La presunta apertura del régimen de Cuba al sector privado, con la autorización de casi 6.000 micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), ha sido apreciada por muchos como una estrategia para burlar las condiciones del embargo de EEUU para obtener inversiones. Pero, si así fuera, ¿por qué ignora el ofrecimiento de un primer negocio de esa naturaleza?
De ello se quejó esta semana el Consejo Económico y Comercial Cuba-EEUU, que recordó que hace casi siete meses que la Administración de Joe Biden aprobó la primera licencia que autorizaba la inversión y financiamiento directos a una empresa privada ubicada en la Isla y propiedad de un ciudadano cubano.
La queja hace referencia a un anuncio de mayo pasado, cuando John Kavulich, presidente de esa consultora, informó que Washington había aprobado por vez primera en más de 60 años una inversión de ''hasta 25.000 dólares'' en un negocio privado en Cuba.
Aunque nunca hubo detalles sobre qué empresa era la beneficiaria y de cómo se tramitó el acuerdo —Kavulich solo adelantó que el emprendimiento privado era en el área de los servicios—, hasta la fecha La Habana tampoco divulgó si aprobó dicha inversión.
"Con cada día de retraso, el Gobierno de la República de Cuba aumenta el nivel de sospecha por parte de individuos y entidades corporativas de que el autodeclarado compromiso con el resurgimiento del sector privado en la República de Cuba es sostenible", alertó el Consejo Económico.
"El proceso para que las MIPYMES reciban inversión directa y financiamiento directo debe ser simple, fácil y no debe requerir la aprobación de un comité. Siempre que las MIPYMES autocertifiquen que cumplen con las normas emitidas por el Gobierno de la República de Cuba, se debe considerar que califican, en ausencia de evidencia de incumplimiento", agregó.
El silencio del régimen cubano lo pone en evidencia. ¿Quiere o no La Habana hacer negocios con EEUU? ¿Está o no necesitado de dinero fresco en medio de la peor crisis de la Isla en 30 años?
La licencia del 10 de mayo de 2022, otorgada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, indicó que los fondos de inversión y dividendos, así como los de financiación y pagos de intereses deberían transferirse a través de instituciones financieras en terceros países, dado que la OFAC autoriza a bancos en Estados Unidos a tener cuentas corresponsales en similares operados por La Habana, pero no al régimen en instituciones financieras del vecino del norte.
El silencio del régimen cubano
En julio pasado, el diario de Florida El Nuevo Herald aseguró que el First American Bank, que maneja desde Miami las cuentas bancarias de la embajada cubana en Washington y de la misión cubana ante las Naciones Unidas, está negociando con el estatal Banco Internacional de Comercio S.A. para abrir una cuenta corresponsal en Cuba.
Sin hacer referencia a ello, Rodrigo Malmierca, ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, dijo poco antes que el Gobierno cubano estaba "en proceso de definición aspectos vinculados a la participación de capital extranjero en negocios privados, donde próximamente pudieran comenzar algunas experiencias".
Kavulich consideró el acuerdo bancario el próximo paso "lógico" de Washington, puesto que los inversionistas y quienes brinden financiamiento en EEUU a pequeñas empresas privadas cubanas "deben tener un medio directo, eficiente y transparente" para enviar fondos a Cuba y recibir sus ingresos por su inversión, dividendos y pagos de préstamos.
"No tendría sentido que la Administración de Biden continúe requiriendo que los fondos que se mueven de Estados Unidos a Cuba pasen por bancos en terceros países, donde luego cobran una comisión por cada transacción", señaló.
Sin embargo, en reacción el gobernador de Florida, Ron DeSantis, ordenó a una agencia de su Gobierno advertir a empresarios privados a no caer en la "estafa" del Gobierno cubano. También alertó sobre el llamado a estadounidenses a invertir en Cuba, que hizo el régimen en agosto de 2021 y luego ha reiterado.
DeSantis subrayó que el Gobierno cubano ha ideado "un nuevo esquema: pedir a los residentes de los Estados Unidos inversiones en el 'sector privado', pero en Cuba los ciudadanos no tienen derechos de propiedad y todas las empresas son estatales".
"La inversión extranjera no tiene sentido cuando no hay derechos de propiedad para los ciudadanos cubanos y cuando el Gobierno cubano limitará qué empresas aparentemente privadas podrán recibir fondos extranjeros", señaló en un comunicado.
Posterior a ese intercambio casi nada se ha dicho. El comentario más elocuente al respecto lo hizo el primer ministro cubano, Manuel Marrero, mientras dirigía una reunión de Gobierno sobre control económico, cuando anunció que se prepara "una norma que defina los mecanismos de control" de las MIPYMES.
Según los datos más recientes publicados por La Habana, han sido aprobadas hasta la fecha 5.643 MIPYMES privadas, lo que incluye 68 entidades operadas por el Gobierno y 59 cooperativas no agrícolas. El 52% de los negocios aprobados son reconversiones de empresas preexistentes y el 48% nuevas empresas.
Como advirtió la economista Rafaela Cruz para DIARIO DE CUBA, "la conclusión lógica es que los permisos —no derechos— concedidos al sector privado, son una táctica para reflotar" el aparato empresarial estatal centralizado, "al cual el castrismo regresará tan pronto mejore la coyuntura económica, destruyendo en el ínterin a quienes se hayan enriquecido con la apertura, como mismo hizo con el 'Plan Maceta' en los 90 y la ofensiva anti cuentapropistas comenzada en 2016, que concluyó con la infame Tarea Ordenamiento".
Cruz recordó la frase del propio Marrero, quien subrayó que "la empresa estatal socialista es el actor fundamental, y los nuevos actores son su complemento" en la concepción económica del régimen.
A ello podría agregarse algo que señaló el abogado y expolítico cubanoamericano Joe García, quien paradójicamente ha estado vendiendo en EEUU la presunta apertura económica del régimen de Cuba.
Tras su visita a La Habana a fines de octubre último y su reunión con Miguel Díaz-Canel al asistir al primer foro de negocios entre empresarios de EEUU y empresas cubanas, organizado en la Isla por la entidad de consultoría empresarial Focus Cuba, creada por los abogados Phil Peters y Paul Johnson, narró: "Hubo un discurso de la viceministra de planificación económica [Johanna Odriozola], que fue bastante impactante, exponiendo dónde estaban, cómo están constituidas las PYMES y en qué áreas de la economía".
"Y luego hubo una presentación del Ministerio de Relaciones Exteriores, que dedicó 35 minutos a atacar el embargo, y luego hablaron sobre las PYMES para decir: 'No vamos a permitir que estas empresas privadas interfieran con nuestras empresas estatales o abran una brecha entre el Estado y el pueblo cubano', ese tipo de cosas", subrayó.
"Aquí [en Estados Unidos] ciertamente no darías ese discurso cuando invitas a la gente a hacer inversiones. Pero esto es algo difícil para un régimen comunista", reconoció.
Porque tiene miedo...la dictadura sabe que la más minima apertura es us sentencia de muerte...su lema debería de ser "Abrir el domino o muerte"
En su cruzada ideológica contra el bloqueo gringo siempre evitaron mencionarle al pueblo cubano que dicho embargo era contra el estado dictatorial y nunca contra emprendedores privados.
Deeeespacito!!!
Ese parece ser el lema del régimen en esta lógica apertura a una economía real.
Hasta que no estén seguros del cacareado enCADENAmiento productivo de las prósperas MIPYMES a las desastrosas empresas estatales no darán pasos sólidos. (encadenar es una palabra que define sus oscuros intereses)
Su filosofía de la empresa estatal socialista como "actor fundamental y lo demás como complemento" esconde el interés político de mantener su colapsante dictadura con la complicidad de exitosas, privadas y genuflexas empresas.
¡¡¡¡¡ ____ C U B A ____ E S T A D O ____ F A L L I D O ____ !!!!!
Déjame adivinar… será por hijoeputa? 😀
No se pueden entender!. Nunca.