El presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien precisamente saltó a la arena política tras una negociación con la entonces guerrilla del M19, de la cual formaba parte hace tres décadas, se juega la principal promesa de su Gobierno (2022-2026), la llamada "paz total", colocando en un rol protagónico al chavismo venezolano en el inicio de su diálogo con el ELN.
Hace una década justamente se inició el último y más importante acuerdo de paz de un Gobierno colombiano con los grupos insurgentes. Las negociaciones que se iniciaron en 2012 en La Habana, entre los representantes del entonces presidente Juan Manuel Santos y los referentes principales de la FARC, pusieron en la palestra durante cuatro años a Cuba, hasta la firma del tratado en 2016.
Este 21 de noviembre se iniciaron los diálogos cara a cara en Caracas entre delegados del Gobierno de Petro, representantes de gremios conservadores y figuras del ELN, incluso algunas que estaban en prisión o son señaladas directamente de ataques terroristas.
Diplomáticos consultados por DIARIO DE CUBA confirman que el presidente de izquierda se juega su capital político en estas negociaciones, dado que en su campaña y en los primeros 100 días al frente de la Presidencia ha insistido en que su prioridad es la paz.
El régimen de Nicolás Maduro, junto a Cuba y Noruega, son los garantes internacionales del proceso. La primera etapa de los diálogos se realizará por tres semanas en Caracas, en un hotel alejado, con acceso restringido y bajo administración del Gobierno.
A juicio de algunos observadores, en este proceso resultará complicado desligar al chavismo, como garante, de su connivencia con el ELN, especialmente en las zonas fronterizas tal como ha sido ampliamente denunciado por organizaciones de derechos humanos, tanto nacionales como por la propia Human Rights Watch.
Las negociaciones, además, sucederán mientras siguen sin aclararse una serie de asesinatos dentro de territorio venezolano, de referentes de las FARC que decidieron volver a las actividades irregulares. Disidentes de esta histórica agrupación guerrillera denunciaron que figuras como Jesús Santrich o Gentil Duarte fueron atacados en campamentos, en teoría protegidos por el régimen de Maduro.
El caso más reciente, aunque trascendió que sobrevivió al ataque, ha sido Iván Márquez, quien fue figura central de las FARC en el proceso de paz firmado en La Habana. Para fuentes de inteligencia militar de Colombia, según la revista Semana, el chavismo optó por afianzar sus lazos con el ELN, incluso a costa de no darle seguridad a las disidencias de las FARC, como había sido una práctica histórica desde que Hugo Chávez asumió el poder en Venezuela, en 1999.
A diferencia de lo que ocurrió hace una década con las FARC, en este momento existe mucha más documentación independiente sobre los otros "negocios" del ELN: tráfico de drogas, extorsión y secuestros. Todo esto alimenta un cuadro complejo de difícil resolución.
Por otro lado, el chavismo aprovechará este espacio de negociación como parte de su apuesta por la reinserción internacional, tras un periodo en el cual estuvo aislado por la comunidad internacional occidental, EEUU y la Unión Europea principalmente, que se jugaron la carta de que el joven Juan Guaidó pudiera desencadenar una transición democrática en 2019.
Tal transición no tuvo lugar y, por el contrario, el régimen de Maduro luce hoy más fortalecido en materia económica y en política exterior.
El ELN fue fundado en 1964 como grupo guerrillero con inspiración guevarista, pero ha devenido en una banda criminal vinculada al narcotráfico, secuestros y extorsiones. Históricamente, ha tenido protección de Cuba.
El ELN sigue operando en nueve de las 32 provincias (departamentos) de Colombia y tiene una presencia fuerte particularmente en el nordeste del país sudamericano. A inicios de 2019, el Gobierno del entonces presidente Iván Duque rompió un tímido acercamiento que sostenía con el ELN, tras un atentado contra una escuela de policías, en el que murieron 21 personas y otras 68 resultaron heridas.
Dentro de Venezuela, según el proyecto de investigación Insight Crime, el ELN se fortaleció mediante el reclutamiento de venezolanos, incluyendo menores de edad en estados fronterizos.
A juicio de analistas, Petro no solo ha tenido una jugada arriesgada al darle un papel preponderante a Venezuela en este proceso. La propia composición de la delegación habla de una cierta dosis de pragmatismo y amplitud.
El jefe de los negociadores es un viejo amigo del presidente, Otty Patiño, un exguerrillero del M-19, movimiento en el que militó el propio Petro. Están los senadores de izquierda Iván Cepeda y María José Pizarro. Incluyó al conservador José Félix Lafaurie, representante de los ganaderos y grandes propietarios de la tierra. Y está también Rosmery Quintero, presidenta del gremio de pequeños industriales. Incluyó también a dos militares.