'Vamos contra la pared': la falta de combustible retrasa la preparación de la tierra para la campaña agrícola de frío en Cuba

Agosto es el mes por excelencia para adelantar en la preparación de las tierras para la campaña agrícola de frío en Cuba. Aunque se puede comenzar desde julio, especialmente cuando hay bastante área que roturar, y se puede aprovechar hasta septiembre, si las condiciones del tiempo lo permiten, el octavo mes es el ideal para no tener atrasos ni ser sorprendidos por las lluvias del otoño, que pueden durar varios días. En 2022, los campesinos no pudieron aprovechar este momento del año, al menos en Holguín.

"Este año poca gente ha podido arar la tierra, porque los tractores cobran demasiado y no hay petróleo. Y ya, como aquel que dice, agosto se fue. Eso es preocupante, ahorita viene el agua (las lluvias) y se queda la tierra perdida", comenta Gustavo, un campesino de la provincia.

"Yo tengo una yunta de bueyes, pero la tierra está muy dura. Los animales la ponen dura. Después de la cosecha de primavera escasea la yerba y siempre los soltamos para que repelen los restos de cosecha y las hierbas que dejan.  Todos los años lo hacemos así, porque después se rompe con tractores y cruzamos fácil con los bueyes después. Así nos funciona. Pero este año es diferente, no se ha podido romper", explica este agricultor.

"No hay quien are con los tractores particulares porque (por) el pedazo, que costaba 1.000 pesos, ahora piden 6.000. Es que el petróleo está perdido y a 100 pesos y las gomas subieron también, es lo que dicen. Todo va para arriba y así no nos da la cuenta, no juegan precios con inversión. La cooperativa lleva más de un mes haciendo gestiones con los tractores estatales de la Empresa Agropecuaria, que son los que deberían prestarnos el servicio y es un precio acorde, pero dicen que todavía no hay combustible. Yo creo que esto está perdido", asevera Gustavo.

Muchos campesinos ni siquiera tienen bueyes, porque han sido víctimas del incremento de los robos en el campo, como es el caso de Carlos, dedicado al cultivo del tabaco, viandas y frijoles.

"Ni sé si podré sembrar esta campaña. Este año está malo desde que comenzó y por lo que se puede ver va a estar peor con tanta crisis de todo y catástrofes en el país", dice.

"Primeramente, no tengo bueyes porque me los robaron, y fue de día, en un momento que les quité la vista para almorzar. Tampoco estoy loco para gastar miles de pesos en roturación con ‘los particulares’ sin saber después si voy a poder coger los frutos. Gastas una barbaridad y después te dicen que no hay abono ni productos, y te embarcas. Veremos qué pasa en septiembre, si aparece con qué arar, pero ya la cosa está atrasada, vamos contra la pared y pinta feo", añade Carlos, con poca esperanza.

La campaña de frío es la más importante en Cuba en cuanto a volumen productivo y rendimiento agrícola. Es la etapa óptima de la mayoría de los cultivos comerciales y de más demanda entre la población. El boniato, la yuca, la papa, el arroz y la malanga dan sus mejores rendimientos por hectárea en esta campaña. 

En el caso del tomate y la hortalizas, los productores privados, que son los que cultivan la mayor parte de estos alimentos en el país y no cuentan con casas de cultivo protegidas, solo pueden hacerlo en esta etapa, que es cuando los consumidores pueden adquirirlos en los mercados y puntos de venta a los mejores precios.

El tabaco, por su parte, con gran valor comercial, es netamente de frío, al igual que los diferentes tipos de frijoles. En cuanto al maíz, hay dos cosechas en el año: la de primavera y la de frío. En la primera, este cultivo tiene, potencialmente más posibilidades de rendimiento, pero también suelen fallar más las lluvias que en la última. Por ello, resulta vital hacer una buena campaña de frío, máxime si hay una crisis de alimentos en el país.

"Estamos preocupados, porque más del 50% de las tierras en la cooperativa que dirijo están sin romper (roturar al menos una vez, de tres o cuatro que lleva antes de la siembra). Si no hay disponibilidad de combustible pronto, la campaña de frío se nos cae", señala un directivo de una cooperativa en el territorio, bajo anonimato.

"Tenemos el llamado del Partido (Comunista de Cuba) para sembrar más de lo planificado, pero sin bueyes, prácticamente, y sin combustible para los tractores, es imposible. Tampoco hay garantías de si habrá fertilizante, ni semillas, ni medios químicos de protección. Y lo primero es roturar, y no se ha conseguido todavía. No es un caso aislado, todas las formas productivas están igual. En las reuniones se ventila y se dice que hay que buscar soluciones. ¿Pero dónde?", pregunta con pesar.

Llama la atención que ninguno de los entrevistados menciona las 63 medidas gubernamentales destinadas dinamizar la agricultura cubana, y que, al parecer, no tienen ningún impacto en el campo y solo sirven para llenar informes y dar la impresión de que se tiene un plan. Los campesinos se enfocan en los problemas concretos, como el aumento de los robos en las fincas y la falta de combustible que impiden la roturación de las tierras.

Cuba vive una crisis más aguda que las de costumbre en las últimas seis décadas y cada año supera al anterior en carestías e inflación. El desabastecimiento de alimentos es una de las vicisitudes más sensibles, paleada parcialmente con las producciones agrícolas locales. Si estas se deprimen por una campaña de frío más ineficiente que de costumbre, el impacto será directo y muy negativo en las mesas de los cubanos durante los próximos meses.