Las exportaciones de alimentos y producciones agrícolas de EEUU a Cuba en julio pasado disminuyeron ligeramente en comparación con igual periodo de 2023, pero las de carros de uso, productos sanitarios y bienes suntuarios mantuvieron su tendencia al alza.
De acuerdo con cifras publicadas por el Departamento de Agricultura de EEUU, la caída del 2,6% de las importaciones de alimentos por parte de compradores de Cuba, significó que esas compras cerraron en 31.457.528 dólares, por debajo de los 32.313.837 de julio de 2023, aunque por encima de los 23.468.476 de igual mes de 2022.
Pese a este dato puntual, las exportaciones autorizadas de la nación vecina a la Isla mantienen una tendencia creciente en el actual año. En los primeros siete meses de 2024, los compradores cubanos han gastado 242.085.953 dólares en EEUU, por encima de los 192.573.390 de idéntico periodo de 2023.
Con tales cifras, según totaliza el Consejo Económico y Comercial EEUU-Cuba, desde diciembre de 2001, cuando se produjeron las primeras ventas de este tipo pese al embargo de Washington contra La Habana, esas compras totalizan más de 7.488.419.346 dólares.
Además del abultado volumen de cárnicos, en especial pollo congelado, que forman parte de esa cesta de la compra, llama la atención que entre los productos exportados por EEUU a Cuba aparecen los duraznos frescos; especias; aceite de oliva; ropa (pantalones, blusas, calzoncillos, batas de baño), y celdas solares.
Aparece en la factura una extraña cifra de 4.338 dólares en tequila y 3.473 dólares en productos para el cuidado de la salud. Las donaciones humanitarias a la Isla, ascendieron, según los datos públicos, a 4.290.817 dólares.
Mención aparte merecen los vehículos usados. En julio, la compra de carros para Cuba cerró con 3.705.643 dólares invertidos. Entre enero y julio de 2024 ya suman 34.587.077 dólares dedicados a esos equipos. En el mismo periodo, la cantidad dedicada a la compra de camiones fue de 1.457.141 dólares.
Ese negocio, del que se benefician varias empresas del país del norte que recibieron licencias de Washington para ello, así como el Gobierno de la Isla, que cobra aranceles cada vez más altos por tales compras, fue entre 2023 y el primer trimestre de 2024 de poco más de 20 millones de dólares, lo que evidencia que las compras se han disparado.
Aunque el Gobierno y la prensa oficial lo callen, EEUU fue en 2022 el sexto país del mundo con mayor volumen de exportaciones a la Isla, según reveló el Anuario estadístico de Cuba del año 2022, con cifras hechas públicas por la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), y que no han sido actualizadas.
Esas exportaciones en 2023 crecieron en comparación con 2022, al totalizar 342.607.027 dólares, un incremento, pese al embargo y los "problemas de liquidez" que asegura tener La Habana, que tiene que pagar al contado por esas compras, frente a los 328.536.988 dólares del año anterior.
Todas las exportaciones están autorizadas, pese al embargo, en virtud de la Ley de Reforma de Sanciones Comerciales y Mejora de Exportaciones (TSREEA, por sus siglas en inglés) de 2000.
No obstante, tanto la cúpula gobernante como sus medios siguen culpando de las privaciones que sufren los cubanos al embargo de Washington contra La Habana.
El tequila se une al listado de redecillas y rositas de maíz. Da lo mismo si fueron tres botellas o trescientas. En un
país donde hay que importar la comida de la población porque no se produce nada, yo quisiera saber qué prioridad tiene la compra de unas botellas de tequila en un supuesto listado de necesidades alimentarias.
ÑOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO....está durísimo el bloqueo....
Por favor, respétense más con los titulares y dejen un poco el sensacionalismo. Un poco más de 4000 dólares en tequila, no es ni la compra de un liquors store o un bar en USA.
El tequila fue para la torta de machi
El cartel de Punto Cero entendió que a diferencia del periodo especial de los 90s, lo único que no debe escasear ahora en ninguna tienda socialista es el alcohol.
Los subyugados en su indigencia y desespero deben tener la facilidad de emborracharse, drogarse y enajenarse de la realidad brutal que los aflige, así revelarse no sería una opción viable para los zombies antillanos.