En este, como en otros tantos problemas de la precariedad producida por el Gobierno en Cuba, queda en evidencia la contradicción entre justicia y legalidad.
A la dictadura totalitaria cubana le conviene la bancarización, que es un excelente método de espionaje y control, y por eso Díaz-Canel la declara de 'necesidad y urgencia'.
'Aparte de romper bolsillos y vaciar refrigeradores, el torbellino cambiario que hace unos días asoló la Isla dejó algo bien claro: el castrismo tiene menos dinero que vergüenza.'
'Están lanzando al pueblo a un sálvese quien pueda con manos y pies atados, porque el objetivo no es que aprendan a salvarse, sino que les salven desde fuera.'
Dolarizar implica transferir parte de la confianza popular a políticos extranjeros, no porque sean más honestos o eficientes, sino porque trabajan bajo un marco institucional más adecuado para promover el desarrollo y el bienestar.
Defiende el fin del techo para el gasto público en Brasil y la creación de una moneda única en América Latina. 'No tenemos que depender del dólar', dice.