Que al castrismo le gustaría adoptar el "modelo ruso" es obvio, pues este parece ser una fórmula estable para mezclar una parte amplia de economía liberalizada, con sectores estatales estratégicos falsamente privatizados, como banca, comunicaciones o industrias pesada y extractiva, todo bajo un Gobierno dictatorial que rinde cuentas solo formalmente, que dispone de mecanismos legales para concentrar y perpetuar el poder.
Pero en Cuba falta lo que dota de equilibrio al modelo ruso: un sector productivo (en Rusia son los hidrocarburos) que provea al Gobierno de ingresos suficientes para que pueda, sin perder poder, liberar el resto de la economía a la vez que tener recursos para el gasto corriente de toda dictadura: propaganda, represión, burocracia y botín para repartir y calmar las luchas de poder en la cúpula.
Destruida el azúcar, solo el turismo podría ser para el castrismo lo que son los hidrocarburos para Vladimir Putin, pero aun después de llevar años invirtiendo a ritmo irracional en hoteles, lo que ha descapitalizado la producción agrícola e industrial del país, no han logrado convertir al turismo en ese sector pivote, ni se logrará mientras los estadounidenses no puedan vacacionar libremente en Cuba.
Recuérdese que bajo Raúl Castro se logró un deshielo con Washington que, antes que Donald Trump, fue abortado por el propio Fidel Castro y esos ortodoxos que aún pululan en los vericuetos de poder del PCC y las FAR. No es aventurado pensar que el raulismo apostó a que, eventualmente, el embargo se flexibilizaría y entonces explotaría la industria turística en la mayor de las Antillas, pero eso no ha llegado.
En lo que aguardan tal desenlace, han estado ganando tiempo mediante reformas económicas que, mayormente, son maquillajes para infundir esperanzas al pueblo e ilusionarlo con que se está trabajando de manera diferente a la de Fidel, en un reconocimiento tácito de que aquel fue quien nos metió en este agujero. Otras reformas han sido maniobras de desplazamientos del ingreso nacional contra las pequeñas empresas cuentapropistas que estuvieron floreciendo hasta el 2019.
Solo recientemente, con la situación tocando fondo y tras el levantamiento nacional del 11J, comenzaron a introducir liberalizaciones parciales como la ley de MIPYMES, que en realidad es un primer paso hacia la privatización teledirigida que demanda el modelo ruso.
A esa crisis interna que, increíblemente, sigue profundizándose (el costo de tener electricidad es tener menos comida, medicina, transporte) se le suma una crisis exterior. Un juicio en Londres por menos de 100 millones de dólares podría ser el inicio de una cadena de demandas que lleven a Cuba al default. El economista Carmelo Mesa-Lago acaba de calcular que la deuda externa es de 29.787 millones de dólares, mientras que The Economist Unit estima que las reservas de divisas son de 4.103 millones, con lo que la Cuba castrista debe 7.26 dólares por cada uno que realmente posee. Eso no pinta bien.
Con ese panorama de fondo, a finales del 2022, Miguel Díaz-Canel hizo un humillante periplo por dictaduras amigas pidiendo que, por favor, le dieran más tiempo para pagar. Poco más de un mes después, una delegación de "empresarios" rusos acaba de reunirse con el Gobierno en La Habana y, en ese contexto, se anuncia que Cuba será asesorada en temas económicos por un instituto ruso de claras tendencias proeconomía capitalista.
No hay que ser muy listo para deducir que en el Kremlin le dijeron a Díaz-Canel que si quería tiempo y dinero, tenía, no solo que acelerar las reformas, sino hacerlas bajo asesoramiento y, por supuesto, a gusto de Moscú, tenía que aceptar prostituir una vez más la soberanía nacional si quería salvar al régimen… por supuesto que aceptó.
Así que si ahora el castrismo acelera la transición de una dictadura supuestamente socialista, hacia una dictadura supuestamente capitalista, bajo asesoría y control ruso, no es porque se sienta preparado para hacerlo sin merma de poder, sino porque, o directamente se lo impusieron en Moscú, o porque es consciente de que está al límite, y si no hace algo pronto, aunque sea arriesgado, se expone a otro levantamiento social y al abandono internacional de sus compinches totalitarios.
Por lo tanto, el anuncio de una nueva rusificación de la economía cubana es, por supuesto, una terrible y amenazante noticia, humillante incluso, pero es también confirmación de la crisis del régimen, y toda crisis, es también una oportunidad.
José Marti deseaba otro destino para Cuba. Hoy 28 de enero en America es su natalicio. Un día Cuba será libre, soberana y próspera.
Es algo así como que estamos ante la presencia de la “Enmienda Putin”,claro estaban los Americanos cuando condicionaron la Constitución allá por los inicios del Siglo XX con la Enmienda Platt que entre otras cosas le exigía a los Presidentes Republicanos no contraer deudas con otras Naciones.
El nuevo oligarca y jefe de la mafia cubana: Влади́мир Влади́мирович Canelo Пу́тин.
Con un pais que no produce nada, siempre han vivido de la limosna, rusia,Venezuela y el que aparesca.
Cuba prostituta y ponen foto de diazca jejeje, muy bueno
Ya en un comentario anterior dije que esa nueva iniciativa del régimen para reactivar la economía será bastante improbable, precisamente, debido a que al manicomio le falta lo que dota de equilibrio al modelo ruso (infraestructura y recursos).
Donde único puede sobrevivir, es mediante la economía parasitaria, que es la que les ha dado resultados durante todos estos años.
El inepto y demás ñángaras sólo están haciendo el paripé. En el fondo, deben estar pidiendo a diario a todos los santos y vírgenes que les aparezca una nueva URSS o Venezuela.
Excelente artículo. Efectivamente no sabemos si esta segunda brutal intervención rusa en la Isla --la primera fue en los setentas-- vino de Moscú o fue llevada allá por el señor Díaz-Canel para apaciguar al oso ruso en su apremio por cobrar deudas e intereses morosos.
Los próximos días nos darán respuesta, dada la colaboración o entorpecimiento de las tareas interventoras por parte de los cubanos, actividad que no será nada grata para los rusos tomando en cuenta la mediocridad de los administradores del Estado cubano.
La ruina del país es tal --con todos los frentes en crisis tarminal-- que no sabemos si efectivamente podrán ser reflotados. Hoy deambulan por la capital habrientos en busca de algo que comprar para comer, mientras se suceden altercados, menores por ahora.
Un escenario francamente pre distópico.
Gracias a la señora Rafaela Cruz por su vibrante texto.
Dear Johnny___ Pendiente de cada movimiento que da el régimen, a los cubanos se nos enciende una llamarada de esperanza cada vez que al régimen se le ocurre una “idea”. Especulamos sobre lo que ocurrirá, imaginanos escenarios sońados, posibilidades ocultas, tiramos los caracoles, los dados y consultamos las cábalas y apuntamos en la charada a ver si por lo menos nos “sacamos”.
Y así durante 6 décadas donde nos hemos entretenidos, dentro y fuera de la Isla con los mismos actores castrista, administraciones norteamericanas, conversaciones constructivas, diálogos necesarios, contactos bilaterales y por supuesto los rusos, los dueńos del circo . Ha sido un ejercicio mental para compensar la perdida de la patria. Dear Johnny lo único que arreglará aquello es la violencia revolucionaria. “Hay que darle candela al jarro hasta que suelte el fondo…”¿ se acuerda?
Herr Amadeus... el big problem es que ya ni jóvenes hay para que surja una revolución. Los viejos lacayos se aseguran de quedarse solos. Literalmente solos.
Me acuerdo estimado Amadeus, era la consigna de Tabernilla Dolz, militar de alto rango muy cercano a Batista desde el 33. Y no se equivocaba, pero el problema de la violencia armada en Cuba --no le niego que sería la vía para una solución definitiva-- es que tienen todo el poder y recursos del Estado y diferentes a gobiernos cubanos anteriores, no poseen límites morales ni éticos.
Destruida la sociedad civil, lo cual deja un vacío político nos queda el triste papel de cronistas de una cotidianidad signada por el horror y la inmolación, donde los que han intentado algo enérgico se pudren ahora bajo un régimen carcelario diseñado para exterminarlos por hambre, enfermedad y otras atrocidades aprendidas de los totalitarismos europeos.
A pesar del control total, parece inevitable la violencia futura porque la dictadura es la peor enemiga de si misma ya que no cesa en sus abusos, arrogancia y desprecio por el pueblo que incordiado y convertido en un enjambre pudiera ser mortal.
Saludos.
En el nuevo orden mundial, el régimen cubano ha optado por el bando de los oligarcas antidemocráticos. Resulta innecesario calificar a Rusia o a La Habana como socialistas o capitalistas, porque a esa gente no les interesan las ideologías sino su supervivencia como poder, con ganancias para sus escogidos. ¿Reformas que ayuden a la población? Bien, gracias.
Los detalles no importan. Lo que importa es que la clase gobernante en Cuba se pueda mantener en el poder, de la forma que sea. Total, si Cuba está prostituida hace mucho tiempo.