El Gobierno cubano, lejos de resolver los problemas de alimentación nacional, tiene como "prioridad lucrar con las necesidades de la población". Por esta razón, no requiere incrementar la producción sino importar productos alimenticios que posteriormente comercializa en las redes minoristas bajo su control a más de un 240% de su valor, denunció el laboratorio de ideas Cuba Siglo 21.
Así expone el dossier número 13 titulado "GAESA prefiere importar carne que producirla", realizado por el economista Emilio Morales, presidente de Havana Consulting Group y vicepresidente de Cuba Siglo 21.
En el texto, Morales señala que cuando en 2010 el Gobierno cubano anunció un proceso de reformas para la transformación de la economía, uno de los objetivos fundamentales era estimular la producción agrícola nacional para disminuir la importación de alimentos, cuyo valor en aquel entonces excedía anualmente los 2.000 millones de dólares y representaban el 80% del total de alimentos que se consumía el país.
Sin embargo, las cifras demuestran el fracaso de las medidas 12 años después, según el estudio de Morales. "El resultado es que en 2022 el país tuvo que importar el 90,2% del pollo consumido. El valor en dinero de estas importaciones tuvo un aumento de 131,20%, al pasar de 291,06 millones de dólares invertidos en 2010 a 672,96 millones de dólares invertidos en 2022", señala.
De acuerdo con Morales, la entrada de las MIPYMES en la economía de la Isla tampoco ha influido en un aumento de la producción en la agricultura cubana. Las nuevas MIPYMES creadas están enfocadas en su mayoría en la importación de productos y la reventa de estos dentro del mercado interno, no en la producción agrícola interna, recuerda.
"Las MIPYMES no van a resolver la producción de alimentos, ni a GAESA le interesa resolverlo porque su privilegiada posición monopólica está sustentada sobre la base de la importación y circulación de mercancías, no sobre la base de la producción. Por esta razón es que en el país no existen leyes que prioricen y estimulen el desarrollo productivo. A GAESA no le interesa tener un competidor interno que le quite cuota de mercado y lo margine de obtener grandes ganancias", añade.
El dossier saca a la luz por primera vez un caso que demuestra cómo los intereses oligárquicos bloquean a los productores privados de alimentos, sean campesinos o inversionistas extranjeros.
"La suerte del consumidor –mercados abastecidos o desabastecidos de carne de pollo– quedó echada cuando en el periodo del llamado 'Deshielo', negaron permiso a la muy ventajosa propuesta de inversión por valor de más de 200 millones de dólares presentada por una empresa líder de la producción de pollo en Centroamérica y el Caribe, que en un breve periodo habría satisfecho la demanda nacional y generado un exceso para la exportación a otros mercados", señala el estudio.
La empresa no identificada en el dossier "entregaba todo a Cuba 'llave en mano': pie de cría, instalaciones, alimentos, medicinas, tecnología, supervisión técnica, así como los estudios de factibilidad". Según el documento, los ejecutivos de la empresa hicieron más de dos decenas de viajes a la Isla para asistir a reuniones improductivas y al final se fueron sin llegar a un acuerdo porque les exigían más del 50% de las ganancias y acciones cuando el Gobierno de Cuba solo aportaba los terrenos para las instalaciones.
"Comprar pollo congelado al 'enemigo imperialista' y venderlos muy por encima del costo de adquisición y transportación en las tiendas bajo el control monopólico de GAESA era más simple y lucrativo que producirlo. GAESA prefirió continuar su negocio de importación a fin de evitar compartir ganancias con el inversor y perder el control monopólico de los canales de comercialización mayorista y minorista de carne de pollo en el país", considera el informe.
Para el autor, "las calles no tendrían que estar hoy llenas de colas para adquirir pollos de importación a precios exorbitantes si la oligarquía guiara sus decisiones en interés del desarrollo nacional y no por la tasa de ganancias de GAESA".
"El lastre que impide el crecimiento de la producción agrícola y de la economía en general es el régimen de gobernanza vigente en la Isla: la estatización de los medios de producción, la centralización de la economía, el control de precios, el régimen estalinista de venta forzada al estado de la mayor parte de sus ganados y cosechas (sistema de Acopio), la falta de libertad de los campesinos para exportar e importar y buscar inversionistas de forma directa", enumera Cuba Siglo 21.
"En ese contexto de bloqueo permanente de libertades económicas a los genuinos productores del campo no es posible resolver el problema alimentario", advierte el autor y añade: "que liberen plenamente a los campesinos privados y reaparecerán los mercados con alimentos abundantes y a precios asequibles".
Morales alerta que la actual sociedad cubana no es de los humildes, por los humildes y para los humildes como anuncia la propaganda del régimen. "Estamos ante un sistema de la oligarquía, por la oligarquía y para la oligarquía. Una oligarquía improductiva, usurera y parasitaria que bloquea el desarrollo nacional y se desentiende de las necesidades básicas de la población", considera.
Sra. Faya: Sería muy rimbombante considerar que en Cuba existe un capitalismo ni siquiera extraño, un economista no tendría ni idea cómo calificar en qué momento de la historia estaría Cuba, el medioevo, la Edad del Óxido rumbo a la Edad de Piedra, no se podría definir, quizás el concepto de Realengo o Campo de Concentración sería más cercano a la realidad. Mis Saludos.
Y el exilio prefiere seguir mandando plata para engordar a la dictadura, le faltó al título del artículo.
Para tumbar a la dictadura se requieren solo dos cosas:
Todos los cubanos en las calles, se pueden sentar acostar, sacar los muebles, ir con sus hijos a la entrada de oficinas, hoteles, partido, pero TODOS la idea es paralizar el país.
El exilio dejar de enviar dinero, pero TODOS, ni recargas, paquetes, transferencias, nada de nada.
Morirán algunos? Puede ser. Pero igual están muriendo ahora y nada se consigue.
Lo único que nos falta es justamente lo único que tienen esos asesinos: ellos sí están unidos.
Con tal de no abrir la economía al libre mercado y a la comptencia de la oferta y la demanda, los gordos de GAESA prefieren darse „el tiro en el pie“ y seguir inventando disparates como importar productos agropecuarios que perfectamente se pueden producir en Cuba para abastecerse a si misma sin problemas.
Las MYPIMES son otra entelequia para entretener al personal con la ilusión de „libre empresa“ cuando en realidad es el mismo régimen quien esta detrás de estas para esquilmar los dólares de las remesa. Es un milagro que ese país no hay explotado ya con tanta incompetencia y desigualdad social.
En Cuba se produjeron huevos y pollos para el consumo bajo el socialismo estilo URSS. Hoy lo triste es ese "capitalismo extraño" que existe en Cuba, que uno no sabe ni cómo describir, pero ellos le llaman socialismo, revolución y continuación. No se produce, para comprar afuera; se arma una alharaca anual cotra el bloqueo, para comprarles pollos y hasta huevos a los bloqueadores; el pueblo pasa hambre y no les alcanza lo que tienen para comprar en MIPYMES, y los parientes les compran en negocios como el Katapulk. Aquello solo les rinde ganancias a los que sostienen ese invento.
Y mientras tanto del país se ha ido y se va todo el que puede, con su consecuente pérdida de capital intelectual y humano. ¡Brillante! para el desastre.
Yo diría que le compran los huevos a los "guapos yanquis" porque las "gallinas cubanas" son incapaces.
Tampoco es que le importe el abastecimiento de sus instalaciones sino las comisiones y coimas que cobran sus compradores y que comparten con sus empleadores. Así funciona la mafia de empresas cubanas, sin importar a quién pertenezcan.
GAESA, el brazo armado del contrabando que representa al cartel de Punto Cero no solo importa carne para el consumo de sus parasitos herederos y el trapicheo esclavista, tambien lo hace con todos y cada uno de los productos de primera, segunda y quinta necesidad, desde mangos y toallas para sus lavatines de dinero (hoteles) hasta bastones y gases lacrimogenos para someter a los descontentos.
Los gangsters socialistas saben que la produccion agricola e industrial debe supeditarse al control, por eso el abastecimiento no existe o es insuficiente en un campo de concentracion totalitario. Les basta, para ser inmensamente ricos, con vender reservas de minerales, langostas, tabacos y cayos, pues son el unico monopolio propietario de un archipielago.
Por otro lado, los amos tambien estan conscientes que la comida racionada, escasa y cara que necesitan sus esclavos, se la pagaran algunos cimarrones que escaparon al capitalismo, donde aun siguen encadenados.