El régimen cubano continúa dependiendo de donaciones para enfrentar la pandemia de Covid-19 y proteger a sus sanitarios del contagio, pese a que la propaganda oficial vende a Cuba como una potencia médica.
Una donación de insumos sanitarios procedentes de Italia para apoyar en el enfrentamiento al Covid-19, informa el portal estatal Cubadebate.
De acuerdo al medio estatal, la carga consiste en 280 toneladas de material para uso médico como ropas desechables, espejuelos y otros materiales de bioseguridad, que fueron enviados por la Central de Trabajadores de la nación europea.
Sergio Vasoli, representante de la organización sindical italiana, comentó vía internet el interés de ayudar al sistema sanitario de la Isla y potenciar "este pacto de solidaridad en un momento difícil a nivel internacional", según la nota de Cubadebate, que cita al Noticiero de la Televisión Cubana.
La falta de mascarillas y medios de protección frente a la pandemia fue una queja constante de los sanitarios cubanos que trataron a pacientes diagnosticados con el coronavirus.
En abril de 2020, cuando las cifras aún no se habían disparado en el país, el Hospital Julio Aristegui Villamil, del municipio Cárdenas, en Matanzas, fue declarado en cuarentena a causa de un brote. Seis trabajadores resultaron infectados.
En el propio mes, varios médicos y familiares de profesionales de la salud de Villa Clara denunciaron en Facebook que el personal sanitario no tenía "suficientes implementos de seguridad" para protegerse del Covid-19.
Pese a que el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) aseguraba contar con medios para la protección de sus médicos y enfermeros, para entonces ya se había contagiado un centenar de profesionales de la salud. En mayo de 2020, se reportó otro brote en el Hospital Clínico Quirúrgico Faustino Pérez, de Matanzas, donde más de una decena de personas dio positivo a la enfermedad, entre ellos, varios trabajadores.
Además de contraer el virus, fueron sancionados por no protegerse. Una de las represaliadas, Elizabeth Díaz Vázquez, del Servicio de Terapia Intermedia, cuestionó en Facebook la forma en que se había manejado la situación y explicó que se habían esforzado mucho diseñando sus propios medios de protección. "… lo que pasó es que no eran los adecuados para un virus donde su contagio es bien alto. Entonces, ¿somos culpables?", escribió.
Un año más tarde, cuando las cifras de contagiados y fallecidos por el Covid-19 escalaron de manera abrumadora, los médicos, que continuaban sin contar con los medios de protección necesarios, tuvieron que soportar que el primer ministro Manuel Marrero los culpara de la crisis sanitaria.
En agosto de 2021, tras múltiples quejas de los profesionales cubanos de la salud por la falta de recursos para protegerse y para tratar a los pacientes y el colapso de varios hospitales, el grupo farmacéutico PharMaland Co. Ltd, de Tailandia envió 20.000 pantallas faciales protectoras para el personal médico de la Isla.
Este envío formó parte de la ola de donaciones de comida, medicinas e insumos médicos que empezaron a llegar a Cuba tras las históricas protestas que sacudieron el país entre el 11 y el 13 de julio de 2021.
El Estado cubano tampoco distribuyó mascarillas al pueblo ni las vendió en las farmacias, todas de su propiedad. Las personas han tenido que arreglárselas con nasobucos de confección casera o comprarlos a sobreprecio en el mercado negro, si los encuentran. Pese a no haberlos proporcionado por ninguna vía, el Gobierno ha exigido el uso del nasobuco y muchos cubanos han sido acusados de "propagación de epidemias" por no llevarlo o tenerlo mal colocado.
A mediados de febrero, el Gobierno cubano reconoció que recibió al menos 135 donaciones de 40 países, en 2021. La mayoría procedía de agencias internacionales y gobiernos aliados que llegaron en ayuda de La Habana tras el estallido de las protestas del 11J y en medio de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19.