Al permitir la salida de Cuba de El Funky, el régimen admite su inocencia y la de Maykel Castillo y Otero Alcántara

Uno de los mecanismos más eficaces del régimen cubano para librarse de disidentes y ciudadanos incómodos es desterrarlos, o que ellos se marchen del país voluntariamente o bajo presión. Para forzarlos a tomar la decisión, el régimen los amenaza o encarcela y les hace una oferta estilo Michael Corleone: la prisión o el exilio.

Muchos optan por lo segundo. Cada vez que ocurre, el régimen siente que ganó el pulso. Pero también deja más al descubierto la pantomima que es su sistema judicial. Uno de los casos más recientes es el del rapero contestatario Eliécer Márquez, "El Funky", uno de los intérpretes de "Patria y Vida", quien salió del país mientras era investigado en el mismo expediente que Maykel Castillo, "Osorbo", y Luis Manuel Otero Alcántara.

El Funky fue detenido el 18 de mayo al igual que Osorbo, también intérprete del tema ganador de dos Grammy Latinos. Estaba acusado y era investigado en el mismo Expediente de Fase Preparatoria No. 24/2021 de la Unidad de Procesamiento de Delitos contra la Seguridad del Estado. A diferencia de Maykel Castillo —y del artista Luis Manuel Otero Alcántara, arrestado el 11 de julio— fue liberado tras más de 24 horas de detención y sometido a una medida cautelar de reclusión domiciliaria.

Como señaló DIARIO DE CUBA en una nota previa, de acuerdo al Artículo 256 de la Ley de Procedimiento Penal, vigente hasta enero de 2022, "la reclusión domiciliaria consiste en la obligación del acusado de no salir de su domicilio sin la autorización del Instructor o del Tribunal, según la fase en que se halle el proceso, a no ser para asistir a su centro de trabajo o estudio, en el horario habitual, o para atender a su salud".

El régimen suele emplear la reclusión domiciliaria contra activistas, opositores y periodistas independientes que no han sido acusados de ningún delito ni se encuentran en ningún proceso, con lo que viola su propia Ley de Procedimiento Penal. Lo hizo recientemente para impedir que muchos cubanos pudieran salir de sus casas el 15 de noviembre a manifestarse de manera pacífica. 

Durante meses, estuvieron sometidas a una ilegal reclusión domiciliaria la curadora de arte Carolina Barrero y la poeta Katherine Bisquet, sin que sobre ellas pesara ninguna acusación formal, ni estuvieran siendo investigadas por ningún delito.

Pero en el caso de El Funky, la medida se justificaba porque era acusado e investigado, junto a Maykel Osorbo y Otero Alcántara en el mencionado expediente. Sin embargo, el 31 de octubre El Funky arribó a Miami. 

En principio, los acusados en un proceso penal están regulados, lo que significa que no pueden salir del país. De hecho, uno de los objetivos de las medidas cautelares con las que son aseguradas las personas pendientes de un proceso judicial es que no evadan la justicia. ¿Cómo es posible que a El Funky se le haya permitido abandonar Cuba?

El fiscal está obligado a presentar ante los tribunales a todas las personas acusadas que forman parte de un expediente que se encuentra en fase preparatoria. Debemos asumir que el expediente se encuentra aún en dicha fase y lo estaba en el momento que El Funky viajó, puesto que los otros dos acusados —Maykel Castillo y Otero Alcántara— se encuentran todavía en prisión provisional, sin que se haya archivado la causa ni se les haya llevado a juicio.

Independientemente de que las peticiones fiscales fueran a ser diferentes en cada caso, los tres tendrían que comparecer ante el juez. De hecho, lo primero que debería preguntarle al fiscal el juez que reciba el expediente y la acusación es dónde está el tercer acusado. ¿Por qué salió de Cuba si tenía una medida cautelar de reclusión domiciliaria? ¿Quién permitió eso? ¿Qué podría responder el fiscal a cargo del caso, si la pregunta se la hicieran en público? 

Pero, más allá de eso, ¿a cuántos delincuentes comunes los fiscales les han ofrecido la salida definitiva del país como sentencia? El destierro no es una sanción dentro del Código Penal cubano vigente. No se usa para satisfacer a la justicia, sino a la Seguridad del Estado. 

¿Se atrevería un fiscal a decir que a El Funky se le permitió viajar fuera de Cuba por orientación de la Seguridad del Estado? ¿Se atrevería a reconocer en público que es a ese órgano al que se subordinan los fiscales y los tribunales en Cuba, y que los intereses políticos están por encima de la ley y la justicia? 

Si quedaba alguna duda de que Osorbo y Otero Alcántara son inocentes y de que se les ha ofrecido el destierro como única vía de ser excarcelados, la salida de El Funky con la anuencia de la Fiscalía —siguiendo esta las órdenes de la Seguridad del Estado—, mientras estaba acusado dentro del mismo expediente, basta para borrarla.