A los historiadores siempre se les escapa un detalle clave a la hora de estudiar académicamente el marxismo-leninismo, o el fascismo. Ambas doctrinas consideran que las masas populares son ignorantes, tontas o estúpidas.
No importa que la vida y las evidencias científicas digan lo contrario. Porque una cosa es engañar a personas y otra es que, por haber sido engañadas, esas personas sean estúpidas. Se le atribuye a Abraham Lincoln esta genial conclusión: "Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo, engañar a algunos todo el tiempo, pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo".
Sin embargo, los marxistas en particular siguen insistiendo en que "la gente" es ignorante y todo lo demás. Armado con ese dogma, Lenin llevó a la práctica el experimento diseñado por Karl Marx que terminó costando a la humanidad más de 120 millones de muertos (según las investigaciones posteriores a la publicación en 1997 del Libro negro del comunismo), además de mucho sufrimiento, atraso y pobreza en 35 países de Europa, Asia y América.
El mariscal Hermann Goering, segundo hombre en la jerarquía nazi, en el juicio de Nuremberg, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, dijo: "Con voz o sin ella, al pueblo siempre se le puede llevar hasta el punto que sus dirigentes quieran".
Al compás de esa misma música Fidel Castro se dedicó a mentir todo el tiempo. Y lo siguen haciendo sus sucesores en "la continuidad". Pero mi propósito aquí no es teorizar, sino destacar cómo en consonancia con esta premisa marxista-fascista de "la idiotez popular masiva" el régimen de Raúl Castro insiste en querer a estas alturas tomarle el pelo a los cubanos.
"Ahora sí vamos a construir el socialismo"
Hace unos días el primer ministro castrista, el coronel de inteligencia Manuel Marrero, anunció la creación de la Comisión Nacional de Soberanía Alimentaria (CNSAL), para "quitar trabas al sector campesino", y que se cumpla la ley de igual nombre aprobada en octubre pasado (2022).
El rollizo premier dijo que el propósito es que "no quede un patio, una parcela o un pedazo de tierra sin sembrar". Desgarrándose las vestiduras (como se decía en la Roma imperial), Marrero aseguró que ahora sí ya "no habrá espacio para discursos y promesas, y resultados en números que no se vean en la mesa".
Escenificó un deja vu. En 1987 Fidel Castro, en uno de sus arrebatos histriónicos tipo Mussolini, exclamó: "Ahora sí vamos a construir el socialismo". Y mucha gente (¿tonta?) luego se burlaba sotto voce: "Y entonces, comemierda, ¿qué hemos estado haciendo hasta ahora?".
El coronel Marrero no aclaró cómo una comisión de barrigas-llenas (así llaman en la Isla a los burócratas castristas) cubrirá de manjares abundantes las mesas cubanas. Se trata de otro truco para aplacar los ánimos ante la agobiante escasez de productos agropecuarios, que insufla cada vez más vapor a la caldera social, siempre en peligro de estallar.
¿De qué soberanía habla este jerarca de un gobierno que entrega las mejores tierras a argentinos y otros extranjeros para producir libremente en los campos, en vez de entregarlas a sus propios ciudadanos?
Décadas antes de la Revolución Francesa (ojo, liberal burguesa, que no estatista socializante) Jean-Jacques Rousseau precisó que la soberanía de un país es el pueblo mismo, radica en él. Ningún rey, Estado o Gobierno es soberano per se de nada. El único soberano es el pueblo, que elige en las urnas a quienes lo representan, se encargan de los deberes públicos y son los servidores del soberano. No al revés, como ocurre bajo regímenes totalitarios. Para el gran pensador franco-suizo la soberanía popular garantiza que "domine siempre el interés común sobre el interés particular".
En Cuba, lo más indignante es que mientras el premier presentaba la CNSAL, al mismo tiempo la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) revelaba que entre enero y septiembre de 2022 las inversiones en la construcción de hoteles de lujo y en infraestructura turística se elevaron hasta 15.832 millones de pesos, una cantidad muy superior a los 13.336 millones de pesos invertidos en 2021.
En cambio, se invirtieron apenas 1.218 millones de pesos precisamente en la agricultura, la ganadería y la silvicultura. Se invirtieron 318 millones de pesos en la pesca, fundamentalmente para la exportación, y 296 millones en la industria azucarera, que produce ya menos que durante la Guerra de los Diez Años.
O sea, la dictadura hace cuentos y más cuentos mientras solo invierte el 7,6% del total nacional en el sector agrícola y pecuario, y 12 veces más en edificar hoteles para enriquecer aún más a los militares mafiosos que usurpan el poder. Además, la tasa de ocupación hotelera en Cuba en el primer semestre de 2022 fue de un 14,4%, una de las más bajas del mundo. Para el segundo semestre no se espera que supere el 35%.
Echando un vistazo a los últimos dos años se advierte la incapacidad del castrismo-comunismo para producir alimentos, en un país que antes de los Castro era felicitado por la FAO por ser el mayor exportador de alimentos de América Latina en proporción a su población, y por poseer la mejor ganadería cebú del planeta.
Según el Anuario Estadístico de Cuba de 2021, de los 18 renglones agrícolas básicos, 14 se derrumbaron con respecto a 2020, incluyendo la carne de cerdo (-40%), los frijoles (-21%), así como la producción de maíz, huevos, carne de res, viandas, leche fresca, papa, plátanos, hortalizas, cebollas, arroz, cítricos, guayabas, mangos, frutabomba y cacao.
De 2022 no se han dado cifras totales, sino aisladas. El Noticiero de TV ya admitió que Cuba perdió el 90% de los productores porcinos en los últimos cinco años. ¿Ha ocurrido algo siquiera parecido en algún otro país del planeta?
¿Paga un cubano en Miami 520 dólares por una libra de carne de cerdo?
El propio noticiero televisivo estatal reveló que para 2022 se espera la producción de unas 26.000 toneladas de carne porcina, cifra muy inferior a las casi 200.000 toneladas producidas en 2017.
En la provincia de Sancti Spíritus, otrora potencia porcina, según cifras publicadas por el periódico oficial Escambray, resulta que actualmente se producen 38,3 toneladas diarias de carne de cerdo, y en 2018 se producían 465,7 toneladas diarias, para un total de 17.000 toneladas en todo el año. Pero en 2022 no se va a llegar ni a 1.400 toneladas.
Encima de que el Estado paga precios muy bajos a los criadores privados de cerdos, los obliga a entregar la carne producida al Estado. "Se están acabando los puercos, no da negocio criarlos", concluyó un productor en Holguín que ya abandonó ese negocio. Y son encarcelados por "enriquecimiento ilícito" los productores que crían más puercos que los permitidos por el Gobierno.
Se produce ya tan poca carne de puerco (ni de ninguna otra carne) que prácticamente desapareció del mercado formal. Y en el informal una sola libra cuesta entre 340 y 550 pesos cubanos, el 26% de un salario mínimo mensual. En Florida el salario mínimo es de 1.906 dólares mensuales (11 dólares la hora) ¿Paga un cubano con salario mínimo en Miami 520 dólares por una sola libra de carne de cerdo?
Es un insulto, y a la vez una payasada, hablarles a los cubanos de soluciones oficinescas para producir más alimentos cuando lo que hay que hacer es liberar el campo y los campesinos, entregar a los usufructuarios las tierras en propiedad, desmantelar las "comunas" y "sovjoses" castristas (empresas agrícolas estatales), acabar con el monopolio de Acopio, entregar todas las demás tierras estatales a descendientes de sus dueños expropiados hace 60 años, y a quienes la quieran trabajar.
Los cubanos necesitan ¡ya! que el pueblo soberano ejerza sus derechos, como los concibió Rosseau, no solo uno de los precursores teóricos de la última gran revolución social liberal de la historia, sino también inspirador de la revolución estadounidense que dio a luz la primera democracia moderna liberal del mundo con sistema presidencial y una efectiva independencia de los poderes públicos, tal y como la esbozó el barón de Montesquieu antes que Rousseau.
Quien vive o a vivido en cuba sabe que a los dirigentes de cuba los eligen por ser fieles a la dictadura y ser capaces de mantener enganados al pueblo o al menos confundirlo con discursos vacios, cuando sus discursos ya estan muy gastados en un sector determinado los cambian de sector y comienza nuevamente el ciclo de discursos, mas que eso no pueden hacer porque los verdaderos jefes son los que consumen lo poco que produce la isla y no alcanza para mucho mas.
Pero a Marrano y compañía los ensartan en una púa, los asan y dan para comer a 5 familias cada uno.
El que va caminando a la derecha de Marrano(camisa de cuadros) se le cae la cara de vergüenza porque está muy lejos de alcanzar la dimensión de la panza del susodicho.
¿Hablan de soberanía alimentaria o de soberanas guanajadas?
como les gusta caminar por el medio de la calle con ese aire de superioridad, de manera 'enérgica', como diciendo ''mirenme'', ''esto es mio'', ''aqui el que mas mea soy yo'', cero decencia, cero humildad, pura imposicion... y los nosotros se los permitimos... curiosamente he visto a personajes del exilio hacer entrada en esa misma onda a las ''manifestaciones'' en Miami, caminado rápido, ego inflamado, escoltado por adláteres... 🤮
Es una burra preñada el marrero ese
Grotesque
Marrero Marrano debe dejar de comer del todo por
un mes a ver si baja una libra aunque sea; se va a morir ahogado por su barriga.
las payasadas soberanas no son para que nadie se alimente son para mantener a los tontos entretenidos.
La posición en la pirámide dirigente es proporcional al tamaño de la barriga: Miren a Marrero y a sus acompañantes...
El marrano está cada día más gordo. Poca vergüenza mostrar esa panza oronda en un país donde los jubilados parecen casi sacados de un campo de concentración.
Y todavía hablan pestes de María Antonieta, que nunca dijo eso de "Si no tienen pan, que coman cake."
Una gran parte del problema es la completa falta de respeto por la gente de a pie. No puede ser más obvia, y la hacen cada vez más flagrante. No tiene sentido que se cuiden tan poco de demostrarla, lo que sugiere un enorme y compulsivo desprecio por el pueblo que tanto dicen defender.
Claro, se han cagado en ese pueblo de mil maneras sin parar desde 1959, impunemente, y eso influye.
El coronel Marrero fue relativamente exitoso en su gestión hotelera, ello le valió la promoción al alto cargo que ostenta pero obviamente ha fracasado en su nueva misión, mientras su voluminoso vientre de hombre sobrealimentado no cesa de crecer.
No hay duda que las respuestas desde el poder a la crisis que vive la isla no hacen más que agravar el mal, acercando un final violento que no deberíamos desear. Realmente pareciera que en Palacio han perdido la razón.
Gracias al señor Roberto Álvarez Quiñones por su excelente artículo apoyado en cifras elocuentes y por aportar luz en medio de esta tragedia: las ideas y espíritu de los promotores de las revoluciones francesa y americana.
Como bien apunta Quiñones, el régimen con sus fábulas de siempre lo que intenta es ganar tiempo y embobar al personal. En Cuba no es el turismo lo que salvará al país del hambre y la escasez, sino la agricultura competitiva. Primero que abran los mercados a la libre oferta y demanda del sector agropecuario (como hiceron sus hermanos chinos) y luego que se ocupen del turismo. Pero el turismo es el dinero fácil que la oligarquía castrista necesita para mantenerse en el poder.
Marrero no está gordo; está obeso. Evidentemente, eso no le perece una provocación, o no le importa.
Cuando Quiñones habla, ya todo está dicho. Felicitaciones.
El gobierno quiere meterle espuela al caballo salvaje de la agricultura mientras reduce la inversión en el campo, la empresa de Acopio diesma a los campesinos, los populistas precios topados desestimulan a los productores, invitan a los argentinos a producir con lógico liberalismo en las mejores tierras......... son un chiste estos tiranos.
Espuelar al potro y tirar de las sogas del freno..... eso hacen..... además de tomarnos por tontos.
Luis Dener dijo hace poco algo que tiene una lógica del tamaño de un edificio :
Toda esta payasada sólo persigue un objetivo y es : mantener idiotizados y en el carril de la continuidad a esa parte de la población que les "cree", los apoya y forma la masa crítica mínima e indispensable para seguir engañando al mundo con esta revolución de los humildes, con los........
Manolito Marrano, pimer ministro de asuntos sin importancia, está al explotar, si se le va un botón de la camisa le saca un ojo a cualquiera, y todavía en Mayami dicen dicen que hay hambre en Cuba.......
La sola existencia de este Michelin con barba es un insulto
Marrero parece que ya tiene 8 meses de embarazo. Se ve que el muy HP se alimenta pero que muy bien a costa del esclavizado pueblo. Y, cambiando el tema, ¿qué carajo significa "soberanía alimentaria"?
Solo los barrigones tienen soberania alimentaria
Coronel de que "Inteligencia"?
Era oficial de la contrainteligencia militar estimado maximo ruiz, aunque todo parece indicar que pasó a la vida civil pues hace años que no viste de uniforme ni luce su insignia de coronel. Saludos.
Tener inteligencia es un tabú en Cuba. Muchos pagaron con la vida o cárcel por querer pensar por sí mismos. Ahí están Dorticós, La Guardia, Abrahantes, etc. Otros, más afortunados, lograron exiliarse como Urrutia, Díaz Lanz, etc.