Bruno Rodríguez miente a 'Newsweek' y evidencia qué espera La Habana de EEUU

El régimen cubano tiene "un consenso social mayoritario"; Cuba tiene "las mayores reservas de níquel del mundo"; "la economía cubana es plenamente viable"... Estas son algunas de las mentiras y manipulaciones que lanzó el canciller cubano, Bruno Rodríguez, en entrevista con la revista estadounidense Newsweek.

Aprovechando su presencia en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el funcionario volvió a insistir en la narrativa del "bloqueo" de Washington contra la Isla, sin asumir la responsabilidad de La Habana en la debacle del país.

Rodríguez aseguró, por ejemplo, que el régimen que representa trabaja para "encontrar un modelo económico mucho más eficiente y adaptarlo a nuestra realidad actual".

Para ello, aseguró, "tenemos algunas ventajas comparativas. Contamos con una mano de obra altamente calificada como resultado del alto nivel de educación adquirido por la gente. Tenemos una cultura poderosa, un consenso social mayoritario, una obra social y de infraestructura que es muy tangible, que se ha construido desde hace más de 60 años".

Pese a estas afirmaciones, la encuestadora independiente Cubadata encontró en un estudio reciente que apenas el 3% de los residentes en la Isla encuestados se consideran enfáticamente socialistas. 

Pero Rodríguez no se detuvo en los puntos anteriores, y afirmó que la Isla tiene "las reservas de níquel más grandes del mundo, y algo mucho más importante, que es el cobalto". Lo anterior se contradice con la información pública, que coloca a Indonesia a la cabeza de las reservas mundiales del metal y a la Isla como la cuarta reserva. En cuando al cobalto, La Habana está saldando con entregas de ese metal a la minera canadiense Sherritt una deuda de más de 150 millones de dólares.

El canciller aseguró luego: "Sigo creyendo que la economía cubana es plenamente viable. Esto se hizo evidente durante períodos difíciles, como las décadas de 1960 y 1980, y la recuperación es mucho más problemática y mucho más lenta debido a estas sanciones adicionales impuestas por el Gobierno republicano. Y, para nuestra sorpresa, el actual Gobierno demócrata las implementó en su totalidad".

En este punto, olvidó mencionar que, pese al embargo de Washington, la economía cubana crecía en los 80 debido a los enormes subsidios que recibía de la URSS. La debacle posterior a la desaparición de ese benefactor fue lo que hizo que le retórica de responsabilizar al "bloqueo" de todos los males del país se impusiera.

Rodríguez arremetió contra la inclusión del régimen en el listado de EEUU de Estados patrocinadores del terrorismo y, de paso, reveló la intención a corto plazo de La Habana: "Esta fue una decisión adoptada por la anterior Administración republicana nueve días antes de la toma de posesión del nuevo Gobierno. El Gobierno actual podría revertir esa injusticia incluso antes o después del 5 de noviembre".

Pese a las quejas anteriores en torno al embargo, aseguró que "hemos podido avanzar en nuestros desarrollos gracias a las relaciones culturales, académicas, científicas y económicas que mantenemos con todos los países del mundo. Europa Occidental y China son importantes socios económicos de Cuba. Los empresarios estadounidenses también podrían ser lo mismo si no fuera por esta política".

En la cuerda de endulzar el oído a los empresarios de EEUU interesados en comerciar con La Habana, Rodríguez añadió que "en tiempos mejores, los agricultores estadounidenses se han aprovechado de una licencia que había violado las reglas comerciales estándar internacionales, y fue posible que Cuba importara hasta 1.000 millones de dólares en productos alimenticios. Estas cifras hoy son muy pequeñas. Podríamos retomar esas cifras si resultan ser mutuamente beneficiosas".

Lo anterior es curioso: las exportaciones de EEUU a Cuba no paran de crecer; el vecino del norte fue el sexto mayor socio comercial de La Habana en 2022, según cifras oficiales, mientras que, aparte de los alimentos, uno de los principales bienes de importación de la Isla desde 2023 son carros de uso y nuevos, vendidos por agencias de EEUU, y que incluyen modelos de lujo. Pese a ello, la Isla se queja de tener que pagar al contado por esos productos.

"Y, mientras tanto, publican medidas que son inaplicables porque el efecto opresivo e intimidatorio del bloqueo imposibilita que los propietarios de pequeñas y medianas empresas en Cuba puedan abrir una cuenta bancaria en Estados Unidos", expresó.

Rodríguez olvidó que es La Habana la que no ha aprobado una inversión de EEUU en el sector privado de la Isla, pendiente desde 2022. 

En cuanto al panorama geopolítico, el canciller cubano cuestionó las preocupaciones de EEUU por la presencia cada vez más frecuente en Cuba de medios de guerra de Rusia. Ante este tema, optó por el cinismo y la mentira.

"Si están tan preocupados por la proximidad geográfica, como es el caso de nuestras relaciones con Rusia u otros países, bueno, increíblemente, Estados Unidos mantiene una base militar en Guantánamo. No sabemos muy bien para qué sirve esta base, pero es un obstáculo en nuestras relaciones bilaterales. A veces, se involucran en una especie de demostración de fuerza", dijo.

"Pero hemos seguido una política muy prudente. Ejerceremos nuestros derechos soberanos, y no haremos nada, ni permitiremos que otros hagan nada en territorio cubano que pueda ser sentido por los estadounidenses como una amenaza", indicó, pese a la probada existencia de un centro de espionaje ruso en La Habana bajo la fachada de la Embajada de Moscú en la capital de la Isla.

"Creo que el Gobierno de los Estados Unidos debería tomar estas acciones de una manera muy natural, basada en su propio comportamiento. (...) Y refiriéndonos a la presencia de buques de guerra rusos en puertos cubanos, sabemos que se trata de breves visitas de intercambio. (...) Y, por supuesto, la presencia de la más reciente unidad naval rusa en el puerto de La Habana ofrecía una especie de contraste y esto era como la expresión de una paradoja. El área del puerto de La Habana, antes llena de cruceros turísticos, la mayoría de ellos de Estados Unidos, ahora estaba ocupada por una unidad naval rusa, así como por una unidad naval canadiense. Allí estaban juntos".

Otra vez, Rodríguez evitó mencionar que la nave de guerra de Canadá que coincidió en La Habana con una flota rusa que incluyó a un submarino de propulsión nuclear y a la fragata más moderna de la Marina del Kremlin fue una misión militar, según el Ministerio de Defensa de Ottawa, que las autoridades canadienses reclamaron a sus homólogas de la Isla ante la presencia de medios de guerra hostiles.

Como es habitual, para cerrar el tema Bruno Rodríguez recurrió a la habitual desinformación: "Nos gustaría que cesaran los grupos con sede en la Florida que reciben financiamiento del Gobierno federal o de entidades muy cercanas al Gobierno de los EEUU para apuntalar a grupos que perpetran acciones terroristas en Cuba, o que pagan a personas en Cuba para crear actos de violencia". 

El canciller también se refirió a la apertura al sector privado de la economía y, pese a las evidencias en contra, aseguró a Newsweek que "el sistema empresarial en Cuba es único. Es decir, no se legisla para las empresas públicas como algo separado de las privadas. Algunas de las acciones tomadas por el Gobierno de los Estados Unidos tienen la intención de separar a las pequeñas y medianas empresas privadas del resto de la economía cubana y no creo que esto conduzca a ningún resultado".

El funcionario dijo que La Habana cambiaría de su modelo económico "todo lo que sea necesario, dentro de los límites de nuestra cultura nacional y sobre la base de la predeterminación de nuestro pueblo, sobre la base del ejercicio pleno de nuestra soberanía y nuestra independencia, lo que haya que cambiar seguramente se cambiará".

"Pero la cuestión principal no es cambiar, sino ¿en qué dirección vamos a cambiar? (...) Queremos cambiar para desarrollar el bienestar común, fortalecer nuestras políticas sociales, lograr una economía mucho más eficiente, reflejada no solo en los datos macroeconómicos sino también en la vida cotidiana de las personas, por el bien de las personas, por el bien de su prosperidad y por la prosperidad de sus familias que permitirá a los jóvenes realizar sus sueños y planes de vida".

Ante lo anterior, basta ver las cifras y prioridades de la inversión del régimen cubano en los pasados años, así como sus paquetazos económicos demoledores para la economía de los cubanos, para responderle.

"Pero esperamos cambios que nos lleven a un orgulloso nivel de prosperidad colectiva en el que los bienes espirituales sean tan buenos como los bienes materiales. Y, por supuesto, el hecho de tener una coyuntura internacional favorable va a ayudar mucho a este proceso, porque la visión del Gobierno de Estados Unidos sobre el cambio en Cuba no es solo intervencionista (...) Es una visión muy retrógrada", dijo.

Finalmente, ante el nerviosismo evidente de La Habana por las elecciones presidenciales en EEUU y la posibilidad de que Donald Trump regrese a la Casa Blanca, expresó: "Cualquiera que sea el resultado de las elecciones estadounidenses, estará acompañado por la posición inquebrantable de Cuba de preservar nuestra independencia, nuestra soberanía y nuestro orden constitucional, al tiempo que estamos plenamente abiertos a un diálogo serio y responsable, basado en la igualdad soberana, el respeto mutuo y el beneficio recíproco. Estamos listos hoy y lo estaremos igualmente después del 20 de enero".