Bajo la batuta de una de las leyendas del deporte cubano, Iván Pedroso, el saltador Jordán Díaz, cubano nacionalizado español, campeón de su disciplina en el reciente Campeonato Europeo de Atletismo en Roma, y dueño de la tercera mejor marca de la historia, es una de las cartas más sólidas para conquistar el oro en los Juegos Olímpicos de París. En este contexto, en una entrevista con el diario español El Confidencial, dijo que, si tuviera que volver a tomar la decisión de abandonar la delegación cubana, algo que hizo en 2021, "la tomaría diez veces, la misma, sin dudarlo".
Desde ese año Díaz no ve a su familia, como muchos cubanos marcados por el éxodo creciente que vive la Isla. "Es muy duro, hay que reconocerlo, pero es algo que yo sabía que tendría que pagar. Toda cosa buena necesita algún sacrificio, y este es el mío. Así me lo tomo. Al final sé que puedo ver a mis padres en el futuro, porque yo ahora no puedo ir allí, pero ellos sí podrían venir aquí y eso me da un poco más de tranquilidad", dijo.
Precisamente sobre la tranquilidad dijo que, el hecho de integrarse al equipo español de salto, le ha permitido mejorar y alejarse de la presión que vivió antes. "Estoy bastante cómodo aquí en España y eso se refleja en los resultados, en la tranquilidad que tengo, en la alegría que transmito en la pista al ir a competir y eso sé que gusta a la gente que me ve", destacó.
Sobre su paso por el equipo nacional de Cuba de atletismo dijo: "te metían mucha presión. Todo era a partir de una exigencia que no siempre salía bien, te presionaban en todo. Al final esa tranquilidad también se refleja cuando haces algo mal algo y sabes que las consecuencias no van a ser más negativas que tener un mal resultado", de lo que pude inferirse que las autoridades deportivas cubanas imponían castigos luego de un resultado negativo.
Es inevitable, dijo, sentir presión ante la cita de París, "pero siempre trato de quitarme esa presión del exterior, y quedarme solo en la parte deportiva. Creo que lo puedo controlar, porque soy una persona que va muy a mi bola, no miro las redes sociales, ni me meto mucho en internet en esos momentos, para estar bien concentrado en lo mío", subrayó.
"París para mí lo es todo. Sé que no puedo ni me quiero obsesionar, porque además soy joven y tendré más opciones en el futuro de acudir a unos Juegos Olímpicos. Pero la cabeza está enfocada durante todo el año a esta competición, llevo mucho tiempo en la nevera, por decirlo así, y los Juegos Olímpicos son la prueba definitiva para saber que estoy bien y que el trabajo de estos cuatro años ha dado sus frutos", puntualizó.
Sobre la competición que vivirá los próximos días acotó que "El oro tiene que estar por encima de los 18 (metros), pero a lo mejor no, porque son unos Juegos Olímpicos, hay presión, hay muchos factores que pueden influir".
En tal sentido, no son pocos los que aseguran que Díaz tiene en sus piernas la posibilidad de romper el récord mundial, en posesión del británico Jonathan Edwards, tal solo 11 centímetros superior a su salto de 18,18 metros en Roma. Sobre este particular, el atleta cubano dijo: "No lo veo, no lo veo todavía, la verdad. De hecho, soy una persona que piensa más en las medallas, en obtener resultados, y no tanto en las marcas altas o en los metros que salto. No es algo que me obsesione o que me fije mucho, de verdad. El entrenamiento y el trabajo diario te llevará a conseguir esos resultados y en eso me enfoco".
Uno de sus más fuertes rivales en la temporada, que estará también en París, lo que hace presagiar una competencia espectacular, es el cubano nacionalizado portugués Pedro Pablo Pichardo. "Es una rivalidad que está bastante bien. Al final, cuando hay muchos atletas de gran nivel te obligan, te empujan, tienes que hacerlo mejor. Durante las competiciones todos somos enemigos, entre comillas, porque yo prefiero ese pique sano que te hace estar al máximo durante las competiciones. Precisamente ahí está la diferencia, en saber gestionar esa rivalidad, esa tensión que se produce en las competiciones", dijo Díaz.
Asimismo, y sin alarmas, dijo que convive siempre con las molestias: "El triple salto es un deporte muy lesivo y de mucha potencia y seguiré con esas molestias hasta que coja mis vacaciones y descanse. Es cierto que no me impide hacer mi vida diaria y competir, pero uno ya se ha acostumbrado a ellas y soy consciente de que en el deporte de élite vas al límite siempre".
La competencia de triple salto de París 2024 se disputará entre el 7 y el 9 de agosto.