Una pregunta —una más— que los cubanos se hacen ahora es cuál será la próxima crisis de desabastecimiento en la Isla que seguirá a la surgida hace unos días con la aguda escasez de gas licuado para cocinar. Y de ella se desprende otra peor: ¿hasta qué grado la elite estalinista castrista se dispone a agravar el malvivir en Cuba?
La falta de gas se acaba de sumar a las crisis —periódicas o definitivas— de la harina, el pan, la carne de puerco, pollos, huevos, pescado, puré de tomate, sal, aceite vegetal, leche, frutas, café, medicamentos fundamentales, gasolina, transporte, vivienda, basureros nauseabundos en las calles, etc, padecidas ya casi permanentemente por los cubanos de a pie.
Y aclaro lo de a pie porque los integrantes de la elite cívico militar que desgobierna el país, así como sus familiares, viven en una perenne dolce vita muy alejada de las penurias que ellos causan a la nación.
El pasado 14 de enero la Unión Cubapetróleo (CUPET), un remedo semántico de los consolidados estatales inventados por el "Che" Guevara, advirtió que los inventarios de gas actuales no cubren el consumo y que "solo podrá garantizarse para los centros que brindan servicios básicos".
O sea, que a no se sabe cuántos miles de hogares cubanos no se les garantizará el combustible. Ahora no solo disponen cada vez de menos alimentos, sino que no tienen cómo cocinarlos.
Además, se puso fin a la venta liberada de balones o bombonas de gas, y la venta racionada se restringió severamente. Mucha gente tendrá que cocinar con leña o carbón. En pleno siglo XXI los cubanos serán remontados a los años 20 y 30 del siglo pasado, cuando en carretones tirados por caballos se vendía por las calles carbón para cocinar. Por supuesto, los precios de la leña y el carbón se treparán a las nubes.
¿Organizarán los CDR ollas colectivas como en las aldeas medievales durante las hambrunas del siglo XIV, o las ordenadas por Pol Pot en Cambodia y que Fidel Castro pensó realizar en Cuba si se producía la "Opción Cero"?
En 2017 Cuba importó 115.200 toneladas de gas licuado y produjo 51.400 toneladas. La población consumió 93.000 toneladas y el resto lo absorbió la industria y el comercio. Esas cifras han caído drásticamente.
Todo irá empeorando en el curso de 2020
Además de la falta de gas, del qué cocinar con ese gas y de todas las crisis mencionadas, irán surgiendo otras grandes escaseces, esta vez con un agravante: el Gobierno financieramente está quebrado y tiene menos margen de maniobra que nunca para paliar las crisis de desabastecimiento, sobre todo por insistir en sostener militarmente a la pandilla que tiraniza al pueblo venezolano —lo cual le acarrea sanciones económicas de EEUU—, y por el inviable sistema económico comunista estalinista, ya en su fase terminal.
Todo en la Isla irá empeorando a lo largo del año 2020. Sin embargo, el ministro de Economía, Alejandro Gil, aseguró a fines de diciembre que no hay de qué preocuparse pues la economía cubana va bien y crecerá un 1% en 2020. En otras palabras, dijo que ni la economía está en crisis ni hay un "Periodo Especial II".
El dueto Raúl Castro-Díaz-Canel y su equipo de burócratas hacen juegos malabares en materia de propaganda para evitar que aumente el descontento en la población y ello derive hacia una desestabilización política del régimen. Y miente cada vez más desembozadamente.
A propósito de mentiras, hay que recordar que el Gobierno castrista contabiliza ciertos gastos sociales (salud pública y educación) como si fuesen ingresos, para así inflar el Producto Interno Bruto (PIB). Y la ONU y todos los organismos internacionales, en lugar de quejarse de las estadísticas cubanas manipuladas, las aceptan gustosamente e incluso felicitan al Gobierno por sus "esfuerzos en aras del desarrollo económico". Esto último lo hacen habitualmente la CEPAL y la FAO.
Pero la realidad es dramáticamente diferente. Economistas independientes estiman que el PIB de Cuba en 2019 realmente se contrajo entre un 3% y 4%, y pronostican un descenso de hasta un 5% o 6% en 2020.
Como era de esperar, según CUPET la culpa de que ahora tampoco haya gas la tiene la Administración Trump, que el 26 de noviembre de 2019 sancionó a la Corporación Panamericana S.A. y desde entonces "los proveedores se negaron a realizar las entregas planificadas para finales de diciembre e inicios de enero".
Lo que no dijo CUPET fue que el Gobierno de EEUU tomó esa medida porque dicha corporación pertenece a la empresa estatal Cubametales, que viola las sanciones estadounidenses contra la jauría criminal y narcotraficante que encabeza Nicolás Maduro, y sigue trasladando petróleo venezolano a Cuba.
A Obama le mordieron la mano
La falta de gas es grave, económica, social y políticamente. Por eso el régimen se empeña en que la población afectada por la falta de gas culpe a Washington. O sea, lo de siempre, que responsabilice a un Gobierno extranjero, y no al de su propio país.
Es puro fariseísmo que el régimen culpe a la Administración Trump de haber puesto fin a las concesiones que hizo el presidente Barack Obama a cambio de nada. Lo que hicieron los Castro fue burlarse e insultar a Obama, que estaba tratando de normalizar las relaciones bilaterales con su tesis, errónea, de que dando un abrazo a ambos hermanos, en vez de hostigarlos, los haría más razonables y harían reformas profundas en el país.
Ambos hermanos y sus compinches se encargaron de pulverizar aquel "acercamiento" de EEUU al régimen. Dieron marcha atrás al poco espacio concedido al sector privado, arreciaron el hostigamiento contra los cuentapropistas e incrementaron la represión política y la violación de los derechos humanos.
¿De qué se quejan entonces ahora Castro II, Díaz-Canel, Machado Ventura y toda la claque dictatorial, si cuando Washington les tendió la mano se la mordieron? ¿No es lógico que EEUU, ante esa actitud de intransigencia antiestadounidense, haya cambiado su estrategia con respecto al castrismo?
Debido a una aberración sembrada por los Castro en la Isla desde mediados del siglo XX, el cubano es el único pueblo de Occidente que culpa a gobiernos extranjeros de las desgracias que causa el suyo propio.
Según esa especie de cultura nacional políticamente impuesta por la dictadura, la pobreza extrema y el hambre en Cuba no son responsabilidad del sistema comunista implantado, sino de Washington. Ese sí es un "logro de la revolución". Fidel Castro siempre culpó a otros de las consecuencias de los desmanes y disparates que él cometía y que hundieron la economía cubana.
Quienes como efecto de esa machacona propaganda culpan a un Gobierno extranjero y no al de Cuba por los males que padece el país debieran reflexionar. Eso no es razonable, simplemente no es normal. Antes de implantarse el comunismo, Cuba era uno de los tres países con más alto nivel de vida en América Latina. ¿Qué pasó?
No, los culpables de todas las calamidades sufridas por los cubanos durante 61 años actualmente son Raúl Castro, su Junta Militar de "históricos", y el Partido Comunista. A ellos hay que exigirles que dejen de sostener en el poder a Nicolás Maduro, que liberen de una vez las asfixiadas fuerzas productivas cubanas, y que pongan fin a la pesadilla marxista-leninista.
Se acabarían las sanciones estadounidenses de todo tipo incluyendo el "bloqueo" y la Ley Helms-Burton, los cubanos dejarían de ser uno de los pueblos más atrasados de América y se podría reconstruir primero y construir después la Cuba próspera y libre que sueña todo cubano bien nacido.