El economista cubano Pedro Moreal, demostró este sábado "la incapacidad gubernamental para proveer el necesario equilibrio macroeconómico", toda vez que "la inflación arrancó fuerte en Cuba en enero de 2025, con un incremento mensual de 2,06%, equivalente a una tasa anualizada de 27,7%, un nivel muy alto", escribió en su perfil de X.
Monreal precisó que, a pesar de que "no pocos economistas consideran que la medición oficial cubana subvalora el nivel real de la inflación del país", esta "se aceleró en los últimos cinco meses, indicando que sigue fuera de control".
Si bien "se produjo una moderación de la medición interanual de la inflación (24,23% en enero de 2025 vs. 31,69% en enero de 2024)", indicó Monreal, desde noviembre de 2023 esta "permanece en el entorno de 20% a 32%, un nivel elevado que cuestiona el relato oficial de 'avance' antinflacionario".
Esta sostenida tendencia inflacionaria "es 'halada' principalmente por el aumento del precio de los alimentos, reflejando la grave crisis agropecuaria del país", subrayó el economista y detalló que "el efecto de los 'alimentos y bebidas no alcohólicas' en la inflación total fue menor de 50% solamente en tres meses de 2024 y tres meses de 2023.
Sin embargo, "en enero de 2025 el precio de 'bebidas alcohólicas y tabaco' registró un inusual alto efecto en la inflación mensual, reflejando un extraordinario aumento mensual de 22,72% en precios de productos de consumo relativamente amplio, aunque no responden a necesidades básicas", recalcó.
El economista precisó que "el impacto mayor del efecto de los precios de 'bebidas alcohólicas y tabaco' en la inflación total de enero de 2025 correspondió a productos del tabaco", toda vez que, debido a la escasez, durante los últimos dos meses el precio de los cigarros se ha cuadruplicado en el mercado informal.
"Más allá del relato oficial sobre 'topes' y 'contrataciones' de precios, el dique que parece estar conteniendo una inflación aun mayor es la 'normalización' de una pobreza masiva relacionada con la compresión brutal del peso de la remuneración del trabajo como % del PIB", concluyó Monreal.
Varios economistas explican la situación actual a partir de afirmar que Cuba pasó en 2024 de la inflación a la estanflación (inflación más estancamiento económico); el dinero efectivo escaseó aún más, como parte de una política planificada para contener el incremento de la circulación, pero también para limitar aún más el consumo de los hogares. Todo ello, redundando en precariedad generalizada.
En tal sentido, en un artículo publicado por DIARIO DE CUBA en los primeros días de 2025, la economista Rafaela Cruz subrayó: "De momento, el Gobierno ha logrado contener la escalada de los precios reduciendo el poder adquisitivo de los cubanos y dificultándoles el acceso al efectivo, es decir, transformando la inflación en miseria —sin dinero no hay demanda—, pero adoptar un tipo de cambio flotante puede reavivar la llama inflacionaria si el Estado, como todo parece indicar, tiene que emitir dinero para comprar dólares. Marrero reconoce la existencia de una dolarización parcial; bien, pero ¿cuándo reconocerán la existencia del desastre total?".