La periodista y activista feminista cubana Marta María Ramírez criticó al doctor Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), quien no se ha pronunciado contra las medidas restrictivas que sufren las madres solteras con hijos pequeños, a quienes no se les permite salir a la calle.
"Hace unos días pedí ayuda al doctor Durán en Twitter para las familias a las que no nos queda de otra que salir a la calle con bebé", escribió Ramírez en su perfil de Facebook, y luego agregó que precisan "ayuda para que la Policía no nos multe, encarcele o lo que se le ocurra, porque su atropello contra madres y sus hijxs ha quedado al descubierto en cuarentena".
Según relató la periodista, Durán ignoró su solicitud, al igual que cuando le escribió cuestionando "el protocolo que separa a madres e hijxs lactantes ante la sospecha de Covid-19 y el uso de nasobuco en menores de tres años", y además "indicó con su voz autorizada que las familias que sacábamos a nuestrxs hijxs éramos irresponsables".
En opinión de Ramírez, "Durán olvidó su tarea como epidemiólogo. Quizá porque el país no maneja cifras de hogares monomarentales, que a simple vista crecen y crecen. Pero él no las ve desde su oficina".
La feminista añadió: el doctor "nos ha condenado nuevamente, a nosotras y a nuestrxs hijxs, a morir de hambre, si nuestras redes de apoyo faltan", al mantener vigente la prohibición de salir con los hijos pequeños.
"El Estado, en su voz, se desentiende, como era de esperar dado su desactualizado Código de Familia de 1975. El Gobierno da la orden: ninguna embarazada o mujer con niñx podrá comprar en una tienda. La Policía cumple ciega. La cola mira para el otro lado: ¡qué se jodan! Algo habrán hecho para estar solas", escribió Marta María Ramírez.
"Exijo que el Estado/Gobierno/Partido cubano proteja nuestras maternidades y a nuestrxs hijxs. No ocultándonos en casa, como los violentos, sino con políticas públicas muy fáciles porque estamos censadxs, que vendan lxs productos de primera necesidad para la infancia y sin impuestos, que protejan a las familias que, aun así, no pueden costeárselos", agregó.
Ramírez pidió también a "cada persona de bien que colabore con las madres cubanas solas, con nuestras criaturas. A las actuales compañerxs de los padres de estación que quieren derechos sin cumplir deberes, a sus amigxs, familiares... que los animen (ese no es el verbo que quiero) a cumplir con sus responsabilidades con lxs hijxs".
De cualquier modo, explicó que esa "no será la solución", pues habrá que exigir también a las autoridades.
"Quítense las máscaras de progres, que no hay progreso sin infancia alimentada, protegida, apapachada y amada. Esto sirva para el Estado, padres irresponsables e individuxs que los rodean acríticos", concluyó.
La activista defensora de los derechos de la mujer e integrante del Comité por la Integración Racial, Marthadela Tamayo contestó a Ramírez: "¡Has escrito algo que realmente es así, tal cual! Muy claro y directo".
Una usuaria identificada como Cuca Hernández escribió que en esa situación no solo se encuentras las madres solteras sino "también los ancianos solos, los impedidos físicos y los hogares donde se combina todo eso", por lo que dijo que "para todos ellos deben estructurarse programas de atención más palpables, porque los que cuenta el noticiario si fueran reales es obvio que han sido insuficientes".
Otra usuaria, María Enma Labacena Rodríguez, dijo que Ramírez "puso todo sobre el tapete y me ha puesto a pensar. Les digo que la apoyo y que quizás me busque un problema por decir que libro una batalla constante en mi trabajo como trabajadora social que soy, que a diario expongo mi preocupación por las familias vulnerables".
"Esas madres solas precisamente son las que debemos atender con mensajerías, dar prioridad en el mercado y la farmacia. En estos momentos estamos llevando una ración de comida a personas de más de 65 años que generalmente no paran en sus casas, están en las colas de pollos, aceites y muchos trabajando", añadió.
La pandemia del coronavirus y las restricciones impuestas por el Gobierno cubano han agravado la situación de vulnerabilidad de diferentes sectores de la población cubana como las mujeres embarazadas o madres de niños pequeños, las personas con discapacidad y de la tercera edad, a los que se les ha prohibido salir de sus casas o adquirir productos en los mercados.