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REPRESIÓN

Primavera Negra de Cuba: A 20 años de un 'acto de soberbia de Fidel Castro'

De aquella oleada que puso en evidencia la naturaleza represiva del régimen cubano hablan con DIARIO DE CUBA cuatro protagonistas.

Madrid
Ilustración Primavera Negra.
Ilustración Primavera Negra. DIARIO DE CUBA

Un "acto de soberbia" de Fidel Castro. Así califican la Primavera Negra de 2003 varios de los implicados en aquella batida que llevó a la cárcel a 75 figuras de la oposición. Activistas y periodistas independientes que afectaban la imagen pública del régimen cubano fueron en pocos días detenidos y condenados en juicios sin garantías procesales a penas de hasta 28 años de cárcel.

El régimen de Castro los acusó de intentar subvertir la revolución y de estar al servicio de EEUU. Algunos fueron excarcelados con una licencia extrapenal por razones de salud, pero la mayoría permaneció en prisión hasta 2010, cuando el Gobierno ejerció presiones para que aceptaran la deportación. La mayoría salió de Cuba. Los que se resistieron fueron los últimos en salir de las cárceles, en 2011, bajo licencia extrapenal.

A 20 años de esta oleada represiva DIARIO DE CUBA conversa con algunos de los protagonistas.

Para Ángel Moya Acosta, quien extingue este 18 de marzo su condena de 20 años, "fue de las experiencias más vívidas de dignidad".

"Ingresamos a prisión con tremenda moral. Ninguno se arrepintió de ejercer y promover el derecho a la libertad de expresión, de información y la defensa de los derechos humanos, a pesar de las altas condenas impuestas", dice.

"Demostró la fuerza que dentro de la población estaban adquiriendo los grupos opositores y periodistas independientes. Todo el mundo sabe de la relevancia que adquirió el Proyecto Varela y el significado hasta hoy de esa iniciativa de Oswaldo Payá y el Movimiento Cristiano Liberación (MCL)", sostiene Moya.

Para el exprisionero político, uno de los saldos más relevantes de la Primavera Negra fue el surgimiento de las Damas de Blanco.

"Las mujeres sistematizaron un movimiento de respuesta a la represión del régimen y por nuestra liberación sin conocerse entre sí, la mayoría sin vínculos con la oposición o el activismo de ningún tipo. Laura Pollán rompió su privacidad para acoger a los familiares de los presos políticos y articuló un movimiento insignia con su magisterio y ejemplo", afirma Moya.

"En esos duros siete años de injusto encarcelamiento nuestros familiares no dejaron de visitarnos en las prisiones, a pesar de que estábamos privados de libertad a más de 100, 200, hasta 700 kilómetros de distancia de nuestras residencias", recuerda.

En opinión de Moya, esta estrategia de enviar a residentes de Occidente al Oriente y a condenados de Oriente a Occidente se trató de otra "orden de Fidel Castro", para causar "más daño y sufrimiento a los familiares de los condenados".

"Recuerdo que mis hijos tenían siete y 11 años y se quedaban dormidos durante las visitas, del agotamiento de los viajes, a los que la Seguridad del Estado añadía más presión dificultando la adquisición de los pasajes, por citar un ejemplo", relata.

Moya considera que "no se puede hablar de la Primavera Negra sin mencionar la huelga de hambre de Orlando Zapata", quien murió en esa protesta por las pésimas condiciones de la población penal en general y las golpizas y otros abusos de los carceleros contra los presos. "Nos marcó, nos levantó la moral. Y también otra huelga de hambre realizada por Guillermo Fariñas en nuestro apoyo", explica.

Para Berta Soler, esposa de Moya y actual representante de las Damas de Blanco, "fue un momento muy duro y también importante porque precisamente surgió el movimiento" que hoy lidera.

"Familiares del Grupo de los 75, sin experiencia alguna, sin militar en ningún partido político nos unimos todas por una misma causa. Nuestros hijos se quedaron sin el abrigo de sus padres. Lo más importante es que el movimiento surgió por un mismo dolor. Luego nos ampliamos y abogamos por la libertad de todos los presos políticos sin exclusión", dice Soler.

"Estamos, nos mantenemos, el régimen ha tratado con más de 20 métodos represivos romper a las Damas de Blanco. Muchas de nosotras hemos ido a prisión, algunas permanecen, por el solo hecho de promover la declaración universal de los derechos humanos y por exigir de manera pacífica la libertad de los presos políticos y de todo el pueblo cubano", añade.

Prácticamente obligadas a permanecer en casa en los últimos tiempos, en medio de operativos para los que la Policía política no escatima recursos, las Damas de Blanco continúan intentando cada domingo salir y dejar claros sus reclamos ante quienes las reprimen.

"Vamos a continuar con firmeza, seriedad y resistencia nuestra lucha", afirma Soler.

Imagen represiva al descubierto

Iván Hernández Carrillo tiene muy claros en su cabeza todos los nombres del Grupo de los 75. En su conversación menciona a los que se fueron, a los fallecidos y a los que resisten dentro de Cuba, incluidos Félix Navarro y José Daniel Ferrer quienes, tras su participación en las históricas protestas del 11 de julio de 2021, vuelven a estar tras las rejas.

"Fue una experiencia durísima, devastadora. De la noche a la mañana el régimen nos mandó a la cárcel. Tuvimos que vivir lo que fue, un acto de soberbia y de arrogancia de Fidel Castro, que pretendía con ello acallar a la oposición", afirma.

"Esa primavera recogió el sufrimiento indescriptible de los presos políticos y el dolor de nuestros familiares que se alzaron con valor y defendieron nuestra libertad hasta alcanzarla. En medio de aquella brutal represión la oposición fue acallada, pero renació como el ave fénix con mayor fuerza. Aquello fue como echarle gasolina al fuego. El tiro le salió por la culata a Fidel Castro, quien se ganó la repulsa internacional y el odio incluso de sus propios amigos", considera. 

Para Hernández Carrillo, luego de 20 años transcurridos y pese a las apuestas del régimen la oposición se mantiene viva: "Aquí estamos enraizados, firmes y altos como las palmas a pesar del odio y la represión que persiste como en cualquier dictadura".

En opinión del sindicalista independiente, pese a "experiencias agridulces" del movimiento opositor, hay algo "alentador para la libertad" y es la incorporación del pueblo a la lucha, en referencia a las manifestaciones del 11J como punto más claro.

"Sigo bajo licencia extrapenal, una figura jurídica que pende sobre nuestras cabezas como una espada de Damocles. Mi condena termina para el año 2028", dice Hernández Carrillo, quien menciona los casos de Moya Acosta, Martha Beatriz Roque Cabello y Librado Ricardo Linares García, que extinguen su condena este 18 de marzo.

Voz desde el exilio

Regis Iglesias Ramírez, portavoz del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), uno de los condenados al exilio, recuerda que en 2002 "miles de cubanos demandaron que se reconocieran y garantizaran derechos y se celebraran elecciones libres y se devolviera a los cubanos la soberanía popular".

"La soberbia de la mafia en el poder pensó que, silenciando a más de 40 gestores de la iniciativa de ley conocida como Proyecto Varela, de entre casi 80 activistas y líderes opositores arrestados aquellos días de marzo de 2003 e incluso antes, iba a paralizar el clamor popular y la campaña que ya en ese momento había comenzado a cruzar líneas", dice Iglesias.

"Del mero ejercicio de respaldar con sus firmas el Proyecto Varela se empezaron a organizar en Comités Ciudadanos, unos 122 en igual número de municipios del país (Cuba tiene 187 en total). Y a esto fue a lo que en verdad le tuvo miedo el régimen. Vio como el pueblo despertaba y comenzaba a organizarse más allá de los grupos de oposición", reflexiona.

"Fue un golpe devastador para la sociedad civil alternativa al régimen. Pese a los esfuerzos de quienes habían quedado en libertad luego de nuestro secuestro nada volvió a ser igual. El régimen comenzó a desangrar a los principales grupos opositores, asesinó a Orlando Zapata, Laura Pollán, Oswaldo Payá y Harold Cepero, antes incluso de maniobrar para desterrar al grueso y más importante grupo de líderes nacionales que participaron en la Primavera de Cuba junto a Oswaldo Payá", dice el opositor.

En palabras de Iglesias Ramírez, está dado hoy "el cambio fraude que denunció y definió primero que nadie Oswaldo Payá y el Movimiento Cristiano Liberación y que ha avanzado con la complacencia del mundo libre".

"El régimen ha intentado maquillar su vetusta imagen represiva cambiando los nombres de su cúpula visible, tolerando alguna relación económica privada de los ciudadanos, pero continúa igual la segregación, la falta de derechos de esperanzas en la búsqueda de la felicidad y el progreso de los ciudadanos. El régimen ha suavizado la posibilidad de viajar fuera de la Isla a los ciudadanos, pero es solo un espejismo. Los cubanos no pueden salir o entrar libremente a su propio país y las listas de exiliados y desterrados a los que se nos impide volver a nuestra patria es inmensa", denuncia.

"Solo el reconocimiento y garantía de la libertad de expresión y asociación, la liberación de los cautivos, el reconocimiento del derecho de los cubanos para formar sus propias empresas, la aprobación de una nueva ley electoral que permita a todos los cubanos ejercer su derecho a elegir y ser elegidos, un ambiente propicio para comenzar una nueva etapa de nuestra historia, serán señales de que el régimen estaría rompiendo su inmovilismo y esencia represiva y segregacionista y el pueblo rescatando su soberanía", concluye.

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1 comentario

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Me importa menos la soberbia de Fidel Castro que la complicidad, de una forma o de otra, de casi todo el mundo externo con su claramente nociva e inhumana "revolución," y esa complicidad sigue en pie.