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Economía

A dos años de aprobarlos, el MINCIN solo tiene seis negocios con inversión extranjera

De ellos hay tres en operaciones, dos en proceso inversionista y uno en trámites para iniciar su actividad en Cuba, dice la ministra del sector.

La Habana
Un mercado en La Habana.
Un mercado en La Habana. DIARIO DE CUBA

El Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) de Cuba solo patrocina seis negocios de inversión extranjera al cabo de dos años de haber aprobado esa posibilidad, que las autoridades lanzaron como una decisión que permitiría ofrecer más productos a la población y dar vida a los alicaídos mercados estatales de la Isla.

De acuerdo con la ministra del sector, Betsy Díaz Velázquez, de los negocios en marcha y reciente aprobación hay tres en operaciones, dos en proceso inversionista y uno en trámites para iniciar su actividad. Aparte de estos, otros siete proyectos están en fase de negociación, reportó el sitio oficial Cubadebate.

Al rendir cuentas ante la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), la funcionaria aseguró que "desde la actualización de la política para la inversión extranjera en el comercio interior, se ha incrementado su promoción, con un aumento significativo de intereses". 

Cuando en 2020 el Gobierno cubano comenzó a dolarizar la red de mercados minoristas operada por el conglomerado de los militares cubanos GAESA, prometió que ello permitiría mejorar la oferta en pesos cubanos para los ciudadanos que no tienen dólares ni parientes emigrados. No obstante, desde entonces la escasez no ha hecho más que empeorar y es visible incluso en esas tiendas, que tampoco escapan al desabastecimiento.

Por ello, en agosto de 2022 las autoridades anunciaron la apertura de su comercio mayorista y minorista a la inversión extranjera, en un intento más por resolver la grave escasez de toda clase de productos que sufre la población. Para ello autorizó que diferentes empresas foráneas vendan en toda la Isla desde materias primas hasta alimentos y productos de aseo y de primera necesidad.

Un mes más tarde, durante un encuentro con empresarios en La Habana, Alejandro Gil, el recién defenestrado ministro de Economía y Planificación, dijo que, en medio de lo que denominó "proceso gradual de recuperación" de la economía cubana, hay una demanda creciente e insatisfecha de los actores estatales y privados para producir y ofertar sus bienes y servicios.

"Lo que se pretende hoy con la inversión extranjera es echar a andar la infraestructura existente en el país (almacenes, industrias, fábricas), que está subutilizada por falta de materias primas a causa de la escasez de financiamiento", afirmó.

Según Gil, el Gobierno quiere que "los inversionistas extranjeros pongan sus bienes intermedios e insumos en el territorio nacional, aprovechando su tecnología, experiencia y know how, para suministrar de manera directa a actores estatales y privados y que estos no dependan de las importaciones".

Sin embargo, la precariedad del sistema productivo cubano, basado en una economía centralizada, la excesiva burocracia, la verticalidad en la toma de decisiones, los frenos al sector privado y la obligatoriedad impuesta a las empresas extranjeras de contratar fuerza de trabajo local a través de una agencia empleadora perteneciente al Gobierno y no de forma directa, han sido lastres a las oportunidades de inversión en Cuba.

La intervención de Díaz Velázquez ante la ANPP dejó en evidencia otras razones de por qué no funciona el mecanismo, pese a los anuncios y promesas de los funcionarios: "No se ha logrado el efecto esperado de reorientar las producciones nacionales a la red de comercio minorista estatal", dijo.

Reconoció además que "se ha producido un desplazamiento en la estructura de las ofertas de bienes y servicios, con mayor presencia en el sector no estatal y a precios que no están al alcance de toda la población", en referencia a las MIPYMES, cuya oferta, aunque inasequible para al mayoría de los cubanos de la Isla, ha venido a suplir la escasez que impera en el sector estatal.

Asimismo, dijo la ministra, sin ofrecer cifras, "se acentúa la segmentación del mercado y se incrementan el consumo en el sector no estatal, las ventas con pagos en MLC desde el exterior y el mercado informal".

La relatoría de la funcionaria trajo pocas buenas noticias. Por ejemplo, entre los programas del MINCIN está uno para la atención a las embarazadas. Al cierre de mayo último, 28.073 de ellas estaban inscritas en el de la canastilla, pero en 2023 "no se logró satisfacer la demanda y se mantienen afectaciones de etapas anteriores", señaló.

Otro programa, dirigido a los pacientes postrados, tiene certificados a 53.970 personas, a quienes se les entregarán "los módulos textiles" en el segundo semestre de 2024, a partir de los suministros de la industria, mientras que a los 87.579 pacientes incontinentes certificados "se les aseguró mensualmente el suministro de jabones de lavar y de tocador", aseguró la funcionaria.

En cuanto al servicio del Sistema de Atención a la Familia (SAF), comedores para personas muy pobres, ancianos solos y enfermos, y que tiene 1.448 establecimientos en todos los municipios del país y 64.091 beneficiarios, "las mayores dificultades se concentran en la estabilidad de las proteínas, viandas, vegetales y frutas, con soluciones en algunos territorios mediante la vinculación con las formas productivas y la autogestión efectiva", comentó.

"No obstante, no se han logrado generalizar las buenas prácticas ni diversificar las ofertas gastronómicas. Se concluye que es imprescindible depurar a los administradores de la red del SAF y designar profesionales con alta sensibilidad", anunció Díaz Velázquez, sin ofrecer otros detalles.

En cuanto a la entrega de los pocos productos que vende el Estado a través de la libreta de racionamiento, 2023 "concluyó con afectaciones en frijol, azúcar, aceite, café, pollo, productos cárnicos, huevos y combustibles domésticos, las cuales se mantuvieron en el primer trimestre de 2024", dijo.

El MINCIN reconoció que "hay un fraccionamiento en las entregas a la red minorista por dificultades financieras que impiden alcanzar las coberturas necesarias y la oportunidad en la recepción de los productos".

Además, la ministra mencionó la ocurrencia de "hechos extraordinarios" en la cadena de distribución y en los almacenes mayoristas, lo cual puede leerse como un eufemismo para desvíos de productos, malversación y robo.

"Las afectaciones se centran en arroz, frijol, azúcar, café, cigarro, pastas alimenticias y leche en polvo. Asimismo, se mantienen los robos en bodegas, con las mayores afectaciones en las provincias de Pinar del Río, La Habana, Las Tunas, Holguín y Guantánamo", señaló la ministra.

Por si no bastara, el programa de venta de materiales para la construcción, que se desarrolla en una red de 306 tiendas, se cumplió al 55% y los abastecimientos al 50%, "con afectaciones significativas en las entregas de cemento, acero, elementos de pared, áridos, puertas y ventanas, juegos sanitarios y techos".

En cuanto a otro programa, el de ahorro energético, que busca vender a los cubanos equipos con tecnología de ahorro de electricidad, Díaz Velázquez señaló que sigue afectado "por restricciones financieras, lo que dificulta la adquisición de partes, piezas y accesorios".

"Es limitada la comercialización de módulos de inducción y equipos de refrigeración y cocción de línea económica en pesos", comentó, pese a que en las tiendas en dólares de los militares de GAESA se venden esos y otros equipos.

De lo anterior deriva, comentó la ministra en referencia a las familias que estrenan vivienda, que "los nuevos núcleos no tienen concebida una vía para la cocción de los alimentos, al no estar prevista la entrega de combustible doméstico, gas licuado, ni equipos. En ese escenario, las tiendas en MLC se mantienen como alternativa para adquirir los equipos", aseguró, si bien la mayoría de los cubanos no tienen acceso a dólares.

Reconoció la funcionaria que en los últimos meses la gastronomía ha tenido una contracción "debido a la no aceptación del pago bancarizado por los actores económicos no estatales, lo que demanda que las empresas minoristas activen los comités de contratación y hagan la concertación de precios y de pago de acuerdo con las políticas del país".

Indicó que "aún no se logran los resultados necesarios en el abastecimiento del mercado interno, el encadenamiento con la industria nacional y la comercialización de materias primas e insumos".

Pese a ello, Díaz Velázquez señaló que el MINCIN "tiene la responsabilidad de ordenar y potenciar el comercio electrónico con pagos desde el exterior, garantizando un esquema que asegure a los productores el acceso a las divisas necesarias para reaprovisionarse y producir de manera sostenible, con el fin de ofertar más bienes y servicios a la población". O sea, que los emigrados llenen las arcas del comercio interior de la Isla.

En esa dirección, dijo la ministra que en coordinación con el Banco Central de Cuba, el Ministerio de Finanzas y Precios y el Ministerio de Economía y Planificación, "se puntualizan las medidas que permitan ordenar el comercio electrónico con pagos desde el exterior".

"Una vez concluido el proceso, corresponderá potenciar esta modalidad de venta, asegurando que repercuta en el incremento de la oferta de bienes y servicios en pesos, y un ambiente de seguridad, legalidad y transparencia, clave en los servicios en línea", comentó.

Finalmente, Díaz Velázquez reconoció que "las principales insatisfacciones de la población en el sector están hoy relacionadas con la distribución de los alimentos de la canasta familiar normada y el aumento de la cifra de productos de primera necesidad a precios elevados".

A ello se suma, dijo, problemas en "la calidad de los servicios, imagen e higiene de los establecimientos, chapucerías, malos tratos al cliente, delito e inobservancia de lo regulado para la protección al consumidor".

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2 comentarios

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¿Aún han conseguido 6 guanajos que se han atrevido a "invertir"?

Profile picture for user Don Carlitos

Creo que todo se resolvería muy rápido centralizando de manera estricta toda gestión empresarial, no se puede seguir permitiendo que otras personas decidan qué comprar o vender, que nadie toque nada, y ante todo, prohibido terminantemente pensar, tiene que convertirse en un delito grave que alguien no autorizado se atreva a pensar...