Las autoridades cubanas han admitido una caótica situación con la distribución de alimentos y otros productos racionados, en una conferencia de prensa el sábado en la cual la ministra de Comercio Interior (MINCIN), Betsy Díaz, ha salido a justificar la situación.
Según publicó la oficial Agencia Cubana de Noticias, se realizan operaciones de refuerzo por entidades del MINCIN, con el apoyo de los gobiernos locales y otros organismos para concluir antes del martes 3 de septiembre la distribución de parte de los productos de la canasta familiar racionada de agosto.
Desde el Grupo Empresarial de Alimentos del MINCIN, en La Habana, Betsy Díaz Velázquez condujo una audio conferencia con las autoridades de cada territorio para evaluar la situación actual con el arroz, el chícharo, el azúcar, la sal, el frijol y el aseo, entre otros productos.
Desde los puertos de la capital cubana, de Cienfuegos y Santiago se intensificaban este sábado las operaciones de extracción de aquellos productos correspondientes a la distribución incluso de meses anteriores a agosto, entre ellos, contenedores con donaciones de arroz enviadas por gobiernos aliados de La Habana como China.
La ministra pidió a cada director de las empresas mayoristas y minoristas provinciales, y de las direcciones estatales de Comercio, que soliciten apoyo extra a los gobiernos locales con el transporte y otros aseguramientos, en aras de terminar para el lunes la distribución hacia las bodegas de la canasta familiar de agosto.
Esto supone poner a trabajar a los obreros ininterrumpidamente este fin de semana y el lunes en medio de inclemencias del tiempo.
De acuerdo con los partes ofrecidos por las provincias, son muchas las dificultades, que van desde la falta de transporte, de fluido eléctrico, de inventarios y una mejor organización en las operaciones, aunque también han impactado la llegada tardía al país de buques cargados de granos.
La ministra admitió que hay tres barcos con 52.000 toneladas de arroz que no se han podido descargar en los puertos por "limitaciones financieras", las mismas que no impiden al régimen la exagerada inversión en el turismo. Dijo que mientras se buscan alternativas para su solución el Gobierno se tuvo que "recurrir a inventarios y a donaciones, en aras de atenuar la crítica situación del mes que ahora concluye".
Indicó que para el lunes debe terminar la distribución de la mayoría de los productos, a excepción de algunos territorios. La situación es más compleja con el arroz en Camagüey, en particular el municipio de Sibanicú, y en Granma, donde, según las autoridades, "no hay una correcta política en la distribución".
Solo el Municipio Especial de la Isla de la Juventud está listo para comenzar la distribución de la canasta de septiembre.
La distribución de los escasos alimentos y otros productos básicos de la libreta de racionamiento ha dejado de ser hace mucho tiempo una garantía de abastecimiento mínimo para los cubanos en medio de la gran escasez e inflación en la Isla.
El primer ministro de Cuba, Manuel Marrero, dijo en julio que el Gobierno busca "soluciones alternativas" —que no precisó— para garantizar el suministro de la canasta familiar racionada, ante la compleja situación que atraviesa el país.
Durante los debates de la Comisión de Atención a los Servicios, antesala del tercer periodo ordinario de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en su X Legislatura, Marrero se refirió a las dificultades que enfrenta el régimen para asegurar la estabilidad de la canasta que atribuyó a la escasez de recursos y el aumento de los precios de los alimentos y los fletes.
No obstante, el ministro dijo que el compromiso es sostener la libreta de racionamiento, que calificó como una "conquista", a pesar de los momentos de crisis.
La libreta de racionamiento cubana surgió el 12 de julio de 1963. El objetivo fue racionar y controlar el consumo de los cubanos, mientras se creaba la ilusión de que el socialismo ampararía a la población y le garantizaría todo lo necesario.
Los cubanos recibían carne de res, pollo, aceite, manteca, leche condensada, papel sanitario, café, arroz, granos y otros productos de primera necesidad. También caramelos, galletas, chocolate, cigarros, refrescos y cajas de cerveza llegaron a adquirir los cubanos a través de la libreta, mientras la extinta Unión Soviética y el campo socialista subsidiaban al régimen cubano.
Sin embargo, década tras década la libreta ha ido "adelgazando". Eliminarla es una antigua aspiración del régimen cubano, aunque no renuncia a echarle mano para su propaganda política. Tras las protestas del 11J, en un intento por aplacar el malestar, el Gobierno entregó ''libretas excepcionales" a más de 60.000 familias que carecían de estas.
Es que la comida es política, por eso la libreta nunca desaparecerá porque forma parte de ella.
Mas de lo mismo,cuando comprenderan que su sistema fracaso hace mucho tiempo..!