Desnutrición infantil en Cuba: el camino sin salida de la leche

"¡Hay leche! ¡Un kilo, 2.000 pesos; cinco días de leche a 1.000 pesos!", pregonan dos mujeres en un barrio de Santiago de Cuba. Ambas son madres solteras y venden la leche destinada a sus hijos a través de la libreta de racionamiento, para remediarles otras necesidades. "Necesito comprar pollo, no tengo proteínas que darle al niño", responde una de ellas al cuestionamiento de un transeúnte. La venta de la cuota de leche es común entre las madres pobres para poder solventar otras necesidades.

A mediados de julio, la leche llegó a las bodegas de la ciudad para los niños de cero a tres años. Se estaban cubriendo los diez primeros días del mes con leche descremada, a la que en Cuba le dicen "de diabéticos". A través del sistema de racionamiento, el Gobierno vende dos tipos de leche: en polvo y fluida, esta última sobre todo en provincias productoras y en áreas rurales.

Según la Sociedad Española de Pediatría, "la leche, además de un aporte equilibrado de los tres nutrientes principales: proteínas, grasas y carbohidratos, aporta calcio y algunas vitaminas. (...) El calcio es uno de los componentes esenciales de los huesos y los dientes. La etapa de mayor formación del esqueleto se produce en los primeros años y en la pubertad, por lo que es importante el aporte de calcio.

Desde la llegada del Gobierno comunista al poder, la leche ha estado racionada en Cuba. Antes de perder los subsidios del campo socialista, a principios de los 90, se destinaba a niños de hasta 13 años; en la actualidad es para niños de hasta seis años, embarazadas y enfermos.

En marzo de 2024 el Gobierno cubano "solicitó la asistencia del Programa Mundial de Alimentos (PMA) para la compra de leche en polvo, a fin de garantizar el suministro a niños y niñas cubanas", informó la prensa oficial.

Después de la petición de ayuda al PMA, la distribución de leche ha mantenido retrasos. Cuando llega incompleta se prioriza a los lactantes, el resto de la población infantil debe esperar a que llegue la mercancía faltante. Las dietas de leche de embarazadas y enfermos son las que sufren mayores retrasos. Según explica una embarazada, "puede tardar dos o tres meses, con nosotras no hay apuro".

La dieta de los enfermos, aunque oficialmente vigente, no está llegando. Lo confirma Yunilka, que cuida de su papá diabético de 86 años. "Recién le renovamos la dieta en el consultorio médico, pero hace más de nueve meses que no llega. Si preguntas en la bodega, no tienen información; en la Oficina del Registro de Consumidores (OFICODA), tampoco. Espero que cuando la situación del país se arregle le den su leche… bueno, si está vivo, porque esta situación no se sabe cuándo terminará", lamenta.

La carestía de la leche liberada limita su compra.

"La leche llega cuando llega", dice Katia, abuela de un bebé de cinco meses. "Le dije a mi hija que no destetara al niño, pero lo hizo. Ahora estamos corriendo todo el tiempo pidiendo leche prestada o comprándola cuando podemos. Con los retrasos en la venta de la leche normada, no le alcanza. Ahora mismo reunimos para comprarle a una MIPYME medio kilo 'por detrás', porque con el tope de precios no aparece en cartelera, y el kilo lo tienen hasta a 2.500".

El Ministerio de Finanzas y Precios publicó en la Gaceta Oficial del 8 de julio el tope de precios a seis productos que venden las MIPYMES: pollo, aceites vegetales, pastas alimenticias, salchichas, detergente en polvo y la leche, cuyo precio fue fijado en 1.675 pesos el kilogramo.

La desaparición de la leche de las MIPYMES preocupa a muchas madres. En un recorrido por cinco MIPYMES de la ciudad de Santiago, ninguna tenía leche en sus carteleras. Al preguntar a los dependientes por qué no había, respondieron que "no da la cuenta venderla a los precios impuestos por el Gobierno".

La otra opción para comprar leche son las tiendas estatales en moneda libremente convertible (MLC). En estas se está ofertando leche entera a 2,30, semidesnatada 2,25 y en polvo a 8MLC el kilo. Al cambio de 280 pesos x 1MLC en el mercado informal, su compra es inviable para la población promedio.

"Esa leche no hay quien la compre, es un lujo", dice Alina, de 59 años, quien tiene de vacaciones en su casa a cuatro nietos de entre cinco y 12 años de edad. La de las tiendas en MLC "te sale más cara que las de las MIPYMES. La leche en polvo es más de 2.000 pesos. Pero esa no entró en los precios topados porque la tienda es del Gobierno. Solo los ricos pueden darse el lujo de comprarla", dice.

El primer ministro cubano, Manuel Marrero, se quejó en la Asamblea Nacional de las críticas a los precios de las tiendas estatales "recaudadoras de divisas", con frecuencia superiores a los topados a las MIPYMES. Dijo que la comparación es "injusta, pues estas tiendas no compran en los mismos mercados donde compran las MIPYMES. Ellos tienen que comprar a mercados más lejanos a precios más caros", argumentó poniendo en evidencia la ineficacia de las tiendas estatales, protegidas por el Gobierno, frente a la gestión privada. 

Según el PMA, "Datos prepandémicos del Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología de Cuba mostraron una alta prevalencia de anemia en niños de seis a 23 meses en las provincias orientales, centrales y en La Habana.  

Para muchas madres y abuelas como Alina, alimentar a sus nietos este verano es un agobio constante. "De los cuatro, solo le dan leche al más pequeño, de cinco años, pero yo le doy leche en el desayuno a todos. Con la inestabilidad que tiene la leche, hay que inventar para el desayuno. Estoy comprando un sirope aguado para hacerles refrescos y pan con lo que aparezca. La comida está cara. Mis nietos están muy flacos, no comen bien. Esto se ha convertido en la cultura del arroz con picadillo de pollo. No comen huevos, ni frijoles, ni carne, ni pescado, ni un helado puedes comprales... La desnutrición infantil ya es un problema serio en Cuba".