Eduardo López-Collazo: 'De las estadísticas cubanas no me fío absolutamente nada'

El científico cubano Eduardo López-Collazo lleva cuatro libros de divulgación científica en dos años y acumula décadas de experiencia en España, donde dirige el centro de investigación del Hospital La Paz, IdiPaz, en Madrid.

López-Collazo presentó este año ¿Qué es la sepsis?, la última parte de una trilogía en la que se ocupa de enfermedades como el cáncer y el VIH. El científico habla con DIARIO DE CUBA sobre sus libros, la situación del Covid-19 en la Isla, su pasión por el ballet, entre otros temas.

"En Cuba, como son un régimen totalitario que puede imponer una cosa o no, sin ningún tipo de discusión, probablemente han podido mantener esa especie de meseta. Otra cosa, y que lo digo claro, yo de las estadísticas cubanas no me fío absolutamente nada, no me las creo jamás", afirmó sobre los datos ofrecidos por el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) en cuanto a la evolución del Covid-19 en la Isla.

Como dice el título de tu nuevo libro ¿Qué es la sepsis?

La sepsis es una enfermedad en tres estados: primero una infección, luego una sobrerreacción del sistema inmunológico –como matar una cucaracha con una bomba atómica: mata a la cucaracha y a todo lo demás– y después puede ser la caída en un estado de cansancio total, en el que el cuerpo no se defiende frente a nada.

Los tres momentos pueden causar la muerte y por eso es una de las principales causas de muerte de la humanidad en su conjunto y no entiende de países desarrollados, menos desarrollados o pobres. En los países desarrollados, según las estadísticas, es mayor que algunos tipos de cánceres juntos y que el infarto del miocardio.

Pero prácticamente nadie habla de la sepsis porque el paciente muere muy rápidamente. No hay oportunidad de que salga un famoso por la tele diciendo "tengo sepsis y me voy a morir en un tiempo determinado", como pasa con otras enfermedades.

Por otra parte, el estado final siempre se reporta como un fallo multiorgánico: le falló el hígado, los riñones… entonces se reporta como murió por un fallo de un órgano y se evita decir que murió de sepsis. No está en el argot popular la muerte por sepsis cuando es una de las patologías que más mata. De hecho lo digo en mi libro, el primer reporte en la literatura de la sepsis lo dice Homero en La Ilíada en uno de los versos y juego con el hecho de que quizás no sabemos mucho de la sepsis porque no leemos poesía.

¿Por qué salió a relucir tanto la sepsis con el Covid-19?

Justamente los pacientes con Covid-19 mueren de sepsis: el virus crea un caos en el sistema inmunológico, elevando mucho las defensa que puede llegar a matar a la persona en ese momento. Después los deja exhaustos, cansados y no se defienden contra otro agente patógeno que puede colonizarlos. Realmente mueren de sepsis, entonces ha florecido un poco el término y ya los medios comienzan hablar más. De cualquier manera, siempre va a aparecer que murió de la Covid-19 cuando realmente murió de una sepsis provocada por la Covid-19.

Mi libro es el tercero de una trilogía que he escrito: el primero fue ¿Qué es el cáncer?, el segundo ¿Qué es el VIH? y el tercero ¿Qué es la sepsis? En realidad, era el primer libro que quería escribir porque es uno de los temas de investigación míos que más me intriga, pero sabía que empezar por ahí no iba a ser demasiado popular y no se iba a leer tantísimo. Entonces empecé por algo un poco más impactante, al cual también me dedico, que es la investigación del cáncer, después el VIH que es algo muy conocido y ya termino con la sepsis para que los seguidores lleguen por la costumbre de leer los libros.

¿Cuándo llegará la cura para el cáncer y el VIH?

Cuando hablamos de cáncer estamos hablando de más de 200 enfermedades que tienen el mismo nombre, pero diferentes apellidos. Sería curar más de 200 enfermedades, lo cual complica un poco más la cosa. Cuando publiqué el libro siempre hacía un poco la salvedad de que si no ocurre una debacle en unos 10 años probablemente sería Historia. Pero la debacle ha ocurrido y se llama Covid-19. Con esta situación se han detenido muchísimas investigaciones en otros campos, incluido el cáncer. Por tanto, ahora mismo no me atrevo a decir que nuestra generación vaya a ver la cura del cáncer, aunque a lo mejor sí.

En cuanto al VIH, es una enfermedad que ya no mata como mataba en los años 80 y 90. Debido a la ciencia se tienen tratamientos muy eficaces para hacer la enfermedad crónica. ¿Cuándo se van a eliminar estas enfermedades? Cuando como sociedad, como comunidad, decidamos invertir en ciencia.

El gran ejemplo lo hemos tenido con la Covid-19: todo el mundo quiso tener una vacuna, nos pusimos de acuerdo, se hizo una inversión bestial para encontrarla y en nueve meses hemos tenido varios candidatos vacunales. Se han convertido en vacunas súper efectivas, con una efectividad que nunca habíamos tenido en la historia porque normalmente los primeros prototipos tienen un 50 o 60% de efectividad y estas están teniendo más del 90%, en algunos casos. ¿Qué es lo que falta? Dinero porque infraestructura, talento, ganas y vocación para curar estas enfermedades se tienen.

¿El mundo se enterará de que se necesita inversión para la ciencia?

No. Si hay una cosa que es infinita, además del universo, es la estupidez humana. Nos hace pensar en lo urgente y nos olvidamos de lo importante. "Solamente –como decimos en Cuba– nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena". Tronó con la Covid-19 y todo el mundo se puso de acuerdo. Ojalá hayamos aprendido la lección de que poniendo mucho dinero en ciencia vamos a poder paliar muchísimos de nuestros problemas. ¿Qué vendrán otros? Tendremos que hacer lo mismo.

Pero la experiencia me dice que no, salvo que haya un interés extremadamente personal en un problema determinado, no se hace y somos estúpidos por lo general. La humanidad es extremadamente estúpida, en ese sentido, porque muchas veces lo hemos demostrado. Si ponemos inversión en ciencia vamos a lograr cosas increíbles. Sin embargo, no lo hacemos.

¿Qué explicación encuentras a que mientras en el mundo la pandemia de Covid-19 sufre picos, en Cuba lleva durante semanas en modo de meseta con un promedio diario de unos 1.000 contagios y 10 fallecimientos?

No hay muchos datos porque una de las cosas que caracteriza al Gobierno de Cuba es la poquísima transparencia, digan lo que digan, son extremadamente oscuros. Es difícil analizarlo cuando no existen datos claros, son siempre muy edulcorados. Mirando desde afuera puede ser por las medidas que toman. Hay medidas drásticas de aislamiento de individuos sospechosos que inmediatamente se aíslan, lo que puede ayudar a este comportamiento no en pico, sino en meseta.

Lo que sí está claro es que el comportamiento ha sido totalmente diferente, no han tenido olas porque lo que ha pasado en el resto del mundo es que ha habido confinamientos, se ha desconfinado, ha vuelto a subir y luego ha bajado. En Cuba, como son un régimen totalitario que puede imponer una cosa o no, sin ningún tipo de discusión, probablemente han podido mantener esa especie de meseta. Otra cosa y que lo digo claro, yo de las estadísticas cubanas no me fío absolutamente nada, no me las creo jamás.

¿Cuán fiable son los candidatos vacunales del Gobierno cubano? ¿Cómo funciona el proceso para someter a un candidato vacunal al escrutinio internacional y conseguir su validez?

Eso me ha traído ciertos problemas porque he respondido preguntas parecidas alguna vez y se ha tomado con mucha vehemencia desde Cuba, me han cuestionado como "científico", han puesto imágenes mías, no voz porque evidentemente si la ponían, tenía que ser demasiada la manipulación para decir lo que ellos decían que decía.

La forma en la que se hacen los ensayos clínicos en el mundo están claras: hay una primera fase, una segunda y una tercera. Se aprueba por los organismos pertinentes pasando por los comité de ética.

Ahora, hay mucha confusión en la población porque hay gente que dice "estoy vacunado", cuando supuestamente están en una fase tres con unos requerimientos especiales. Todo es muy enrevesado para tapar lo que están haciendo: están probando la vacuna de manera masiva y diciendo que es una fase tres. Que es necesario porque la urgencia nacional lo necesita y sus comité de ética lo han aprobado, perfecto. Pero que no lo vendan al mundo como que es una fase tres porque tendrá problemas si quieren comercializar la vacuna.

¿Son buenas las vacunas cubanas? No tengo muchísima información sobre ello porque, como siempre, la transparencia brilla por su ausencia en Cuba. Pero no tengo por qué no fiarme de ellos. Conozco incluso a algunos de los científicos que la han desarrollado porque me suenan los nombres de haber tenido contactos con ellos en un pasado.

Me fío de que pueden ser perfectamente buenas y además en los escasos preprint (prepublicaciones), la estrategia es clásica que no tiene por qué no funcionar. Probablemente funcione. Ahora hay poquísimos datos sobre los candidatos vacunales cubanos. No desconfío de ellos porque la inteligencia está repartida por el mundo de manera homogénea y quienes las están desarrollando son tan buenos como los científicos que estamos afuera. No tengo por qué dudar de ellos.

Eso sí, están utilizando métodos de una dictadura que es la poca transparencia e imponer el sí porque sí. Yo lo que quisiera es que toda Cuba estuviera vacunada, igual que todo el mundo y que se llegara a una inmunidad de grupo a nivel mundial. No es mi deseo que las cosas en Cuba salgan mal, no.

¿Por qué tu eslogan la ciencia es sexy?

De manera general, los científicos se ven como la persona distraída, de aspecto feo, desagradable, desaliñado, que no se ha cuidado nunca, que nunca ha cogido una pesa. La imagen del científico loco se ha explotado muchísimo, alquien que es genial, admiramos, pero no deseamos ser porque no es una persona socialmente activa, ni socialmente exitosa.

Eso es totalmente incierto porque en la ciencia, como en todos los demás ámbitos, hay de todo: hay personas retraídas, pero hay otros muy extrovertidos. El mensaje es que no creo que haya nada más sexy y más cool que responder preguntas, que cada mañana te puedas levantar y le hayas arrancado un secreto a la naturaleza que antes no se conocía y ahora lo conoces, lo puedes explicar y, en algún momento, lo podrás aplicar de alguna manera para el beneficio de la humanidad entera.

Me parece extremadamente sexy y por eso siempre lo he usado como hastag para que los jóvenes con cierta vocación por responder preguntas no se crean que los científicos somos seres outsiders (ajenos a la sociedad). Somos personas que vamos al gimnasio, que nos rompemos el menisco por hacer tanto ejercicio, podemos tener una apariencia agradable, podemos ligar, hacer de todo y además somos científicos. Podemos hablar de otras muchas cosas que una gran parte de la sociedad no habla porque no ha estudiado. Tenemos otros muchos intereses.

¿Cuéntanos más sobre tu faceta de balletómano?

Me viene por los genes cubanos: el amor a la danza, tener oído. Me ha hecho mucha gracia en otros lados la falta de oído y que no tienen ritmo, no lo reproducen al bailar, no son sensuales. Eso lo hemos mamado en Cuba desde muy pequeños, es importante tener ese ritmo, bailar, seguir unas claves, una tumbadora.

Yo aproveché al máximo las oportunidades de ver cosas en Cuba y una de las cosas buenas es el ballet. Desde muy pequeño estuve frente a una pantalla porque yo soy de un pueblo que se llama Jovellanos (Matanzas), donde no había ballet ni oportunidad de ir al ballet. De hecho, yo creo que dedicarse al ballet en aquel momento era de homosexuales. Esa cosa tan imbécil del machismo y esa fobia que hay al diferente en muchas partes del mundo, incluida Cuba.

Una vez que me fui a La Habana a estudiar, empecé a frecuentar el ballet. Me encantaba la danza, esa forma de expresar con el movimiento, de mostrar fácil lo que realmente es difícil. Aprendí muchísimo y cada fin de semana íbamos a ver a bailar "por última vez a Alicia Alonso", que nunca era la última vez.

Estudié las escuelas para tener un criterio y poder escribir en un momento determinado. Comencé a escribir para mí mismo críticas o reseñas de lo que veía, se las enseñé a algunos amigos y me decían que "eran muy buenas". Primero estuve trabajando para una revista española que se llama Ocio por ocio, donde era el crítico de danza y también de cine. Luego ya me fichó una revista inglesa Bachtrack y hoy por hoy soy el crítico de ballet del periódico El Español.

Por supuesto, cada vez que viene el Ballet Nacional de Cuba a Madrid voy a verlo porque siempre me ha parecido una gran institución, muy cuidada a pesar de los problemas económicos que siempre han tenido. Cada vez que vienen, escribo sobre ellos. Es muy curioso que en algunos programas que me han mandado desde Cuba, hay varias reseñas mías alabando el buen hacer de algunas de sus representaciones como Giselle o El lago de los cisnes.

Sin embargo, cuando critico al Gobierno a partir de datos científicos sobre algo que está haciendo, me quieren matar, pero no se dan cuenta que cuando hay algo bueno lo alabo porque no tengo ningún problema en decir cuando hay cosas buenas y cuando hay cosas malas. Esa es la libertad que tenemos y que yo he comprado toda mi vida.

¿Cuándo escribirás la novela de tu generación?

No tuve que pasar ese calvario de ir pidiendo un favor. A mí me lo pidió la editorial Anaya. Escribí un primer libro, me dieron dos más y en dos años he escrito cuatro porque además de la trilogía escribí uno por el medio que se llama Coronavirus, ¿la última pandemia?, donde soy coautor con el español José Alcamí Pertejo.

Mis libros no son de divulgación al uso, no son peñazo de conceptos, conceptos y yo sé muchísimo y te lo estoy intentando demostrar. No, intento hacer como una pequeña novela corta donde voy contando mi vida como científico y las personas con quienes me he encontrado y con ese pretexto voy contando lo que sé. Son novelas cortas, donde además aprendes.

La novela de mi generación la quiero escribir. De hecho, te puedo decir que la estoy escribiendo.

¿Qué te parece que se pueda llegar a aprobar en Cuba la ley de matrimonio igualitario?

Para nosotros (los españoles) es Historia. El 3 de julio de 2005, me acuerdo perfectamente porque fue el día de mi cumpleaños, se publicó en el Boletín Oficial del Estado español (BOE) la aprobación del matrimonio igualitario, que nos da plenos derechos a aquellas personas que nos casamos con personas del mismo sexo.

Cuba tenía que dar ese paso hace mucho tiempo contra la fobia al diferente, que viene desde aquella cosa horrible de las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), que han tratado de tapar de todas maneras, pero que existió, machacó y terminó con la vida de muchísimas personas.

En Cuba estaba extremadamente mal visto. Yo si hubiese dicho que era homosexual no hubiese llegado ni a la universidad a estudiar Física nuclear, nunca hubiese entrado a un centro de investigación importante porque había que ocultarlo. Eso fue una realidad que nadie puede discutir.

Que se tome este paso en Cuba me parece fantástico por las personas como yo que allí tienen que vivir una doble vida para lograr sus objetivos. No es entendible que en los años 20 del siglo XXI estén pendientes de tu orientación sexual para lograr algo. No, mire, su orientación sexual no tiene que intervenir en nada para poder ser científico, artista o no ser simplemente nada. Espero que esta vez sí se apruebe y tendrá, por supuesto, mi apoyo y aplauso.