La Asamblea de Cineastas Cubanos (ACC) publicó recientemente el número fundacional de su revista, Alterna, dirigida por el cineasta Esteban Insausti. Se trata de un espacio para el debate y la comunicación en torno al cine cubano que, si bien es perfectible, representa un punto de avance para contrapuntear con el discurso cariado del estatal Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC).
Alterna solo ha nacido y busca convertirse en el espacio líder de los cineastas cubanos y sus luchas contemporáneas, pero, para ello, debe hablarle a más gente, buscar más complicidades en la sociedad, sin circunscribirse solo al gremio cinematográfico. En tal sentido, DIARIO DE CUBA conversa con su editor jefe, Esteban Insausti, cineasta cubano radicado en República Dominicana y director de filmes como Club de jazz, Larga distancia y Existen.
"Alterna no es más que un instrumento, una extensión de los intereses, angustias y desvelos de la mayor parte de sus protagonistas, obviamente los cineastas, diseñada para todas las voces del cine cubano sin pretensiones de emular con ninguna otra publicación de su estilo", dijo Insausti y agregó: "Este primer volumen (construido para presentarse a sí mismo) deja muy claro tanto sus presupuestos éticos y estéticos como conceptuales y formales en torno a discusiones de muy vieja data e intenta así cubrir ciertas zonas de ese relato que sigue a la espera de un debate urgente y más pertinente que nunca".
El cineasta subrayó que la revista procura "un futuro mejor aún desde la incertidumbre del presente". "Las páginas de Alterna serían como una suerte de grito silencioso, una película en blanco y negro que devela cicatrices de la realidad (en el caso que nos ocupa, las del cine nacional y su diáspora) para, como aclara su manifiesto, procurar sanar entre todos un entramado ya muy dañado, o al menos, intentarlo desde el pensamiento crítico, pretendiendo forjar unidad justamente desde la diversidad de voces, de las que Alterna es tan solo su eco", agregó.
Dicha diversidad de voces debe sostenerse sobre más puntos de vista, con textos que piensen el futuro, creándolo, y revisiten de forma crítica las censuras y menoscabos de la historia del cine cubano. Lo necesita ese cuerpo audiovisual de la nación definido por el crítico Juan Antonio García Borrero, uno de los articulistas de Alterna.
Hace años que varios medios, sobre todo revistas culturales de la prensa independiente, dedican importantes espacios al cine y, desde su nacimiento, han acompañado los reclamos de la ACC. Entonces, ¿por qué Alterna?, ¿por qué crear un nuevo medio para decir lo que otros, y ellos mismos, ya han dicho antes?
"En torno a la urgencia del debate iniciado ya hace décadas sobre los problemas reales de la industria cultural en Cuba, ningún espacio resultaría hoy francamente suficiente, en tanto los intereses de esa inmensa mayoría de la comunidad reflejada también en la Asamblea, requerían ya manifestar su propio programa de manera directa y no a través de otros. La revista se propone convertirse en una especie de brújula que oriente hacia áreas menos debatidas en el cine y las artes en general, procurando traspasar fronteras y diferencias, conectando a cineastas desde diferentes partes del planeta, más allá de cualquier agenda individual o sectaria", dijo Insausti sobre este particular.
Sobre la ausencia de artículos firmados por jóvenes y por mujeres, que son, en los últimos años, quienes han impulsado al cine cubano y quienes, a día de hoy, impulsan a la ACC, Insausti comentó que "la revista se creó de manera espontánea, se acercaron a ella de manera individual o convocados por otros miembros los integrantes que hoy están".
"Para nosotros no existen demarcaciones de género, ideología o maneras de asumir y ver el audiovisual en general, creemos en lo que el artista tenga para proponer con su propia voz. No obstante, en este primer equipo, si tomamos en cuenta tanto el grupo editorial como el consejo asesor y muchas personas que formaron parte para hacer realidad el primer número, confluyeron varias mujeres, todas muy valiosas y de diferentes generaciones; las puertas continúan abiertas, apenas comenzamos", agregó.
Insausti invitó a participar en el proyecto a "las instituciones que deseen acompañarnos en este constructo", pero aclaró que Alterna "no ha establecido contacto con institución alguna". Se trata, dijo, de "un proyecto creado para y desde la comunidad".
Los gestores de la revista esperan, según Insausti, "que sus objetivos no devengan en un acicate reductor mañana". "La tremenda acogida de este primer volumen nos resulta muy esperanzadora. En Alterna sus receptores podrán encontrar un nicho para el pensamiento crítico más comprometido con el destino de su cinematografía, buscamos honestidad intelectual, responsabilidad, debate lúcido, profundo y actualizado sobre la compleja realidad que nos circunda", concluyó.
El pensamiento crítico puede y debe convertirse en el sello de una publicación que bien pudiera ser, ojalá pronto, eso que dijo Jesús Díaz al referirse a la revista Encuentro de la cultura cubana, creada por él en 1996: "La revista dio respuesta a una necesidad profunda. Un lugar de encuentro democrático, donde sean al fin superados los antagonismos: no solo aquellos que oponen La Habana a Miami, sino los que existen en el interior del exilio y en el interior de la Isla".
Lo bueno es, entonces, que Alterna empieza ahora.
