Aliarse más con adversarios de EEUU: Nicaragua y Venezuela responden a la Cumbre de las Américas

La IX Cumbre de las Américas no le ha servido a EEUU para reafirmar su influencia en el continente. La reunión mediáticamente se destacó por la decisión de Washington de no invitar a los regímenes autoritarios de Cuba, Nicaragua y Venezuela; apenas una nación de Centroamérica estuvo presente y llovieron los cuestionamientos públicos al país anfitrión. La reunión en Los Ángeles no ha sido la cara de un éxito diplomático para el Gobierno de Joe Biden.

Simbolizando, tal vez, la merma del poder que tradicionalmente se le adjudica a EEUU, varios presidentes hicieron el desaire diplomático de no asistir pese a estar invitados, incluyendo tres naciones centroamericanas que en diversos momentos tuvieron una alta dependencia de EEUU: Guatemala, Honduras y El Salvador.

Otro hecho simbólico, una suerte de posición desafiante, ha sido la decisión de Nicaragua y Venezuela, de justamente estrechar lazos militares y energéticos con Rusia e Irán, respectivamente, cuando tenía lugar la Cumbre en Los Ángeles.

"La Cumbre no ha sido exitosa, a mí entender. Evidencia que EEUU no pudo unir al hemisferio y además quedó a medias con la intención de promover la democracia", comenta a DIARIO DE CUBA el periodista León Hernández, quien ha estado durante toda la semana en la Cumbre así como en las reuniones previas a la llegada de los jefes de Estado y de Gobierno.

El Gobierno de Biden enfatizó el tema de la democracia en la convocatoria para justificar su decisión de no invitar a Cuba, Nicaragua y Venezuela. Según analistas consultados en su momento por DIARIO DE CUBA, hubo un mal manejo diplomático de Washington en este tema, con lo cual mediáticamente ese terminó siendo un foco alto de interés, por encima de las propia agenda.

La Casa Blanca, como ha sido tradición en los gobiernos demócratas, trató de debatir con sus vecinos el tema migratorio, pero la ausencia de los presidentes de los países latinoamericanos que más migración hacia EEUU ha generado en los últimos años, como son México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Venezuela, les resto significación a los acuerdos y debates.

"Si no están los países de emisión grande de emigrantes, hay ciertos mutismos que harán daño y podrían ser insuficientes los alcances de índole migratoria que se logren en la Cumbre", adelanta Hernández desde Los Ángeles.

La vicepresidenta estadounidense Kamala Harris participó en diferentes mesas técnicas con empresarios privados de su país, con los que anunció varios proyectos para Centroamérica por el orden de 3.200 millones de dólares. Solamente el recién electo mandatario de Costa Rica, Rodrigo Chaves, fue el único mandatario centroamericano presente.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el de Bolivia, Luis Arce, y la de Honduras, Xiomara Castro de Zelaya, abiertamente manifestaron su disgusto por "las exclusiones" que hizo el país anfitrión y decidieron no estar presentes pese a tener invitaciones.

Entretanto, el mandatario salvadoreño Nayib Bukele, por su propia agenda de conflicto con EEUU y la propia Organización de Estados Americanos (OEA), no viajó a la reunión. Mientras que el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, se ausentó por problemas "de agenda", pero en realidad podría ser su respuesta ante los cuestionamientos que hizo EEUU de su decisión de renovar como fiscal general a Consuelo Porras, acusada de frenar investigaciones anticorrupción en el país centroamericano.

Con 23 mandatarios asistentes, de un total posible de 35, esta ha sido la Cumbre de las Américas con el peor registro de asistencias. El politólogo Xavier Rodríguez-Franco, quien tiene una maestría en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Salamanca (España), asevera que ya este espacio interamericano viene decayendo, desde que fueron concebidas originalmente a mediados de los 90 como un encuentro diplomático orientado a promover el libre comercio hemisférico.

"No siguen una periodicidad rigurosa y hace cuatro años, cuando se celebró la última ya estuvo bastante deslucida por la ausencia a última hora del entonces presidente Donald Trump", precisa este analista político al ser consultado por DIARIO DE CUBA.

Más allá del espacio conjunto de discusiones y exposiciones, la diplomacia de EEUU hizo un esfuerzo por lograr limar asperezas con países estratégicos de América Latina. En esa dirección se inscriben las reuniones bilaterales de Biden con Alberto Fernández (Argentina), con Jair Bolsonaro (Brasil) y con Gabriel Boric (Chile).

Mientras la Casa Blanca se esforzaba por tener una cumbre que no se le fuera de las manos, y mantener un clima de cordialidad con sus vecinos latinoamericanos y caribeños, el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua anunciaba su decisión de prestar este país para la actividad militar de Rusia en su territorio, en momentos de una gran tensión entre Moscú y Washington por la invasión rusa de Ucrania.

En simultáneo, Nicolás Maduro llegaba de gira a Teherán, tras haber estado en Turquía y Argelia, mostrando una "agenda diplomática antiimperialista". Las industrias petroleras de Irán y Venezuela están sancionadas por EEUU, sin embargo ambos países han logrado seguir produciendo y comercializando combustibles ante la tácita aceptación de la Casa Blanca. Estos dos países, además, han fortalecido entre ellos sus lazos de cooperación en esta materia.

Venezuela estuvo como tema de debate. Aunque Nicolás Maduro no fue invitado a la cumbre, tampoco estuvo presente Juan Guaidó, a quien la Casa Blanca sigue considerando "presidente interino". Biden sostuvo una llamada de más de 17 minutos con el líder opositor, donde ratificó su reconocimiento por parte de EEUU, pero aun así este expresó su disgusto.

En el caso de Venezuela, según comenta el periodista Hernández a DIARIO DE CUBA, la Casa Blanca debió evitar la presencia de Guaidó en Los Ángeles para evitar otras deserciones de jefes de Estado, ya que varios países aliados de EEUU dejaron de darle el estatus de "presidente interino" al líder opositor venezolano, quien saltó a la palestra a inicios de 2019 y llegó a ser reconocido por más de 60 países.

¿Y Cuba? Aunque el régimen castrista evitó una provocación diplomática como las que protagonizaron Daniel Ortega y Nicolás Maduro, en respuesta a no ser invitados a la Cumbre, el tema cubano envolvió no pocas discusiones en Los Ángeles. La reunión de activistas cubanos con el secretario de Estado, Antony Blinken, constituyó el primer contacto de tan alto nivel desde que Joe Biden asumió la presidencia de EEUU.

Y en otros casos, figuras como Gabriel Boric que había logrado evitar pronunciarse sobre Cuba en los últimos meses, ante una pregunta periodística en el marco de la Cumbre no tuvo más opción que responder. Y así, el presidente de Chile terminó por sostener públicamente que era inaceptable la existencia de presos políticos en Cuba.