América Latina en 2022: los autoritarismos apostarán por consolidarse

Las perspectivas no son halagadoras. 2022 se proyecta como un año en el cual las dictaduras apostarán por su consolidación, mientras que en algunos países seguirán operando gobiernos que buscan debilitar al modelo democrático. Esta dinámica política en América Latina irá de la mano de una crisis social y económica exacerbada por la pandemia de Covid-19, de acuerdo con expertos consultados por DIARIO DE CUBA.

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), en coincidencia con lo señalado por otros organismos internacionales especializados, el Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina y el Caribe tuvo un crecimiento ligeramente superior al 6% en 2021. Sin embargo, la proyección del FMI para la región en 2022 no es optimista, se prevé un crecimiento del 3% que luce insuficiente para curar las heridas sociales y económicas que ha dejado el paso de la pandemia.

En América Latina y el Caribe, los efectos negativos de la pandemia de Covid-19 en términos de productividad, empleo y capital humano podrían "tomar muchos años en revertirse", advirtió el FMI cuando presentó sus proyecciones para 2022.

"La región continuará estando impactada por la pandemia y todo lo que ella ha revelado, profundizado y acelerado en empobrecimiento, desigualdad y recesión económica", sostiene la profesora e investigadora Elsa Cardozo, ex directora de la Licenciatura y de la Maestría en Relaciones Internacionales de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

En respuesta a una interrogante de DIARIO DE CUBA, Cardozo apunta que se harán presentes niveles de conflictividad y tensión en diversos países, teniendo como telón de fondo las secuelas que deja el Covid-19. "Se manifestarán en diversa medida, pero siempre significativa, la brecha entre las necesidades y demandas sociales, por un lado, y la capacidad de los gobiernos para atenderlas, por la otra", sostiene.

El 2021 cerró con el giro a la izquierda de varios países, como expresión de un voto protesta que se tradujo en las victorias de outsiders, como en el caso de Pedro Castillo en Perú, de Xiomara Castro de Zelaya en Honduras y de Gabriel Boric en Chile.

"Políticamente hemos observado el tema del péndulo. Volvemos a lo que podría llamarse una nueva ola rosada, como la califican algunos. Sectores vulnerables han votado, en los últimos meses rechazando los gobiernos que tenían", sintetiza por su parte Félix Arellano, doctor en Ciencias Políticas y Coordinador del Área de Relaciones Internacionales y Globales de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV.

Arellano explica, al ser consultado por DIARIO DE CUBA, que la vida pública y la dinámica política en América Latina en 2022 estará marcada por el Covid-19.

"Será un año de enormes desafíos. La pandemia no para. La vacunación, que ha sido amplia y efectiva en los países desarrollados, en América Latina no ha tenido tal impacto porque estamos con sectores marginados socialmente, gobiernos ineficientes y gran corrupción", explica Arellano.

En tal contexto, Elsa Cardozo prevé un 2022 en el cual las democracias de la región estarán enfocadas en su política interna, lo cual puede abonar el terreno para el avance autoritario en la región.

"Los regímenes autoritarios (Venezuela, Cuba y Nicaragua) y los muy diversos de perfil iliberal (como en los casos de Bolivia y El Salvador), seguirán trabajando nacional e internacionalmente por su consolidación y modus vivendi interior y exterior", proyecta la analista.

No visualiza Cardozo un escenario de debate regional sobre el retroceso democrático que se vive en la región dado el foco hacia lo interno que tendrán los gobiernos democráticos, para dar respuesta a las dinámicas que genera la pandemia.

Arellano, por su parte, adelanta que otras naciones con peso en la agenda regional como son los casos de Colombia y Brasil estarán inmersas en "complejos procesos electorales", con lo cual la agenda de política exterior pasará a un segundo plano.

En el caso colombiano, donde las encuestas a fines de 2021 señalan como favorito al izquierdista Gustavo Petro, Arellano cree que estas votaciones en 2022 mostrarán un descontento popular, que va de la mano de la desconexión, que este analista percibe, "entre los partidos democráticos históricos y las necesidades de la población". Un escenario posible es que se registre un triunfo electoral de un proyecto radical, que sería un cambio de envergadura en Colombia con gran impacto en América Latina.

En relación con las elecciones de Brasil, Arellano apunta a que la larga campaña electoral, dado que las elecciones serán en octubre de 2022, mantendrá al país polarizado. "Brasil vive sus problemas sociales de fondo exacerbados tanto por la pandemia y por las erráticas decisiones del Gobierno de Jair Bolsonaro", sintetiza. El gran favorito al cierre de 2021, según diversos sondeos, es el dos veces presidente Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores.

En relación con el papel de EEUU en la región, en 2022, Cardozo adelanta que no deben esperarse grandes cambios: "Sin dejar de atender ciertos vínculos y cuestiones bilaterales en Suramérica y el Caribe —entre ellos las situaciones de Venezuela y Nicaragua—, en la agenda estadounidense seguirá pesando en su agenda el tema migratorio, la importancia de los acuerdos con México y de ajustar estrategias hacia Centroamérica".

Entretanto, el escenario de tensiones geoestratégicas entre EEUU y la Unión Europea (UE) con China y Rusia será el espacio para que las autocracias de la región e igualmente gobiernos que apuestan por minar la democracia, encuentren una interacción provechosa con Beijing y Moscú. Será una manera de retar a Washington y Bruselas.

Ante una región enfocada en lo urgente y con tantos matices políticos, no se prevé que América Latina y el Caribe encuentre una voz unificadora para su interlocución con el resto del mundo.

"Las relaciones internacionales en la región seguirán siendo accidentadas, incluso ante problemas tan necesitados de cooperación como el de la deforestación, las migraciones forzadas, el narcotráfico y otros ilícitos, la delincuencia transnacional, la corrupción y el lavado de dinero o el amplio catálogo de fuentes cibernéticas de inseguridad", adelanta Cardozo en relación con 2022 y lo que podría ser el desconcierto regional.

Regresando a la agenda interna de naciones de Sudamérica, finalmente, Félix Arellano adelanta que "en algunos países resultará fundamental la construcción de convivencia política institucional, especialmente entre gobiernos y parlamentos de países como Ecuador, Perú y Chile".

Con el riesgo de que los autoritarismos, de diverso signo ideológico, avancen en 2022, Cardozo se manifiesta pesimista sobre la capacidad política regional para frenar este fenómeno. A su juicio, seguirá siendo difícil "acordar respuestas ante crisis nacionales vinculadas a la pérdida de democracia y Estado de derecho".