Tiendas cubanas en dólares: ¿es tiempo de decretar el jaque mate?

Las llamadas tiendas en MLC (Moneda Libremente Convertible), abiertas en medio de una pandemia que ha puesto a la economía cubana ante un nuevo "jaque", llevan ya siete meses funcionando. Pero, en contraste con una apertura relativamente abundante, hoy ni funcionan ni "resuelven".

En julio del año pasado, 72 de las 4.800 tiendas que en todo el país vendían productos en pesos convertibles (CUC) fueron convertidas a tiendas en dólares. El resto, pasaría a operar en pesos cubanos (CUP).

En enero de 2021, cuando las acciones de movimientos como San Isidro y 27N habían calentado el escenario político —el primero con una huelga de hambre que tenía entre sus reclamos el cierre de las tiendas en dólares— las autoridades retiraron el CUC, eliminaron varios subsidios y "gratuidades indebidas", subieron precios y salarios y le llamaron a eso "ordenamiento monetario". Así, dejaron a todo el mundo calculando una, dos, tres jugadas por delante, según la capacidad de cada cual, y ganaron tiempo.

Dos meses después de la implementación oficial del ordenamiento, y a más de medio año de la apertura de las tiendas en dólares, el panorama es aún más complejo para los cubanos y las tiendas en MLC lo empeoran.

"Si esto está sucediendo en las tiendas en dólares, no quiero ver en las otras"

Dos de las principales tiendas de La Habana, Carlos III y Cuatro Caminos, fueron declaradas focos de infección de Covid-19 y consecuentemente cerradas hasta nuevo aviso. Antes de cerrar, las colas en esos establecimientos abarcaban cientos de metros y mantenían a la población aglomerada durante horas.

Aunque en establecimientos de envergadura como estos se realiza la venta de artículos de aseo, alimentación y ferretería, en las tiendas menores, dispersas en los municipios, la venta es "especializada".

Un ejemplo de ello es Habana del Este, que cuenta con una extensión territorial de 144,9 kilómetros cuadrados, pero solo tiene una ferretería en la Zona 1 de Alamar, mientras que la tienda de artículos de aseo y alimentos se encuentra ubicada en Guanabo. Entre ambas unidades hay una distancia de 15 kilómetros.

"Recientemente retomaron la medida de que solo podemos comprar en tiendas de nuestro municipio; pero, si aquí no venden lo que necesito, ¿tengo prohibido buscar una tienda donde sí lo haya?", cuestiona Pedro Pablo, residente en el reparto Camilo Cienfuegos, de Habana del Este.

En otros lugares, como el municipio Playa, el problema no es la escasez de tiendas, sino que estas no dan abasto, lo que genera irregularidades.

"Colas que duran horas, recogida del carnet de identidad —lo cual es ilegal—, listados, pretickets de un día para otro, la delincuencia organizando las filas, la Policía vigilando, reprimiendo, y la gente molesta, pero soportando todo eso. Si esto está sucediendo en las tiendas en dólares, no quiero ver en las otras", dice Roberto, trabajador de un Bufete Colectivo.

Amén de lo antipopular de las tiendas en dólares, oficialmente denominadas con el eufemismo "tiendas en MLC" para evitar nombrar la moneda estadounidense, la severa escasez en todo el país y la entrada de dólares por concepto de remesas han generado una clientela que ha terminado por quedar insatisfecha.

"Mi hermana trabaja muy duro en Canadá para ayudar a la familia. Mensualmente, o cada dos meses, nos recarga la tarjeta para que podamos comprar las cosas que no aparecen en las otras tiendas; pero entre las colas, el cierre de algunas tiendas y la lejanía de otras, el dinero ha comenzado a acumularse sin que podamos gastarlo", explica Deysi, vecina de Luyanó.

Relacionados con este fenómeno están los revendedores que se dedican a hacer las largas colas para luego vender los artículos que compran, multiplicando por dos o tres el precio original.

"Hay un mercado en internet con de todo: champú, cremas, desodorantes, detergentes, alimentos, microondas, azulejos, etc. Yo misma he comprado algunas cosas de esta manera, porque no tengo tiempo para las colas", explica Sonia, quien se gana la vida vendiendo bisutería en un portal.

Otro aspecto que complica la vida a los cubanos son las tarjetas magnéticas, requisito indispensable para comprar en las tiendas MLC.

"Una vez que tienes el dinero en la cuenta (en divisas) ya no lo puedes sacar, aunque tengas un familiar enfermo y lo necesites. No. Es como si secuestraran tu plata. Tienes que gastarla en la tienda. Pero tú sabes que el cubano inventa. Entonces, alguna gente, como sí se pueden hacer transferencias, está vendiendo el MLC al mismo precio que el dólar real, que por la calle está rozando los 50 pesos cubanos", comenta Michael, empleado estatal.

Prácticamente sin divisas, el Gobierno cubano no vende moneda extranjera en sus bancos y Casas de Cambio, lo que estimula la subida del precio del dólar en el mercado informal. Otro efecto indeseado es la aglomeración de personas en los bancos. Muchos, aunque no tienen quien les envíe remesas, se abren cuentas en divisas "por si las moscas", mientras otros lo hacen con la idea de comprar el dólar "por la calle".

"Para entrar en el banco de la Zona 6 de Alamar (oficina comercial del Banco Metropolitano), uno tiene que madrugar. Tienes que llegar a eso de las 6:00 de la mañana para alcanzar un turno de los 100 que reparten a las 8:30. Te hacen formar en las afueras del centro comercial. Solo les falta obligarnos a tomar distancia, como en la primaria", se queja Heriberto, vecino de esa localidad.

¿Cuáles son las perspectivas?  

Lejos de resolver el problema del desabastecimiento crónico existente actualmente en Cuba, las evidencias demuestran que las tiendas en MLC, si bien han contribuido a que el Gobierno consiga divisas, han provocado grandes dolores de cabeza a los afectados de siempre. Pero, ¿cuáles son sus perspectivas?

"Las tiendas en MLC son un instrumento excepcional y único de Cuba (no conozco experiencias similares en otros países) para facilitar la recaudación de divisas para el Gobierno, en momentos en que fallan otras fuentes (turismo, exportación de médicos, inversiones extranjeras, incluso remesas)", explica a DIARIO DE CUBA el economista Elías Amor.

"En vez de transformar las mercancías procedentes del exterior a la moneda nacional por medio del tipo de cambio, que es lo que ocurre en el resto de los países del mundo, se autorizan transacciones en dólares con esos bienes, para que no se pierdan divisas en su paso al circuito interior de la economía", añade.

"El problema es que estas tiendas han creado graves desigualdades sociales entre quienes tienen dólares y quienes no, y el régimen comunista lo reconoce y lo asume por las circunstancias del momento", señala el experto. Las autoridades han dicho que se trata de una solución provisional, "pero se ha ido extendiendo a otras áreas, como la venta de insumos agropecuarios (…). Resumiendo, no es fácil saber cuándo llegarán las divisas a alcanzar los niveles de antes del Covid-19. Hasta ese momento, seguirán las tiendas", consideró.