Radares para barcos y piezas de motores de avión: las extrañas compras de Cuba en EEUU

Revisando la lista de compras de Cuba en EEUU en mayo pasado, un detalle capturó mi atención: alguien en la Isla adquirió radares diseñados para su instalación en botes o barcos por un valor de 49.631 dólares. Ahora, el informe semestral de importaciones muestra que, entre enero y junio, la suma dedicada a esa clase de dispositivos ascendió a 99.262 dólares.

¿Alguna MIPYME está equipando yates o embarcaciones con tecnologías imprescindibles para la navegación fabricadas en EEUU? Porque, hasta donde se sabe, el único propietario de esa clase de medios navales en la Isla es el régimen cubano.

Pero las sorpresas de este tipo en la cesta de la compra cubana en el vecino del norte en la primera mitad de 2024 no quedan ahí. La misma lista consigna 17.942 dólares en "partes y equipamiento para motores de aeronaves civiles".

Lo anterior me hizo recordar que en octubre de 2023 la cesta de la compra cubana en EEUU incluyó 1.135.439 dólares en reflectores aéreos, presumiblemente para su uso en pistas y aeropuertos de la Isla.

Al mes siguiente, nueva sorpresa: desde Miami fue embarcada a Cuba una ambulancia especializada por un valor de 78.590 dólares. ¿También para uso del sector no estatal, como autorizan las licencias de Washington?

Estas llamativas particularidades del negocio importador cubano en EEUU son apenas un botón de muestra del incremento de las compras de tecnologías de alto valor agregado. Aparte de automóviles modernos, nuevos y usados, la parte pública del flujo de dólares de los nuevos ricos y la gente enchufada, en la lista hay maquinaria para el procesamiento de chocolate, semillas y frutas; para la impresión de bloques; impresoras láser y offset; válvulas hidráulicas; aparatos eléctricos como generadores de corriente alterna y directa; módems; video proyectores; celdas solares; 1.060.380 dólares en contenedores...

No hay necesidad de lanzar preguntas retóricas para entender quién hace esas compras y se beneficia de ellas. Sumando a lo anterior las cientos de toneladas de alimentos que adquieren tanto el Gobierno como las MIPYMES cada mes en EEUU, ¿a qué se refiere La Habana cuando acusa a Washington de imponerle una política de asfixia extrema?

Las compras descritas ni siquiera ven un obstáculo en la obligación, impuesta por Washington, de pagar al contado la mayoría de las importaciones. Según el Consejo Económico y Comercial EEUU-Cuba, entre enero y junio de 2024 las exportaciones exentas del embargo sumaron 210.628.425 dólares, un incremento en comparación con los 160.259.553 dólares de igual periodo de 2023.

Para subrayar el incremento y diversificación de las importaciones del país que impone un "férreo bloqueo" a La Habana, según la propaganda oficial, solo en junio último la Isla compró en EEUU 89.586 dólares en reactivos de diagnóstico y para su uso en laboratorio.

Se sumaron a lo anterior productos médicos y medicamentos no especificados recibidos como donación también desde EEUU entre enero y junio de 2024, por un valor de 3.609.682 dólares.

En mayo pasado, y después de seis meses sin hacer compras de productos sanitarios en EEUU, La Habana adquirió 5.337 dólares en penicilina e insulina; dentífricos; equipamiento para escaneo ultrasónico; extremidades artificiales; aparatos médicos no especificados; aparatos quirúrgicos para uso odontológico y oftálmico; cánulas y cápsulas de gelatina.

Todas las exportaciones están autorizadas en virtud de la Ley de Reforma de Sanciones Comerciales y Mejora de Exportaciones (TSREEA, por sus siglas en inglés) del año 2000. Esas compras superan los 7.456.961.818 dólares desde que se produjeran las primeras entregas, en diciembre de 2021.