Bruno Rodríguez insiste en negar las compras de medicinas en EEUU, pero BioCubaFarma lo corrige

Hace casi un mes que el canciller Bruno Rodríguez trata de desmentir un informe sobre las compras de La Habana en EEUU de alimentos y productos sanitarios, así como las millonarias cifras de donaciones en poco más de 20 años. Y pese a que ha tenido que recurrir antes a la mentira, ahora ha preferido, en vez de usar palabras altisonantes, dar explicaciones.

En un inusual hilo en su perfil de Twitter, el funcionario aseguró el lunes que "la supuesta libertad de Estados Unidos para que Cuba pueda comprar medicamentos allí es una falsedad. También es falso que podamos comprar de subsidiarias de empresas de EEUU en terceros países".

En una explicación demasiado extensa para lo que es habitual en el canciller cubano, este indicó que la Ley de Reforma de las Sanciones Comerciales y Ampliación de las Exportaciones (TSRA), aprobada por Washington en 2000, y en virtud de la cual esas ventas de medicinas puedan efectuarse, "se redactó para que sea prácticamente imposible cualquier transacción".

"Por ejemplo, se requiere de licencia específica del Buró de Industria y Seguridad del Departamento del Comercio, con procedimientos sumamente rigurosos, que casi absolutamente desestimulan a proveedores. La agencia reguladora que emite la licencia requiere la garantía de poder tener constancia, con inspección, sobre el destino de lo exportado y asegurando, entre otros requisitos, que no se use para la industria biotecnológica", señaló.

Según Rodríguez, para cumplir ese requisito el mismísimo presidente de EEUU "puede solicitar la inspección de las 'exportaciones' in situ (en el terreno) para verificar los fines para los cuales se concibió (solamente para uso y beneficio del pueblo cubano), pretensión absurda e inaplicable".

De acuerdo con el canciller, dado que el régimen de la Isla ha sido designado como Estado patrocinador del terrorismo, "el plazo de la licencia es de un año. Casi nadie está dispuesto a solicitar un permiso para vender o comerciar por un año".

"Los buques involucrados en el transporte de medicamentos o suministros médicos autorizados podrán ingresar a los puertos de EEUU, siempre que no hayan transportado cargamentos o personas sin licencia hacia o desde Cuba y siempre que no transporten mercancías no autorizadas", agregó.

Y finalizó señalando: "Aunque Cuba tenga la voluntad de adquirir medicamentos o insumos médicos en el mercado más cercano geográficamente, resulta difícil, casi imposible, que una persona nacional de EEUU tenga la disposición de someterse a todos esos condicionamientos para vender a nuestro país".

A fines de junio, Rodríguez trató de hacer control de daños a la publicación del informe sobre las millonarias compras de La Habana en EEUU. Sin desmentir tales cifras, prefirió, como ahora, tirar balones fuera.

Por ello, aseguró que EEUU "impone otras condiciones onerosas, violatorias de las normas del comercio internacional y de la libertad de navegación. Por ejemplo, obliga a transportar cualquier carga en buques estadounidenses, que regresan vacíos, pues EEUU impide que se importen productos de Cuba. Por tanto, se trata de una excepción muy singular, rigurosamente limitada, a la que no se le puede llamar comercio". 

Y el 4 de julio, en otra publicación en Twitter, aseguró tajantemente: "No existe excepción o posibilidad alguna para que Cuba importe medicinas y productos o equipos médicos desde EEUU. Lo que hay es una prerrogativa ejecutiva para otorgar licencias, generales o específicas".

"Si el Gobierno de EEUU deseara realmente reducir el brutal y cruel daño humanitario que provoca al pueblo cubano, firmaría ya una licencia. No lo hace por falta de voluntad política", enfatizó.

A esos argumentos recurrió Miguel Díaz-Canel, que el pasado 11 de julio replicó un tuit del vicecanciller Carlos Fernández de Cossío, quien aseguró: "No, no es verdad que el bloqueo económico se haya eliminado o aliviado para los medicamentos. La exportación de estos a Cuba sigue prohibida".

Este funcionario agregó que "lo exportado consiste básicamente en ayuda solidaria gestionada, bajo grandes obstáculos, por amigos y personas con sentimientos de justicia, que enfrentan la hostilidad y el escarnio de grupos extremistas de la mafia anticubana que gozan de acceso y favores en Washington. Hacerlo requiere permisos políticamente condicionados y difíciles de obtener".

Pese a todo lo anterior, las cifras públicas del Gobierno de EEUU, que ni Rodríguez de Fernández de Cossío ni Díaz-Canel se han ocupado de desmentir, indican que las exportaciones de productos para la salud del país del norte a Cuba han sido ininterrumpidas desde 2003.

A partir de esa fecha hasta hoy, tales compras han sido del orden de los 37.066.838 dólares, con la mayor cifra registrada en 2022, cuando fueron de 9.226.763 dólares, según muestra un informe del Consejo Económico y Comercial Cuba-EEUU.

Rodríguez evitó señalar además que, aunque las normativas del embargo de Washington contra La Habana sí exigen la verificación del uso final de esos productos médicos, no imponen el pago en efectivo por adelantado, como ocurre con los alimentos.

Por otro lado, las donaciones humanitarias, iniciadas en 2014 y sin pausa hasta hoy, implican la entrega a Cuba de diversos productos por parte de agencias federales de EEUU utilizando líneas aéreas y cargas por contenedores. En menos de nueve años han supuesto un total de 88.174.764 dólares.

Sobre ello precisamente habló este fin de semana Eulogio Pimentel Vázquez, vicepresidente de la estatal BioCubaFarma, quien calificó como "verdades a medias" que la Embajada de EEUU en Cuba, al desmentir a Rodríguez, asegurara que sí existe la posibilidad para las autoridades cubanas de adquirir medicamentos en ese país. 

"El embargo estadounidense a Cuba permite las exportaciones de productos médicos estadounidenses, así como de otros artículos de apoyo a la ciudadanía cubana. La licencia del Departamento de Comercio es fácil de obtener. Las informaciones pertinentes son información pública", indicó la sede diplomática el 8 de julio pasado.

La nota asegura: "¿Sabías que desde principios de año Estados Unidos aprobó casi 900 millones de dólares en exportaciones médicas a Cuba? Y el año pasado más de 800 millones de dólares, doblando la cifra del 2021. Que el embargo no se manipule como excusa para la falta de atención medica en Cuba".

Pimentel reconoció que ha habido donaciones de medicamentos a Cuba de EEUU, aunque no dijo qué cantidad ni en qué fueron utilizadas. Tampoco especificó, como Fernández de Cossío, que estas se produjeran gracias a gestiones de "amigos y personas con sentimientos de justicia".

Según el funcionario, lo dicho por la Embajada califica como "medias verdades", dado que "lo que es posible es donar medicamentos a Cuba, lo cual es correcto; pero la satisfacción de la demanda de medicamentos cubana no depende de uno, dos o tres donativos".

En cambio, Pimentel reconoció en su argumentación que La Habana no tiene dinero para pagar por los medicamentos en EEUU: "No entiendo por qué la información no se da del todo. Incluso en el supuesto caso de que nos permitieran importar medicamentos desde EEUU, ¿por qué nos bloquean la capacidad de conseguir las finanzas para poder comprar esos medicamentos? ¿Por qué no nos facilitan créditos para poder comprar esos medicamentos? Incluso, no los medicamentos: necesitamos solo las materias primas para poder fabricarlos".

"Bienvenidas las donaciones, pero lamentablemente satisfacen a una cantidad muy pequeña de la población", subrayó.

Los funcionarios del régimen usan como excusa para la crítica situación que vive el país al embargo de EEUU. Ese argumento está siempre por encima de su propia ineficiencia en el orden jerárquico de su argumentación. Y la publicación del informe de las compras en EEUU ha provocado un nerviosismo inédito en el Gobierno.