La Habana quiere producir medicamentos con Bielorrusia y abrirle puertas en Latinoamérica

Autoridades de Cuba y Bielorrusia quieren ampliar el registro simplificado de medicamentos y la producción conjunta, según declaraciones de la viceministra primera de Sanidad del país de Europa Oriental, Elena Krotkova, después de una reunión con una delegación enviada por La Habana, en la que se sellaron acuerdos.

"Las relaciones con el Ministerio de Salud Pública de Cuba se mantienen desde hace más de 15 años. El año pasado comenzó una nueva etapa de interacción, se llevaron a cabo varias reuniones y hoy se rozaron tres temas globales", dijo Krotkova, citada por la agencia oficial BELTA.

Según la ministra, "primero se discutió el tema del registro simplificado de medicamentos: los cubanos en el territorio de Bielorrusia y los bielorrusos en el territorio de Cuba".

De acuerdo con el medio estatal, ya el año pasado se registraron dos medicamentos bielorrusos en la Isla.

"El Ministerio de Sanidad espera que el registro continúe. Según Elena Krotkova, esto permitirá desarrollar la exportación de medicamentos bielorrusos con foco no solo en Cuba, sino también en los países latinoamericanos", añadió la información.

"El segundo bloque de temas fue la producción de medicamentos en nuestro país. Se acordó localizar una serie de productos biológicos cubanos. Hay experiencia en ese trabajo. Desde 2015 dos medicamentos cubanos se envasan en Bielorrusia", señaló la viceministra primera, sin precisar cuáles son.

Las autoridades de Minsk y del Ministerio de Salud Pública de Cuba también acordaron la formación de especialistas bielorrusos en la producción de preparados biológicos y el control de laboratorio. Además, se mostraron interesadas "en el intercambio de información científica, la participación en conferencias científico-prácticas en línea y fuera de línea, el intercambio de nuevos enfoques de organización para brindar atención médica a la población de ambos países", entre otras cuestiones.

Bielorrusia, estrecho aliado político del régimen de Cuba, aprobó en julio del año pasado el uso en ese país de la vacuna cubana contra el Covid-19 Soberana Plus. La Habana solo ha podido introducir sus inyectables en países de gobiernos afines, como Vietnam, Venezuela, Nicaragua, Irán, México y San Vicente y Granadinas.

Minsk y La Habana tienen acuerdos en diversas esferas de la economía, como la agricultura, el transporte y la industria farmacéutica. 

Este último sector enfrenta en la Isla una grave escasez que se agudizó precisamente durante la pandemia, cuando las autoridades ordenaron la producción de vacunas propias contra el coronavirus. Se produjeron no uno, sino cinco candidatos, para los cuales el Gobierno no escatimó recursos. De hecho, admitió, en plena crisis de medicamentos genéricos, que se desviaron recursos destinados a estos renglones para la producción de las vacunas. Todavía hoy estos productos siguen sin el aval de la Organización Mundial de la Salud (OMS).