El viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, acusó al Gobierno de Estados Unidos de incitar a los cubanos a emigrar a ese país y ahora amenazarlos con deportaciones masivas, aunque aclaró que el régimen está dispuesto a "asimilar" las devoluciones, en una entrevista en el espacio oficial de la Mesa Redonda en la que volvió a negar que el modelo impuesto en la Isla sea el culpable del éxodo migratorio.
"Resulta contradictorio y cruel que ahora se hable de expulsar a personas que han formado familias, tienen empleos y propiedades en Estados Unidos, después de haber sido incentivados a emigrar por las mismas políticas estadounidenses. Nos parece absurdo e injusto que Estados Unidos amenace con deportar masivamente a esta gran cantidad de cubanos, especialmente cuando existen acuerdos migratorios que han funcionado bien en el pasado", dijo Fernández de Cossío a la periodista oficialista Arleen Rodríguez.
El vicecanciller dijo que bajo estos acuerdos, Estados Unidos ha devuelto a Cuba a decenas de miles de cubanos desde mediados de los años 90, pero siempre dentro de un marco de normas y condiciones establecidas. De hecho, dos vuelos de repatriación han aterrizado en La Habana desde enero. La mayoría ha incluido menos de 100 deportados.
En tal sentido, dijo que el Gobierno "está abierto a asimilar devoluciones, pero siempre dentro de los términos acordados y tomando en cuenta la historia y las circunstancias, aun cuando Estados Unidos continúa aplicando políticas de agresión económica y de otro tipo".
Fernández de Cossío acusó a políticos en Estados Unidos de haber "generado un clima de acoso contra los cubanos, exacerbado por las declaraciones que insisten en que el socialismo es un fracaso" y, a continuación, se quejó de que "no dan a Cuba la oportunidad de demostrar lo contrario" si se levantara el embargo económico.
Señaló al secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, de haber "sido particularmente vocal, amenazando a los cubanos residentes con perder su estatus migratorio bajo la acusación de que mintieron al ingresar al país".
En palabras del viceministro, "esto es hipócrita", ya que ha sido política del Gobierno estadounidense "aceptar a los cubanos que declaran tener un 'miedo creíble' de regresar a Cuba" y consideró que "culpar a estas personas de haber mentido es una forma de intimidación que les impide visitar a sus familiares en Cuba, muchos de los cuales no pueden obtener visas para viajar a Estados Unidos".
Cossío omitió decir que muchos de estos casos han sido funcionarios cubanos, militantes del Partido Comunista, señalados por participar en acciones represivas en la Isla. Uno de los más sonados fue el de Manuel Menéndez Castellanos, ex primer secretario del Partido Comunista en Cienfuegos y colaborador cercano de Fidel Castro, quien en agosto llegó a Miami por reunificación familiar.
También están Rosabel Roca Sampedro, ex fiscal de Camagüey que se radicó en Houston, Texas, y el de la jueza Melody González Pedraza, quien llegó a Estados Unidos con un parole humanitario tras condenar a cuatro jóvenes a prisión por delitos contra la Seguridad del Estado en Cuba, un caso publicado por DIARIO DE CUBA y en cuyas entrevistas desveló la total subordinación de la Justicia al régimen.
Recientemente, la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC), una organización independiente que sostiene un proyecto para identificar a quienes han cometido violaciones a los derechos humanos en la Isla, declaró haber identificado a más de un centenar de represores que había logrado entrar a Estados Unidos, muchos de ellos mintiendo.
Para Cossío, "estas amenazas no solo afectan a los cubanos que han establecido sus vidas en Estados Unidos, sino también a aquellos que desean mantener vínculos con su país de origen". Reiteró que "es cruel que, después de haber sido incentivados a emigrar por las políticas estadounidenses, ahora se les amenace con deportaciones masivas y la pérdida de su estatus legal".
Según el funcionario, para su Gobierno, "el hecho de que Estados Unidos le preste una atención prioritaria al tema migratorio es importante" y también acusó a Washington de utilizar en las últimas décadas "la política migratoria como herramienta de desestabilización".
"Originalmente, para drenarnos de profesionales, para robarnos los talentos del país, y después con fines de desestabilización, mediante la negación de visas o la negativa a procesar visados para cubanos, pero a la vez estimulándolos a utilizar vías irregulares para llegar a Estados Unidos", dijo Fernández de Cossío que atribuyó "varias crisis" migratorias a esta situación.
La administración Trump planea revocar el estatus legal de unos 530.000 cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos a los que se les permitió ingresar legalmente a Estados Unidos bajo los "programas de libertad condicional" humanitarios temporales lanzados bajo el expresidente estadounidense Joe Biden.
La medida que se está considerando sería parte de un esfuerzo más amplio para poner fin a los programas de libertad condicional de la era Biden que permitieron que unos 1,8 millones de migrantes ingresaran a Estados Unidos.
Sin embargo, el Gobierno de Trump aún no ha abordado el tema de la migración ni ningún posible aumento de las deportaciones con el Gobierno de Cuba, dijo De Cossío a Reuters en una entrevista el martes, un día antes de que dedicara una Mesa Redonda al tema.
"No ha habido ninguna solicitud de esa naturaleza por parte del gobierno de Estados Unidos", dijo de Cossio. "Todavía no nos hemos sentado a discutir si eso sería una posibilidad".
Sin embargo, añadió el funcionario, las deportaciones a gran escala de cubanos inicialmente admitidos legalmente en Estados Unidos nunca fueron contempladas en los acuerdos migratorios entre Washington y La Habana.
"Cuando se hicieron los acuerdos, la posibilidad de que Estados Unidos admitiera a las personas, y luego las no admitiera, no se veía en ese momento como algo razonable. Así que cualquier cosa (como esa) tendría que ser discutida", dijo.
Más de un millón de cubanos han abandonado la Isla desde 2020, aproximadamente una décima parte de la población, un éxodo que, según los demógrafos, tiene pocos paralelos fuera de la guerra.
Estados Unidos y Cuba se reunieron por última vez para discutir la migración en diciembre, antes de que Trump asumiera el cargo, y están programados para reunirse en abril en Washington, aunque De Cossio dijo que el gobierno de Trump aún no ha confirmado esa reunión.
Esos represores, exfuncionarios del PCC, fiscales, etc son los que debieron haber sido deportados hace ratón y queso.
Los Tadeos los desenmascararon hace mas de 6 decadas, se acuerdan del chiste del colmo de matarte de hambre y darte el entierro gratis?
No han cambiado nada.
Este ministro está equivocado como todos ellos. Aquí no queremos los delincuentes, vagos, mentirosos, doble caretudos y comunistas. Solo queremos personas honestas y trabajadoras. Espero que Trump lo recojas a todos y lo ponga de regreso en su país cochiquera.
Este imbécil comunista (perdón por la redundancia) se contradice cada dos palabras, reivindica el miedo creíble a la vez que el derecho a visitar a la familia.
Todos los descarados que mintieron en la pregunta del PCC deben ser mandados back to Luyanó y si no los quieren recibir de vuelta que los dejen en un cayo y funden allí Jayalía by the Sea. Huevos no les faltarán, aunque sean de cagüama.
Cayó Sal me viene a la mente.