados y sean menos capaces de desafiar el status quo", concluye. 
 

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