La cubana de 16 años Madeleysis Rosales Rodríguez lleva más de un mes desaparecida. Yosvany Villar Ávila, de 14 años y con una discapacidad intelectual, lo está desde más de hace seis meses. Las familias de ambos menores han denunciado la falta de interés de la Policía por encontrarlos. En el caso de Villar Ávila, los oficiales más bien han mostrado interés en silenciar a la madre y a la abuela del adolescente, a quienes han amenazado con la cárcel si hablan con la prensa independiente o suben fotos a las redes sociales.
Mientras la Seguridad del Estado destina recursos humanos y económicos a vigilar a opositores, activistas y periodistas independientes, incluso mediante la instalación de cámaras de vigilancia, dos menores cubanos continúan perdidos, y Cuba no dispone de un sistema de búsqueda de personas desaparecidas.
Según la Constitución, los menores de edad en la Isla reciben "especial protección", sobre todo contra cualquier tipo de violencia. El Artículo 86 establece que el Estado, la sociedad y las familias protegen a las niñas, niños y adolescentes y "garantizan su desarrollo armónico e integral, para lo cual tienen en cuenta su interés superior en las decisiones y actos que les conciernan. Las niñas, niños y adolescentes son considerados plenos sujetos de derechos y gozan de aquellos reconocidos en esta Constitución, además de los propios de su especial condición de persona en desarrollo. Son protegidos contra todo tipo de violencia".
Por otra parte, el Gobierno cubano firmó la Convención sobre los Derechos del Niño el 26 de enero de 1990 y la ratificó el 21 de agosto de 1991. El punto 2 de su Artículo 3 plantea que los Estados partes se comprometen a "asegurar al niño la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u otras personas responsables de él ante la ley y, con ese fin, tomarán todas las medidas legislativas y administrativas adecuadas".
El siguiente punto dentro del Artículo 3 compromete a los Estados a asegurarse de que "las instituciones, servicios y establecimientos encargados del cuidado o la protección de los niños cumplan las normas establecidas por las autoridades competentes, especialmente en materia de seguridad, sanidad, número y competencia de su personal, así como en relación con la existencia de una supervisión adecuada".
Cualquier delito que involucre a menores de edad debe constituir prioridad para la Policía cubana. Sin embargo, la actuación policial en los casos de Madeleysis Rosales Rodríguez y Yosvany Villar Ávila parece significar lo contrario.
"Con la excepción de la instructora penal, a la cual llegamos por ser amistad de una vecina nuestra, el resto del cuerpo policial al que le hemos presentado la denuncia de su desaparición se ha mostrado totalmente indiferente, no nos han tratado bien", declaró a DIARIO DE CUBA Isis Rodríguez, madre de Maydelys Rosales, cuando la menor llevaba casi dos semanas desaparecida.
La madre de Yosvany Villar, Airobis Ávila, contó a este medio en diciembre de 2020 que, cuando la familia intentó hacer la denuncia en la unidad de policía de Aguilera, en el municipio Diez de Octubre, los agentes se negaron a aceptarla porque el niño tenía dirección de Caimito en su tarjeta de menor.
"Tuvimos que ir el domingo a la unidad de la Policía de Caimito donde finalmente nos radicaron la denuncia", relató Airobis Ávila entonces.
"La primera persona que viene a mi casa para saber qué pasó es usted", declaró a un reportero de DIARIO DE CUBA Elena Pérez Alfonso, abuela del niño desaparecido.
Pese a la importancia que el Estado cubano afirma conceder a los menores, en la Constitución, a la falta de un sistema de búsqueda de personas desaparecidas se suma la falta de divulgación en los medios oficiales.
Tampoco hay un acompañamiento por parte de las autoridades a las familias, ni se les mantiene informadas sobre los avances de la investigación, si los hay, lo que resulta contradictorio teniendo en cuenta que son las familias las principales interesadas.
Pese a que la Fiscalía tiene la obligación de representar a las víctimas, los familiares sienten que se les excluye del proceso. Pero no tienen la posibilidad de nombrar un abogado que les represente en estas situaciones.
Jueces consultados por DIARIO DE CUBA aseguran que las desapariciones de menores no solían ser frecuentes en Cuba. En la mayoría de los casos, o bien se habían ido de sus casas después de discutir con sus progenitores o aparecían en la casa de un novio o una novia.
Sin embargo, desde finales de 2020, además de Yovany Villar Ávila y Madeleisis Rosales Rodríguez, desaparecieron los adolescentes José Manuel López Piña, de Campechuela, Granma, y Yordy Abizain Bandera, de Florida, en Camagüey. Ambos fueron hallados sin vida días después.
Yo pensaba que era todo lo contrario, porque cada vez que se reportaban disidentes desaparecidos siempre aparecían. Así que de lo que sí disponen es de un sistema para búsqueda de disidentes desaparecidos.