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Colombia

Analistas estiman que Maduro podría poner en aprietos a Petro en la relación bilateral

Ha quedado abierta la frontera, pero los vuelos aéreos entre ambos países no han sido retomados aún.

Caracas
Gustavo Petro (izq.) y el ministro de Transporte de Venezuela en la apertura de la frontera entre ambos países..
Gustavo Petro (izq.) y el ministro de Transporte de Venezuela en la apertura de la frontera entre ambos países.. EFE

No existe aún una foto que muestre, públicamente, el lazo entre Nicolás Maduro y Gustavo Petro. La llegada del político de izquierdas a la Presidencia en Colombia ha significado retomar las relaciones con Venezuela, reabrir una extensa y porosa frontera común, involucrar al chavismo en las negociaciones con el ELN, pero no todo es color de rosa entre ambos gobiernos.

La nueva era de relaciones entre Colombia y Venezuela fue analizada en un foro organizado por la Red de Centros Sociales de la Conferencia de Provinciales de la Compañía de Jesús, que tuvo como expositoras a las académicas colombianas Socorro Ramírez y Martha Márquez. Ante una pregunta formulada por DIARIO DE CUBA, las analistas consideraron que Maduro tiene una posición ventajosa en medio de una complicada madeja que deberán desenrollar los mandatarios con la mirada atenta de sus respectivas sociedades.

Martha Márquez, directora del Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP), sostiene que Maduro busca en su relación con Petro no solo reestablecer las relaciones binacionales, sino que apunta a retomar un espacio en la región, tras un periodo de aislamiento.

Petro, por su parte, necesita el apoyo del chavismo para sus negociaciones con el ELN, junto a la necesidad de activar una seguridad amplia en la zona fronteriza. En relación con la reapertura de las fronteras, una medida que se implementó el pasado 26 de septiembre, el banco de inversión estadounidense BCP Securities sostuvo que fue impulsada por el Gobierno de Petro buscando retomar un mercado tradicional para los bienes y productos colombianos.

De hecho, en la ceremonia que tuvo lugar en Cúcuta, lo más simbólico fue el ingreso de vehículos de carga procedentes de Colombia con mercancía destinada al mercado venezolano. Maduro fue el gran ausente de este acto encabezado por Petro y algunos de sus ministros.

Aunque en el tema de intercambio comercial, que en su mejor momento sumó 7.000 millones de dólares y en la actualidad apenas representa el 10% de esa cifra, Colombia luce en ventaja, en materia política el Gobierno de Maduro podría ser poner en aprietos a la Administración Petro.

"La posición de Nicolás Maduro es más fuerte. Internamente la oposición está dividida, muestra una recuperación económica, que sabemos es muy desigual e insuficiente, pero recuperación al fin y al cabo", preció Márquez a la interrogante de DIARIO DE CUBA, en el marco del foro virtual.

Por su parte, la veterana académica Socorro Ramírez, quien largamente ha estado vinculada a las iniciativas binacionales entre Colombia y Venezuela, cuestionó al embajador colombiano Armando Benedetti, recientemente nombrado por Petro para el restablecimiento de las relaciones.

Interrogada por DIARIO DE CUBA sobre el papel de Benedetti en Caracas, Ramírez indicó que padece de un "protagonismo excesivo" y que ese estilo "lejos de facilitar la relación, no ayuda en un proceso complejo que requiere de mucha mesura".

Benedetti, por ejemplo, llamó "chistosa" a la oposición encabezada por Juan Guaidó, quien aún es reconocido como presidente interino por el Gobierno de EEUU. El embajador ha cometido otros desatinos con declaraciones públicas no cónsonas con su rol diplomático.

Para Márquez, el Gobierno de Petro "tiene un escenario muy difícil", dado que su llegada al poder ha generado grandes expectativas de alcanzar una "paz global" y revertir las desigualdades sociales.

"Petro enfrenta una situación de mucha complejidad, para responder a las demandas de cambio en Colombia y Nicolás Maduro podría meter en problemas al Gobierno colombiano", aseveró la directora del CINEP.

Las tensiones entre los dos países, teniendo en medio a EEUU, han quedado en evidencia con el tema del tráfico aéreo. Sin vuelos directos entre los países limítrofes desde 2019, en respuesta a la decisión del entonces presidente colombiano Iván Duque de reconocer como presidente a Guaidó, la posibilidad de retomar los vuelos directos se ha ralentizado.

Para el 26 de septiembre, cuando estaba fijada la reapertura de la frontera, estaba previsto un vuelo de la estatal venezolana Conviasa para retomar las operaciones. Colombia decidió no encarar a EEUU y acató la política de sanciones de Washington, con lo cual esta empresa sancionada no podrá aterrizar en suelo colombiano, por ahora.

En respuesta, el chavismo colocó en pausa a la colombiana Wingo, que incluso ya tenía permiso y había vendido pasajes para comenzar a operar este 5 de octubre.

Tiziana Polesel, la presidenta de la cámara que reúne a los principales comerciantes de Venezuela, Consecomercio, manifestó su preocupación por la lentitud que ha cobrado el tema de cielos abiertos entre los dos países. Los voceros oficiales han optado por no mencionar el asunto.

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