La visita de Gustavo Petro a Caracas, precedida de intensas negociaciones y con exigencias específicas del presidente colombiano al gobernante venezolano en materia de derechos humanos, terminó empañada al coincidir con el anuncio oficial del fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, de que se retomará el proceso por crímenes de lesa humanidad.
"El Fiscal de la CPI introdujo petición en la Sala de Cuestiones Preliminares para iniciar la investigación sobre Venezuela al comprobar que no hay voluntad para investigar estos crímenes. Celebramos esta iniciativa como parte de la lucha contra la impunidad", festejó el Programa Venezolano de Derechos Humanos (Provea), la organización más antigua del país en materia de derechos humanos.
Este 1 de noviembre, en un comunicado escrito Khan reflejó la poca capacidad de respuesta que ha dado el régimen de Nicolás Maduro, señalado de cometer violaciones sistemáticas y masivas en Venezuela, en particular en momentos álgidos de represión política en 2014 y 2017.
La investigación de la CPI apunta a establecer responsabilidades individuales en la ejecución y órdenes superiores para que se cometieran crímenes como desaparición forzada, tortura, tratos crueles e inhumanos, homicidio de personas detenidas, violencia sexual y de género, entre otras atrocidades.
Khan reveló que, de 893 casos de presuntos crímenes de lesa humanidad denunciados, el régimen de Maduro solo ha avanzado con "investigaciones progresivas" en apenas 28 casos. Tal falta de voluntad política del chavismo, según activistas de derechos humanos consultados por DIARIO DE CUBA, llevó a la CPI a retomar plenamente el proceso, que estuvo aletargado tras la promesa de Maduro de que colaboraría con el tribunal internacional.
El anuncio de Khan, inesperado dado que en su última intervención sobre Venezuela había anunciado la apertura de una oficina de la Fiscalía de la CPI en Caracas, ha sido una suerte de varapalo que terminó opacando la visita de pocas horas de Petro a la capital venezolana, básicamente para reunirse con Maduro.
El presidente de Colombia había fijado algunas demandas públicas, antes de viajar a Caracas, tales como el regreso de Venezuela al sistema interamericano de derechos humanos, del que se retiró en 2013, cuando comenzaba el Gobierno de Maduro. Asimismo exigió poner fin a las "mafias" en la extensa y porosa frontera común señalando de corrupción a uniformados "de allá y de aquí".
Tal como lo señaló DIARIO DE CUBA, Maduro y Petro se necesitan mutuamente más que por afinidad o cercanía entre ellos. Andrés Izarra, ex ministro de Información y fundador de Telesur, comentó este 1 de noviembre que "el madurismo" no simpatiza con Petro por las críticas de este en contra de la llamada Revolución Bolivariana y que el hoy presidente colombiano fue objeto de un desplante cuando acudió a los funerales de Hugo Chávez en 2013.
Gustavo Petro necesita al chavismo en las negociaciones de paz que ha colocado como prioridad, asimismo necesita recuperar para la industria y comercio colombianos al mercado venezolano. En materia diplomática, Bogotá se ha ofrecido para mediar entre Caracas y Washington.
Maduro, por su parte, necesita de cualquier espacio internacional que le otorgue legitimidad e interlocución, tras vivir tres años aislado desde que en 2019 irrumpiera Juan Guaidó, como presidente de la Asamblea Nacional electa en 2015 y que terminó siendo reconocido como "presidente interino" por más de 60 países.
El chavismo se mueve, actualmente, en un escenario internacional distinto, que le beneficia. El triunfo de gobiernos de izquierda, si bien no le garantiza carta blanca, le permite reponer relaciones diplomáticas, como ha ocurrido con la Colombia de Petro y como se prevé ocurra con el Brasil gobernado por Luiz Inácio Lula da Silva.
Guaidó, según coinciden analistas, luce desinflado. Estados Unidos le mantiene el estatus de "presidente interino", pero la Casa Blanca abrió desde marzo una canal de comunicación directa con el régimen de Maduro.
Según medios de prensa de Bogotá, la insistencia pública de Petro de solicitarle a Maduro de que Venezuela regrese al sistema interamericano de derechos humanos, es en realidad un mensaje de la Casa Blanca, triangulado con el Palacio de Nariño.
Se daba por descontando un anuncio rimbombante de Maduro junto a Petro del regreso a la Comisión Interamericana y a la Corte Interamericana, que es solicitado también por organizaciones locales de derechos humanos.
Mientras Petro estaba reunido con Maduro en Caracas en una reunión privada de varias horas, se conoció el anuncio de la Fiscalía de la CPI, lo cual le restó significación a cualquier anuncio de los dos presidentes. Venezuela es el único país latinoamericano que es procesado por crímenes de lesa humanidad desde que se creó la Corte Penal Internacional hace 20 años.
Rafael Uzcátegui, activista venezolano de derechos humanos, hizo un llamado público a los presidentes Petro y el recién electo Lula da Silva: "Hay un antes y un después de la investigación de la Corte Penal Internacional por crímenes contra la humanidad en Venezuela". El defensor les pidió a los mandatarios, partiendo de lo documentado por la CPI, que no le otorguen "un cheque en blanco a la dictadura venezolana".