Si 2020 fue un año pródigo en represión policial para los cubanos, en 2021, esta estuvo a la altura de un año marcado, no solo por el descontento del pueblo, sino por su valor para demostrarlo.
El régimen demostró durante estos doce meses, principalmente tras las protestas ocurridas en más de 50 ciudades entre el 11 y el 13 de julio, que en Cuba existe una relación proporcional entre las muestras de insatisfacción popular y la represión. Y que el sistema judicial no fue instituido para hacer valer las leyes y la justicia, sino para reprimir el disenso.
Aunque 2021 no iguala a su predecesor en cubanos muertos a manos de la Policía – uno, según reconoce el régimen – fue un año notable por la represión policial y judicial contra mujeres y menores de edad.
Lo que el 11J casi nos hizo olvidar
El plato fuerte de la represión en 2021 fue la perpetrada contra los manifestantes del 11J por la Policía y por civiles "revolucionarios" que siguieron las órdenes de Díaz-Canel. Pero este año arrancó con golpizas y detenciones arbitrarias, sufridas, entre otros activistas por el preso político Adrián Curuneaux Stevens, delegado del Movimiento Opositor por Una Nueva República (MNOR), la Dama de Blanco Leticia Ramos Herrería, y los hermanos Ana Iris y Ada Iris Miranda Leyva y Fidel Manuel Batista Leyva, miembros del Comando Olegario Charlot Spileta de Holguín.
Este año, el líder opositor Guillermo "Coco" Fariñas sufrió cinco arrestos; activistas de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) fueron reprimidos por intentar alimentar a los hambrientos de Santiago de Cuba. El joven Maig Wong Jiménez, sin vínculos con la oposición, fue arrestado violentamente por tomarse un helado en la calle. Cubanos que reprodujeron el tema "Patria y Vida" o colgaron carteles fueron arrestados o sufrieron actos de repudio.
Más eficiencia y recursos para vigilar y reprimir que para encontrar a niños desparecidos
La reciente instalación de una cámara para vigilar a la activista Saily González sacó a relucir otra vez los recursos que destina el régimen, en medio de una crisis económica recrudecida por la pandemia, a la represión de activistas pacíficos. En contrate, Cuba no dispone de un sistema de búsqueda de personas desaparecidas.
Las familias de los menores desaparecidos Yosvany Villar Ávila, de 14 años y con una discapacidad intelectual, y Madeleysis Rosales Rodríguez de 16, denunciaron indiferencia, maltrato de la Policía e incluso amenazas para que no hablaran con la prensa independiente ni publicaran comentarios ni fotos de los menores desaparecidos en las redes sociales.
En agosto, tres meses después de la desaparición de Rodríguez, su madre dijo a DIARIO DE CUBA que oficiales de la Policía le habían asegurado que la menor aparecería en una semana.
Un mes antes le habían advertido que cualquier publicación sobre el caso en las redes sociales era "contrarrevolución". Se ignora si la menor apareció, como prometió la Policía.
Sobre Villar Ávila, quien en junio llevaba más de 6 meses desaparecido, lo último que declaró su abuela a este medio fue que no hablaría. "Fui advertida por la Policía acerca de que no podía dar declaraciones ni subir fotos de mi nieto a las redes sociales".
11J: Disparos, un muerto y 1.303 detenidos
Los disparos de la Policía contra civiles desarmados en el barrio habanero La Güinera el 12 de julio, segundo día de las protestas, dejaron una víctima fatal: Diubis Laurencio Tejeda, de 36 años, a quien la prensa oficial intentó presentar como un delincuente que había estado preso. Esto fue desmentido por familiares y vecinos.
Como en los casos de los dos cubanos muertos a manos de la Policía en 2020, la prensa oficial dijo que el agente que disparó contra Laurencio Tejeda había actuado en defensa propia. Sin embargo, un familiar que prefirió no revelar su identidad contó a DIARIO DE CUBA que Laurencio Tejeda recibió un disparo por la espalda que le perforó un pulmón.
Según información a la que DIARIO DE CUBA tuvo acceso, el subteniente Yoennis Pelegrín Hernández no recibió un rasguño, disparó todo el cargador de su arma de reglamento e hirió a cinco personas además de matar a Laurencio Tejada, por lo que sería juzgado por homicidio y lesiones por Fiscalía Militar.
Entre los heridos estuvo el adolescente Yoel Misael Fuentes García, que recién había cumplido16 años y recibió un balazo en una pierna.
Pese a haber recibido un disparo, Fuentes García fue amenazado con la cárcel por la Policía. Los cinco cubanos heridos por el subteniente Pelegrín Hernández serían juzgados por desórdenes públicos.
El Centro de Información Legal Cubalex y el Grupo Justicia 11J han expuesto y desglosado la represión tras las protestas. 1.303 personas en toda la Isla fueron detenidas, 701 continúan encarceladas.
Las autoridades negaron acusaciones de desaparición forzada, aunque varios manifestantes estuvieron detenidos durante días sin que sus familias conocieran sus paraderos. También hubo denuncias de torturas en las prisiones.
Represión judicial
Según el presidente del Tribunal Supremo Popular de Cuba (TSP), Rubén Remigio Ferro, manifestarse en Cuba, lejos de constituir un delito es un derecho constitucional de las personas. Sin embargo, el régimen ha empleado el sistema judicial para escarmentar a quienes han osado ejercer ese derecho.
Cuando estallaron las protestas del 11J, los cubanos Inti Soto Romero, Luis Angel Cuza Alfonso, Esteban Rodríguez Thais Mailén Franco y Yuisán Cancio, llevaban casi dos meses y medio en prisión provisional por manifestarse pacíficamente en la calle Obispo el 30 de abril.
Franco y Cancio fueron liberados en septiembre, sin juicio, cuando habían rebasado el tiempo mínimo de condena que les habría tocado de haber sido hallados culpables de los delitos de desórdenes públicos y desobediencia. Ambos se castigan con privación de libertad de tres meses a un año, e incluso, al no ser delitos graves, con multas de 100 a 300 cuotas.
El periodista Esteban Rodríguez, Inti Soto Romero y Luis Angel Cuza Alfonso ya han rebasado incluso la mitad de la condena máxima que recibirían de ser hallados culpables.
Rodríguez es uno de los tres comunicadores encarcelados en Cuba en este momento, sin que se les haya realizado juicio. Los otros dos son el influencer El Gato de Cuba (Yoandi Montiel), preso hace ocho meses, y el reportero Lázaro Yuri Valle Roca, en prisión hace casi seis meses. Su esposa ha denunciado que las autoridades carcelarias no le permiten tomar el sol por negarse a gritar consignas revolucionarias y le han negado acceso a medicamentos.
El rapero contestatario Maykel Castillo "El Osorbo" lleva más de seis meses encarcelado y el artista Luis Manuel Otero Alcántara, más de cuatro, sin fecha de juicio. Están acusados e investigados en el Expediente de Fase Preparatoria No. 24/2021 de la Unidad de Procesamiento de Delitos contra la Seguridad del Estado radicada en La Habana. La salida del país del rapero Eliécer Márquez "El Funky", acusado dentro del mismo expediente, demuestra la inocencia de los tres.
Los manifestantes del 11J en principio fueron acusados de delitos como desórdenes públicos, desobediencia, propagación de epidemias, desacato y daños a la propiedad. Tras la convocatoria de la iniciativa Archipiélago a la Marcha Cívica por el Cambio, el régimen sacó a relucir la artillería pesada de su arsenal represivo con acusaciones por delito de sedición. Este delito, con el que han sido imputados 137 cubanos – de ellos 13 menores de edad – se sanciona con penas de 10 a veinte años de cárcel o muerte. De concretarse las peticiones fiscales por este delito, el régimen no podrá seguir negando que tiene presos políticos.
Contra las mujeres
El Estado cubano, que según la directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), Mariela Castro, está a la vanguardia en lucha contra la violencia hacia la mujer, se ensañó con las cubanas detenidas durante y después de las protestas del 11J y ha violado incluso reglas de la Organización de Naciones Unidas (ONU), para el tratamiento de reclusas y acusadas.
La matancera Rocío Brito fue detenida el 20 de julio y hasta mediados de agosto no había podido ver a su hija de un año. Daniela Cecilia Rojo Varona fue detenida el 11 de julio y estuvo 26 días sin ver a sus hijos de siete y cuatro años. La Fiscalía le pide cinco años de cárcel por manifestarse el 11J.
Según la plataforma YoSíTeCreo, Lizandra Góngora, Angélica y María Cristina Garrido, Donaida Pérez, Mailene Noguera, Letis Aile Patterson, Annia Romero, Yanay Solaya, Taimara Samón, Yaquelín Castillo, Mariuska Díaz Calvo, Gloria López, Kassandra Díaz, Katya Beirut, Isel Fumero, Lisdiani Rodríguez, Nidia Bienes, Lisandra Felgueira, Mayra Taquechel, Yainelis Pérez y Yusmely Moreno, son otras madres cubanas que fueron encarceladas tras las protestas y privadas de ver a sus hijos.
La activista María Cristina Garrido, además de sufrir la separación de sus hijos por al menos dos meses, fue golpeada por agentes carcelarios y obligada a gritar "Viva Fidel".
"Mi esposa fue torturada, golpeada, en la que le dicen la prisión del Sida, en San José de las Lajas. Allí estuvo 14 días viviendo bajo tortura por parte de oficiales militares de ese lugar. La tenían en un calabozo donde no había agua ni había luz, donde no se podía acostar, donde no se podía sentar, todo cochino", denunció su esposo, Michel Valladares Cala.
María Cristina y su hermana Angélica fueron acusadas de los delitos de desórdenes públicos, resistencia, atentado y propagación de epidemias, y enfrentan peticiones fiscales de 15 y 10 años de privación de libertad, respectivamente.
Thais Mailén Franco Benítez, joven madre de tres hijos sin antecedentes penales, detenida en una manifestación pacífica el 30 de abril, cumplió casi cinco meses en prisión provisional, sin juicio, lo que constituyó una condena anticipada, pues rebasó el tiempo mínimo de condena que habría recibido de ser hallada culpable de delitos que no se consideran graves dentro del Código Penal cubano vigente y pueden incluso sancionarse con multas.
Las mujeres detenidas en Cuba son desnudadas en las celdas sin el más mínimo respeto a su dignidad. Carolina Barrero es un ejemplo de esta práctica. "En el calabozo de San Miguel del Padrón, tres mujeres me entraron a la fuerza en una celda. Dos oficiales de la policía me aguantaron de los brazos mientras una tercera, vestida de civil, me desnudaba con violencia. Afuera de la celda un policía hombre miraba en silencio como quitaban la ropa de mi cuerpo", contó la historiadora de arte en mayo, tras una detención.
Contra los menores
La represión policial y judicial contra cubanos menores de edad durante 2021 fue notoria. Además del balazo que recibió en la pierna el adolescente de 16 años Yoel Misael Fuentes García, Cubalex y Justicia 11J pudieron documentar 45 arrestos de menores entre 16 y 18 años, durante y después de las protestas del 11J. 31 han sido excarcelados y 14 continúan en prisión.
Por el delito de sedición han sido acusados los adolescentes Brayan Piloto Pupo (16 años), Alexander Morejón Hernández (17), Kendry Miranda Cárdenas (17), Lázaro Noel Urgellés Fajardo (17), Nelson Néstor Rivero Garzón (17), Brandon David Becerra Curbelo (18), Rowland Jesús Castillo Castro (18) Emiyoslan Román Rodríguez (18), Giuseppe Belaunzaran Guada (16), Ernesto Abelardo Martínez Pérez (17), Keyla Roxana Mulet Calderón (17), Samuel Torres Durán (17) y Yeral Michel Palacios Román (17).
Otros menores son Jonathan Torres Farrat (17), acusado de desórdenes públicos y atentado; Jonathan Pérez Ramos (16), desórdenes públicos y atentado; Rey Alejandro Martínez Tamayo (17), desórdenes públicos, atentado e instigación a delinquir; Raúl Xavier Díaz Pérez (17), acusado de los delitos de sabotaje, desórdenes públicos y desacato.
Con 17 años, Amanda Hernández Celaya, Gabriela Zequeira y Katherine Martín estuvieron entre las procesadas en los juicios sumarios. Hernández Celaya resultó absuelta. Zequeira y Martín fueron condenadas a un año de privación de libertad, medida que, tras apelación, fue modificada a trabajo correccional.
Run - heart in my mouth
Run so hard that it beats
And repeats in my head like a gun
East - west, north and south
No direction to go
But I know that the ending's begun
I know I made a mistake coming here again
But I had to remind myself of where and
When
We threw off our chains
Hid ourselves in ourselves from the world
And its organised hell
Now - nothing remains
Barely a trace of the place where I knew
Him well