Back to top
Política

¿A quién benefician los ataques con cócteles molotov contra embajadas de Cuba?

Estamos ante un ejemplo de cómo el Estado con más presos políticos de América usa a su favor un suceso que encaja con su narrativa de Gobierno bajo asedio.

Madrid
Una de las botellas lanzadas contra la Embajada de Cuba en Washington el 24 de septiembre de 2023.
Una de las botellas lanzadas contra la Embajada de Cuba en Washington el 24 de septiembre de 2023. Lianys Torres Rivera / Twitter

El ataque con cocteles molotov contra la Embajada de La Habana en Washington el domingo 24 de septiembre en la noche ha levantado un clamor mundial de condena. Desde EEUU, Rusia, China y los numerosos aliados del régimen de Cuba, todos han denunciado lo ocurrido y llamado a esclarecer los hechos.

Pero horas después de ocurrir la agresión, La Habana tenía un culpable a quien señalar: "Es el segundo ataque violento contra la sede diplomática en Washington desde abril de 2020. En aquella ocasión, un individuo disparó con un fusil de asalto contra la sede. Los grupos anticubanos acuden al terrorismo al sentir impunidad, algo sobre lo que Cuba ha alertado a autoridades estadounidenses reiteradamente", tuiteó el canciller Bruno Rodríguez el lunes 25.

Ese mismo día, Miguel Díaz-Canel manifestó en la propia red social, sin mostrar pruebas: "El odio lanzó anoche, otra vez, un ataque terrorista contra nuestra Embajada en Washington, en un acto de violencia y de impotencia que pudo costar valiosas vidas. Lo denunciamos y esperamos acción de las autoridades norteamericanas".

Similitudes y diferencias con el ataque de 2020

¿Qué diferencia a los ataques a la sede diplomática de 2020 y 2023? Primeramente, el Servicio de Seguridad Diplomática y la Policía de Washington capturaron al autor del tiroteo contra la Embajada pocas horas después de ocurrido. El atacante era un emigrado cubano nombrado Alexander Alazo, residente en Aubrey, Texas.

Según las declaraciones de las autoridades de EEUU, este individuo tenía antecedentes de tratamiento médico debido a dolencias psiquiátricas y su esposa habría asegurado que vivía obsesionado con la idea de que lo perseguían.

Al ser detenido, Alazo confesó a los agentes del Servicio Secreto estadounidense que había formado parte del Ejército cubano y emigró de la Isla en 2003, tomando rumbo a México. Allí se presentó en la frontera con EEUU y pidió asilo político.

Alazo fue acusado por un Gran Jurado Federal por tres delitos: ataque violento contra un funcionario extranjero u oficial local utilizando un arma mortal; herir o dañar deliberadamente los bienes pertenecientes u ocupados por un Gobierno extranjero en Estados Unidos; y transportar interestatalmente un arma de fuego y municiones con la intención de cometer un delito grave.

También en esa ocasión el régimen cubano vinculó a varios opositores y emigrados en EEUU con el ataque, que calificó como un acto de terrorismo, y acusó a Washington de no actuar con suficiente contundencia, a pesar de que el presunto autor de los hechos estuvo en prisión preventiva desde su detención, pocas horas después de los hechos. Asimismo, La Habana consideró que era "víctima de terrorismo" organizado por EEUU.

No contento con la solución dada al caso, Bruno Rodríguez tuiteó el 30 de abril de 2021, un año después del tiroteo contra la sede diplomática: "El Gobierno de EEUU aún rehúsa calificarlo como acto terrorista, sin embargo tiene la desvergüenza de calificar al Estado cubano como patrocinador del terrorismo".

Redes y planes terroristas al por mayor

En diciembre del propio año 2020, la Televisión Cubana presentó uno de sus frecuentes reportajes guionizados por la Seguridad del Estado, en el que acusó al emigrado cubano Iván Leyva Basulto, entre otros exiliados en EEUU, de pagar para la realización de sabotajes en la Isla a partir de 2017.

En esa pieza de propaganda, la policía política mezcló al Movimiento San Isidro, a los integrantes del grupo Clandestinos, enjuiciados y encarcelados en la Isla por manchar con sangre bustos de José Martí, a presuntos grupos organizados en Florida y a Alexander Alazo, como parte de una red terrorista.

La única evidencia para sustentar tales acusaciones fueron declaraciones de presuntos detenidos por incendiar instalaciones estatales y escribir lemas contra el régimen en lugares públicos, quienes aseguraron recibir órdenes y pagos desde EEUU.

"Está claro que se trata de un intento del régimen para hacer ver a los jóvenes que protestan en la Isla como mercenarios o al servicio de otros. No quieren reconocer el cansancio de la gente, la necesidad de cambios en el país", reaccionó Leyva Basulto, en declaraciones al diario El Nuevo Herald

"¿Cómo voy a pagarle yo a nadie en Cuba para que haga actos de protesta si soy un trabajador a quien no le alcanza el dinero para llegar a fin de mes?", agregó desde su casa en Kentucky. 

Y llegó el 11J

Existe otra agresión a una de las sedes diplomáticas de La Habana que ha caído en el olvido. Probablemente, porque no ocurrió en EEUU.

El 26 de julio de 2021, solo 15 días después del estallido social del 11 de julio en Cuba, el MINREX cubano denunció un ataque muy similar al ocurrido en Washington esta semana contra su Embajada en París, Francia.

El video del suceso difundido por La Habana mostró entonces a un hombre lanzando un cóctel molotov y el momento de impacto contra el inmueble desde distintos ángulos. También aparecía una segunda persona con otro objeto incendiario de fabricación casera.

"Continuamos denunciando el acto de terrorismo contra la Embajada de Cuba en Francia del 26 de julio de 2021. Quienes instigan a la violencia y celebran el odio son los responsables de este vil suceso", indicó en reacción el MINREX.

El Gobierno de Cuba insistió en tachar el ataque como "un acto terrorista", pese a que la Policía de París abrió una investigación para determinar quiénes eran los responsables. Pero hasta el día de hoy, dos años y medio después, no existen reportes de detenidos y ninguna organización reivindicó la agresión. 

En un primer momento, los bomberos de París dijeron a la agencia francesa AFP que fueron avisados del incendio pasada la medianoche, y cuando llegaron las llamas estaban apagadas. Los daños en la Embajada de Cuba en Francia fueron menores, según la citada fuente. 

En esta ocasión, Bruno Rodríguez y Miguel Díaz-Canel relacionaron el incidente con las protestas del 11J, mientras que la organización del exilio cubano Asociación Europea Cuba Libre opinó que el suceso en la embajada fue "un acto de protesta" que se produjo "en un momento en que las fuerzas represivas arrestan y condenan arbitrariamente a centenares de ciudadanos pacíficos que se atrevieron a desafiar al régimen comunista, representado por el presidente fantoche, Miguel Díaz-Canel, el 11 de julio de 2021". 

Casualmente, grupos de exiliados se habían manifestado el 25 de julio en la parisina Plaza de la República para cuestionar la represión del régimen contra las manifestaciones del 11J, mientras que la propia sede diplomática reportó otra concentración en apoyo a La Habana al pie de la Torre Eiffel, en la que participó el periodista y vocero de La Habana Ignacio Ramonet.  

Cuestión de contextos

El ataque de la noche del 24 de septiembre último ocurrió unas horas después de que Miguel Díaz-Canel regresara a La Habana luego de haber permanecido durante toda la semana en Nueva York, donde asistió a la Asamblea General de Naciones Unidas y otras actividades con partidarios de su régimen en Estados Unidos.

En Nueva York también se registraron manifestaciones de exiliados cubanos que residen en ese país en contra de la presencia de Díaz-Canel en EEUU. Pero el contexto es distinto en comparación con los sucesos de París.

El régimen cubano ha comprometido toda su maquinaria de propaganda para conseguir que EEUU lo saque de su lista de Estados patrocinadores del terrorismo, pero nada ha dado resultados. De hecho, tras la Asamblea General de la ONU y el reclamo en ese sentido de Gustavo Petro, presidente de Colombia, el Departamento de Estado de EEUU enfatizó que no tiene planes de tomar una decisión de ese tipo.

En los últimos dos meses, además, las acusaciones de EEUU en torno a la existencia de bases de espionaje de China en la Isla; los pactos represivos y militares de La Habana con Moscú; la revelación de la existencia de cientos de mercenarios cubanos reclutados por las Fuerzas Armadas de Rusia para su invasión de Ucrania; hacen necesario volver a insistir en el papel de víctima del régimen de la Isla.

Hay que recordar por qué Cuba está en la lista de Estados terroristas. Washington justificó esa medida, que conlleva varias sanciones, aludiendo a la presencia en la Isla de miembros de la guerrilla colombiana del ELN, que residieron durante años en La Habana mientras sostenían negociaciones de paz con el Ejecutivo de Colombia. En ese tiempo, se adjudicaron la autoría de atentados mortales en su país y su extradición fue reclamada por Bogotá, sin éxito.

EEUU ha señalado además al régimen cubano en sus informes por "albergar a varios prófugos estadounidenses de la Justicia buscados por cargos relacionados con violencia, muchos de los cuales residen en Cuba desde hace décadas".

Por poner solo un ejemplo, el régimen cubano se negó a devolver a Joanne Chesimard, también conocida como Assata Shakur, una fugitiva de las más buscadas por el FBI, quien fue condenada por asesinar al policía estatal Werner Foerster, de Nueva Jersey. No se trata del único caso de esa naturaleza denunciado por Washington. 

Entonces, ¿por qué tanto los funcionarios del régimen como sus voceros insisten en que son víctimas del terrorismo usando como argumento los ataques contra sus sedes diplomáticas? ¿Se trata de cambiar la conversación o estamos ante un ejemplo de cómo el Estado con más presos políticos de América usa a su favor un suceso que encaja a la perfección con su narrativa de Gobierno bajo asedio?

Ello lo puso en evidencia Díaz-Canel el martes 26 de septiembre, cuando volvió a tuitear sobre el ataque a la Embajada en Washington: "Además de investigar y sancionar al culpable, las autoridades norteamericanas podrían ser justas y darles el lugar que merecen en la lista de patrocinadores del terrorismo a quienes auspician estos actos. También por justicia dejen a Cuba fuera de esa lista".

Más información

5 comentarios

Necesita crear una cuenta de usuario o iniciar sesión para comentar.

Es fácil cometer un auto-atentado "controlado" para montar una campaña publicitaria.

Profile picture for user padre Ignacio

Hialeah News informa que los cócteles Molotov fueron lanzados por un extremista ucraniano en protesta por el apoyo del régimen vitalicio de la familia Castro a la invasion rusa.

Profile picture for user Plutarco Cuero

Que pena q ese antro no se constuyera de algún material combustible ...

Profile picture for user padre Ignacio

Me dejo asombrado el canciller Parrilla que tan solo unos pocos minutos posteriores al atentado identifico al exilio cubano de Miami como los autores.

La Mafia cometió atentados en Miami; las víctimas: Mansferrer, De la Torriente, Donestévez, Emilio Milián. Los 3 primeros fueron asesinados. Milián perdió ambas piernas por una bomba colocada en su coche. Si lo de la embajada no fue autoagresión como todo indica que fue, entonces fue una cucharadita de su propia medicina.--_-_----__-_--------------CUBA, MECA DEL TERRORISMO INTERNACIONAL. Desde 1959, los más connotados terroristas del mundo se ha reunido en Cuba para intercambiar estrategias para desestabilizar las democracias. No olvidemos la Tricontinental, donde se reunieron los más temidos terroristas de América, Asia y África.