El ex Gran Maestro de la masonería cubana, Mario Alberto Urquía Carreño, fue detenido el 10 de septiembre luego de haber sido acusado de estafa a la Gran Logia de Cuba, en medio de una investigación que además reveló que los estados bancarios de la institución masónica fueron falsificados para encubrir la presunta malversación realizada, informó el portal independiente Cubanet.
"En el día de hoy se nos comunicó por parte de la Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria que está atendiendo la denuncia realizada contra los V.H Airam y V.H Mario Alberto Urquía Carreño que ambos fueron citados para este día, quedando internado bajo privación de libertad el segundo, mientras que el primero no se le aplicó la misma medida pues asegura devolver la cifra de dinero malversada en el periodo de tiempo establecido por la Fiscalía", dice un comunicado firmado por el actual Gran Maestro, Mayker Filema Duarte.
Urquía Carreño fue acusado junto al ex Gran Tesorero, Airam Cervera Reigosa. Si Cervera Reigosa no entrega la suma presuntamente malversada será internado hasta la espera del juicio, añade la circular.
El documento no precisa el tiempo establecido por la Fiscalía para que el antiguo tesorero reponga el dinero. Tampoco la estación policial en la que se encuentra detenido Urquía.
Filema Duarte informó recientemente a la comunidad masónica sobre el faltante de al menos 2.116.555 pesos, equivalente a 17.637 dólares (a razón de 1×120, tasa de cambio oficial), sustraídos entre enero y agosto de 2024.
De acuerdo con la "Circular Especial No. 127", que fue transmitida a las logias de Cuba el 6 de septiembre y firmada por el actual Gran Maestro de la institución, a la que tuvo acceso Cubanet, el nuevo líder realizó una auditoría financiera tras conocer que Cervera Reigosa había efectuado transacciones a su cuenta personal de trabajador por cuenta propia desde las cuentas corrientes de la Gran Logia de Cuba.
Al detectar la infracción, Filema Duarte inició la investigación correspondiente y decidió suspender los derechos masónicos al todavía entonces Gran Tesorero. También determinó que fuera procesado por la Corte Suprema de Justicia Masónica.
La investigación reveló que, entre enero y agosto de 2024, Cervera Reigosa hizo siete transferencias bancarias desde la cuenta de la Gran Logia: tres de ellas (por un valor total de 2.029.110,33 CUP) a su cuenta personal, y cuatro a otros tres individuos (por un valor de 87.445 CUP), sin especificar el motivo.
La mencionada Circular asegura que el Gran Tesorero "manipuló digitalmente los estados bancarios oficiales" de la Gran Logia, suprimiendo algunas transacciones que luego imprimía y entregaba a la contadora Gertrudis Mena "para que realizara los registros pertinentes; es decir: falsificaba los estados bancarios, para encubrir la malversación que realizaba".
El documento sostiene, además, que "está debidamente comprobado" que el ex Gran Maestro Mario Urquía fue cómplice del delito. Cervera Reigosa y Urquía Carreño habrían falsificado al menos una factura de pago y "orientaron a la contadora Gertrudis Mena consignar como pérdida el robo de 2.700 USD".
El comunicado explica que, aunque la investigación no ha concluido, se conoció de las intenciones de Airam Cervera Reigosa y Mario Urquía Carreño de viajar al extranjero, por lo que, "para impedir la salida de estos del país con el dinero del Tesoro y recuperar el mismo para nuestra institución", se decidió realizar una acusación formal por estafa ante la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), con número de registro 62971/24.
Cervera Reigoso fue uno los pocos masones que respaldó a Urquía Carreño frente al rechazo de la mayoría por el supuesto robo de 19.000 dólares de su oficina, que se descubrió en enero de 2023 y que el entonces Gran Maestro no denunció oportunamente.
La desaparición de esa suma de dinero por la que se responsabilizó a Urquía Carreño provocó que este fuera expulsado del Supremo Consejo, así como de la Gran Logia Masónica. Esta decisión fue invalidada por el Ministerio de Justicia de Cuba, lo que para muchos masones constituyó una evidencia de que el ex líder era un hombre de confianza de la Seguridad del Estado.
El 18 de agosto, tras meses de tensiones entre los masones, Urquía Carreño renunció al cargo de Gran Maestro.