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Opinión

Cuba: el régimen le está inyectando vapor a la caldera social

Más decretos leyes y represión en el país con más presos per cápita del mundo. En lugar de tomar urgentes medidas aperturistas que solucionen la crisis, Raúl Castro y su cúpula refuerzan el capitalismo militar de Estado.

Los Ángeles
Raúl Castro y la olla de presión cubana.
Raúl Castro y la olla de presión cubana. DDC

El general Raúl Castro y la cúpula dictatorial que él encabeza, en vez de tomar urgentes medidas aperturistas para solucionar o aliviar la gravísima crisis socioeconómica que asfixia a los cubanos, solo se preocupan por afianzar el modelo de capitalismo militar de Estado, corporativo y de tintes facistoides, para afincar el neocastrismo que quieren dejar instalado antes de que los "históricos" salgan de escena por razones biológicas.

Para ello dan pasos de tipo institucional y constitucional, como el Decreto Ley 370 para controlar el "potro salvaje" de internet —según la definición de Ramiro Valdés—, así como el Decreto Ley 349 o Ley Mordaza, y otros ya vigentes, o que vendrán hasta llegar a 27 en total, según ya han anunciado.

Hace poco, el 8 de junio de 2020, activistas en la Isla presentaron una solicitud ante la Asamblea Nacional, el Consejo de Estado, el Tribunal Supremo, la Fiscalía General y Miguel Díaz-Canel, para que sea declarado inconstitucional ese Decreto Ley (de julio 2019) conocido popularmente como Ley Azote. Días después, cerca de 60 organizaciones internacionales y medios de comunicación, en representación de más de 500 residentes en Cuba y de 3.100 personas de 84 nacionalidades, apoyaron esa justa petición.

Una semana más tarde, Cuban Prisoners Defenders (CPD) presentó ante el Alto Comisionado de la ONU una denuncia  de dicho decreto ley, al que calificó de plan "para perpetuar  la dictadura 20 años más" y de "legitimación institucional  para cercenar el campo que se les estaba escapando desde el año 2000: internet y las comunicaciones electrónicas".  

Esta Ley Azote en su Artículo 1 dice ya sin disimulo alguno: "El Estado promueve el desarrollo y utilización de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, con el objetivo de que constituyan una fuerza política". O sea, que en Cuba no puede haber acceso libre a internet y las comunicaciones, y punto.

También permite fabricar "delitos cibernéticos", supuestamente contra el "interés social", "la moral" y "las buenas costumbres". Puros pretextos para prohibir el uso libre de internet y las comunicaciones fuera del control del Estado.

De esta forma los cubanos quedan desconectados de la quinta revolución tecnológica de la historia: internet (luego de la agricultura, la rueda, la imprenta, y la Revolución Industrial inglesa, en mi opinión). Se les impide insertarse de lleno en el siglo XXI y la modernidad. Condena a Cuba al atraso.  

Protagonismo militar, un claro rasgo fascista

Y algo muy importante, en el mundo normal un decreto ley es siempre excepcional. Emana del Poder Ejecutivo, no del Poder Legislativo, en circunstancias de suma urgencia que no permiten esperar a que el Parlamento redacte, debata y apruebe una ley. Son instrumentos técnicamente legales pero no democráticos. Por eso son típicos de las dictaduras militares, especialmente de los regímenes fascistas. Solo en 1938 Benito Mussolini firmó seis, tres de ellos para "legitimar" su posición racista contra los judíos.

Detrás del Decreto Ley 370, y de todos los demás, están los militares y su emporio empresarial GAESA, en su afán por militarizarlo todo, incluida la economía, la política y la cultura (sobre todo los medios). Tal protagonismo abrumador de las fuerzas armadas es un claro rasgo fascista.

En la Italia del fasci di combattimento toda la sociedad estaba controlada  por los militares, con particular protagonismo de las "camisas negras", de Mussolini, cuyo nombre era Milicia Voluntaria para la Seguridad Nacional. Venían siendo el equivalente de la Seguridad del Estado y las Brigadas de Respuesta Rápida castristas.

También el Decreto Ley 349, de julio de 2018, conocido como Ley Mordaza, tiene olor neofascista. Restringe la creación artística y cultural. Ahora en Cuba ser músico, actor, pintor, escritor, periodista, bailarín o escultor fuera del Estado es un delito.

Imaginémonos que Beny Moré, René Portocarrero, Enrique Santisteban, Eladio Secades o Lezama Lima, hubiesen sido inhabilitados o encarcelados  por no trabajar bajo contrato del Gobierno de Prío o de Batista.

El régimen arguye que es para cumplir mejor la política cultural trazada por Fidel Castro en 1961, acuñada como "Palabras a los intelectuales". Claro, la dictadura jamás admitirá que la frase "Dentro de la Revolución todo, contra la Revolución nada"  no fue más que la adaptación que hizo Castro I de una de Mussolini, quien para caracterizar al fascismo repetía: "Todo en el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado".

El castrismo, se parece al "franquismo más rancio"

El "Duce" (jefe) italiano sostenía que el fascismo era un socialismo nacionalista. Antes de la Segunda Guerra Mundial el Estado más interventor del mundo, luego de la Unión Soviética, era el de la Italia fascista. Y a propósito de fascismo, hace unos días Javier Nart, dirigente del Parlamento Europeo, declaró que el Decreto Ley 370 castrista le recuerda "al franquismo más rancio de los años 40 y 50".

La Constitución de 2019 fue también un paso institucional para afincar el capitalismo militar de Estado corporativo, típicamente fascistoide. Entre otras cosas prohíbe a los cuentapropistas que crezcan en sus negocios y acumulen capital. Impide que un sector privado pujante le haga competencia a los militares y entorpezca sus planes.

La ofensiva contra la propiedad privada se evidenció ya en 2017 y 2018 con el tope de precios, la confiscación de equipos y mercancía, la no entrega de nuevas licencias de cuentapropistas, la imposición de más impuestos exorbitantes, la limitación de las licencias a una sola actividad por persona y la reducción de los oficios autorizados de 201 a 123.

Esta ola represiva incluye la utilización de la pandemia del Covid-19 como pretexto para aplastar cualquier muestra de descontento de la población, y también la criminalización de actividades comerciales que son legales en cualquier parte del planeta.  

Desde hace tres meses en la Isla se realizan "juicios ejemplarizantes", más que para proteger a la población del coronavirus, para intimidar o encarcelar a quienes protestan públicamente. Quien grita en una cola que tiene hambre, o que no tiene agua ni jabón para combatir la pandemia, va preso.

Yamila Peña, fiscal general de Cuba, informó que desde que llegó la pandemia al país, hasta el 16 de junio, se efectuaron 2.629 juicios sumarios y 1.914 ciudadanos fueron condenados a prisión o recibieron multas de hasta 3.000 pesos (tres veces el salario promedio), y que hay 1.204 acusados pendientes de juicio, 482 de ellos en prisión provisional.

Cuba, el país con más presos per cápita en todo el mundo

Miles de personas son arrestadas y encarceladas por motivos políticos o sociales, pero con cargos de delitos comunes fabricados por la policía y aceptados sumisamente por los tribunales, como "desorden público",  "peligrosidad  social  predelictiva", "desacato", "atentado", o "resistencia".  

Es de tal magnitud la represión que CPD reveló recientemente en Madrid que Cuba es hoy el país con más presos per cápita en todo el mundo. Hay 794 reclusos por cada 100.000 habitantes, con unos 90.000 presos tras las rejas, un 35% por encima de los 57.336 reclusos de 2012, cuando había 510 por cada 100.000 habitantes. Y peor aún, hay otros 37.000 condenados que cumplen sentencias no carcelarias, para un total de 127.000 personas privadas de libertad, una cifra asombrosa para un país con 11,3 millones de habitantes

Del Gulag castrista el CPD precisó que al comenzar este mes de junio había en la Isla 134 presos políticos, pero que esos son solo los miembros de organizaciones opositoras o periodistas independientes identificados como presos de conciencia, pues hay al menos otros 10.000 presos políticos que están registrados como presos comunes.

En fin, en Cuba acecha el hambre, crece la desesperación de la gente ante el agravamiento de una crisis existencial que ya percibe como terminal, y Castro II y su claque mafiosa gobernante solo se interesan por seguir viviendo opulentamente en sus mansiones, y en perpetuar manu militari la sexagenaria tiranía, ahora con aires neofascistas.

Pero ojo, el tiro podría salirles por la culata. Le están inyectando tanto vapor a la caldera social que esta puede estallar.

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8 comentarios

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Hay algunos detalles que están obviando los que han comentado:
1- Las generaciones de ahora son más rebeldes que las de sus padres aunque vengan con otros males producto del país en el que viven y tienden a enajenarse
2- A diferencia de los años 90 donde podía haber gente que se lanzara masivamente a la calle el resto del país aún viviendo en la misma provincia no se enteraba, porque la dictadura no le daba cobertura al asunto y por ende es como si no hubiese ocurrido y a diferencia de esos tiempos ahora los cubanos tienen internet
3-Aunque los cubanos aguantan bastante de la dictadura tienen un límite y eso es lo que los jerarcas siempre han evitado al tratar de no pasarse de esos límites y han tratado de liberar presión de alguna forma, esto último es lo más condenable del pueblo cubano que al verse aliviado un poco de presión se siente satisfecho
4-El difunto Ceniciento en Jefe está muerto y a ese los cubanos en la isla le tenían terror, pero los que están ahora no lo inspiran

Este comentario es para Ares I y Vedado, ambos son masoquistas o segurosos, porque quieren que los periodistas no escriban, que dejen al régimen hacer lo que le plasca y CERO critica, aceptarlo todo sin chistar. Esa es la labor de un seguroso o de un idiota (que realmente es lo mismo).
Por la redacción tan mala que tienen me imagino sean segurosos, que operan desde una oficina del MININT. Todos los segurosos son unos cafres.
Juan Jose

Pues a mi me consta que ni Ares ni Vedado son eso que tú dices que son, los segurosos que salen por aquí son eduardo57, Pedrito,Cubiche,Weston,José Glez o Ferrer no me acuerdo bien entre otros que salen de vez en cuando a defender lo indefendible

No va a pasar absolutamente nada. La olla de presión no tiene un liderazgo que la haga reventar. Los más inconformes optarán por marcharse del país como ha sido habitual cuando la situación empeora y los que están a gusto, pues seguirán en la misma, ahora disfrutando de los shows confiscatorios y juicio ejemplarizantes que les brinda el régimen.
Como en otras ocasiones, el régimen abrirá su válvula de escape con medidas engañosas y cuando el vapor se disipe, la vuelve a cerrar.

Profile picture for user Plutarco Cuero

Birania es un mejunje de lo peor de todos los totalitarismos .... es sustancia diabólica pura, incluyendo sus ritos infernales ...

Ahh la caldera social cubana... vamos a ver, los cubanos son carneros castrados que no conocen aún las virtudes del vapor. Allí no pasará jamás nada que ponga en peligro el poder absoluto de los Castro. Si vuelve a estallar algo será otra olla de esos frijoles criollos que no se ablandan ni a martillazos. Cuántas ollas no han estallado en Cuba en los últimos 60 años de comunismo?
(Sería bueno que Diario de Cuba intentase investigar el número de muertos y lesionados por este tipo de accidentes caseros. Las ollas INPUT han matado más personas en Cuba que el coronavirus.) Pero no pasó, no pasa y no pasará nada.

Profile picture for user Ares I

Como bien dice vedado, ellos están apostando a eso. Viendo que les salió bien la jugada en los 90 (aún con un maleconazo de por medio).
Pero me parece que ahora la cosa está más jodida que en aquel entonces.
Yo les pediría a todos estos periodistas, teóricos y economistas que no den más la luz, que dejen al régimen despeñarse por el barranco, a ver si salimos de ellos de una vez y por todas.

ese cuento lo oigo desde que estaba en Cuba en los 90's con alumbrones de 2 hrs al dia y sin jama