"!Jama, aquí lo que hace falta es jama!", gritaba con desesperación etílica aquel Pánfilo que se hizo viral en YouTube. 15 años después, Manuel Sobrino, ministro de la Industria Alimentaria, le responde que "estamos procesando menos alimentos de lo que se procesaba en 2022 y 2021"; es decir, hay menos jama que el año pasado y mucha menos que la existente en 2009, cuando con petróleo venezolano pagado en carne de médico aparentaba mantenerse a flote la economía castrista.
Sin sonrojarse, el compañero Sobrino reconocía que "hasta el momento se ha podido adquirir un 38% menos trigo que en 2022"; de leche, "un 46% menos"; "aceite, un 44% menos"; en la pesca, "no andamos bien, estamos incumpliendo con solo un 58% de lo previsto y con un 23% menos que en 2022"; y en cuanto al pan, "algunos emprendimientos privados prestaron harina para garantizar las entregas" de la canasta básica.
Y no se sonroja Manuel Sobrino al decir que los culpables de tanto desastre son —¡faltaría más!— el "bloqueo", el Covid-19, y lo que eufemísticamente denomina "la guerra en Europa", la cual le ha venido como pretexto de lujo para explayarse detallando esas subidas de precios de alimentos en el mercado internacional que, según él, limitan las importaciones cubanas por falta de divisas.
Y aunque el argumento del ministro tiene la lógica superficial de toda demagogia, apenas se medita un poco surge la pregunta de si, ya que está subiendo todo, no habrán subido también los precios de las exportaciones cubanas, para con mayores ingresos por exportación equilibrar los mayores egresos por importación.
Pero parece que no está entrando más dinero pese a que los precios internacionales han escalado, pues en su más reciente intervención televisiva Díaz-Canel aseguró que "el problema fundamental del país es la baja disponibilidad de divisas", excusa que además usa para justificar cualquier fracaso: "nuestro Programa de Estabilización Macroeconómica necesita divisas y hoy no tenemos"; "no hemos tenido divisas para fortalecer nuestro mercado cambiario"; "el tema energético vuelve a complicarse por la disponibilidad de divisas"; "los procesos para crear riquezas en Cuba dependen de divisas"; "hay una contracción de la disponibilidad de divisas, eso provoca que podamos comprar menos alimentos, insumos y materias primas"; "el barco de combustible entró y no había disponibilidad de divisas para hacerle el pago".
Pero culpar a la falta de divisas de los problemas de Cuba es como culpar a la bala de un asesinato, cuando el único culpable es quien disparó el arma o, en este caso, quien asesinó a la economía nacional.
Y no hay que ir lejos para encontrar la causa real de que no haya divisas en Cuba, pues el mismo Sobrino confiesa que "hemos tenido que decidir si comprar leche en polvo o motores, por lo que ha habido que esperar para motores"; "la actividad pesquera requiere seis millones de dólares al año, hace cuatro años no habíamos podido comprar artes de pesca"; "hay un grupo de recursos que si el turismo los tuviera prestaría mejor servicio y habría más turistas, pero el Gobierno da prioridad a la canasta básica y al consumo social".
¿Se entiende que la falta de divisas no es el problema, sino la consecuencia de haber descapitalizado la economía fundiendo los recursos en gasto corriente? Han hecho como el caníbal famélico que decidió comerse sus propios dedos y, ahora, hambriento nuevamente, está sentenciado porque no tiene manos para cazar o producir alimentos. El castrismo ha estado comiéndose al país, por eso ellos cada vez necesitan guayaberas más anchas mientras nosotros, cada vez, cabemos más en una misma guagua. Ellos son el caníbal, nosotros los dedos.
Para muestra de este proceso solo un dato. El plan de exportaciones de la economía cubana en 2023 apenas supera los 3.580 millones de dólares, sin embargo, si no se hubiese destruido, descapitalizándola, la industria azucarera, y se mantuviesen producciones de siete millones de toneladas, solo en azúcar se habrían exportado este año más de 4.000 millones de dólares. Pero esa industria, que sobrevivió al fin de la esclavitud, más de cuatro guerras civiles, teas incendiarias, ocupación militar, dos guerras mundiales y las peores crisis económicas conocidas, no pudo sobrevivir al castrismo.
Es esta destrucción del nervio productivo de la nación, además, la causa de que el país no haya recuperado aún ni la mitad del PIB perdido por el Covid-19 cuando América Latina y el Caribe en 2021 ya habían recuperado más del 90% de la contracción de 2020.
Por supuesto, no es que en una crisis no se pueda y deba priorizarse el consumo sobre la inversión pues, a fin de cuentas, la alimentación es la inversión más importante y básica que debe hacerse. El problema es cuando esto se convierte en norma y durante décadas se mantienen niveles tan bajos de inversión que se va perdiendo capacidad productiva, con lo que cada vez es más difícil tanto producir como consumir.
Cuando para priorizar el consumo la inversión cae por debajo del umbral de amortización del capital físico, y esa situación se hace crónica, debe asumirse que el problema es interno y requiere transformaciones rápidas y profundas del modelo productivo, que es precisamente lo que no quiere hacer el castrismo porque, en última instancia, su modelo económico es un brazo más —uno vital— del aparato de control totalitario.
Ahora, tras llevar a la ruina la base productiva del país, el régimen se queja de no tener divisas, como si eso fuese un suceso independiente de sus 65 años de despotismo deslustrado. Que mal va Pánfilo, y Cuba, si aún no entienden que aquí lo que hace falta es libertad.
El artículo, como siempre nos tiene acostumbrados Rafaela Cruz, ¡Genial! El video que acompaña al artículo, al final, dos cosas que saltan a la vista:
1. Salen solamente personas mayores, ancianas muchas de ellas. No se ven niños por ninguna parte y
2. Las calles en uno de los fragmentos, se ven completamente vacías.
Cuba está desapareciendo ante los ojos del mundo y no pasa nada.
Cada uno extermina al vecino como puede... pero los kilómetros parece que nublan la vista.
El experimento cubano llevado a cabo por los ingenieros sociales anticapitalistas, anónimos salvadores de civilizaciones humanas colapsantes, no puede ser más exitoso.
¿ Cuánto se puede exprimir a un pueblo hasta que decida revelarse?
¿ Cuánto poder puede llegar a alcanzar un Estado en el siglo XXI sin que parezca una monarquía del medioevo?
¿ Cómo corregir el libertinaje capitalista que siguió a la Revolución francesa que tanto desarrollo trajo y que tanto amenaza hoy la supervivencia de la especie?
Los cubanos nacidos después de la segunda mitad del siglo XX somos privilegiados: fuimos escogidos para este experimento de salvación global.
Un experimento que necesitó, en primer lugar, desaparecer las palabras libertad y democracia para sustituirlas por pueblo y patria.
Necesitó de un Estado ultra poderoso que no necesitara esas tonterías llamadas triparticion de poderes, sociedad civil, derechos humanos o prensa independiente.
La Agenda 2030 avanza.
Cuba es su estandarte.
Que orgullo! Pioneros de la Agenda wow. Argentina llegó después y todavía viven el atraso de votar, Venezuela es la que más se nos acerca y España que quiere sumarse pero tiene mucho que aprender. Colombia va por buen camino, pero seguimos de Faro de América.
Sr. Equilibrio... sus interrogantes no son nuevas aunque nunca dejan de ser realmente interesantes. Cuba es -en la opinión de mucha gente estudiada que ha abordado este tema- un gran experimento. No por azares del destino y muy a pesar de lo que otros tantos creen y desde el interior del poder siempre se ha pregonado, esa lucha del Goliat contra David, la Isla sigue ahí... con una decadencia que va sin prisa pero también sin pausa. Lejos de cualquier pronóstico de fin del cuento, prevalece como si fuese el modelo futuro a seguir por la humanidad, sostenido en el tiempo. Ya nada me asombra en este mundo... o creo que muy pocas cosas. Lo lamento mucho por las nuevas generaciones... uno como quiera que sea, ya vivió. Y hablo en lo personal porque ya me encuentro en el ocaso de mi vida.
Excelente su artículo estimada Rafaela, como siempre, pero qué se puede hacer cuando un pueblo casi completo, al que su dictadura lo mantiene pobre, miserable, hambriento y sumido en la más triste falta de libertades, cada vez que se convoca a votaciones, acude en masa y le da su apoyo???
64 años parasitando a cualquier hospedero, por eso el descuido y la inoperancia del régimen. Cuba es una isla llena de marabú de parte a parte. Veamos si los rusos deciden hacerse cargo de semejante garrapata a cambio de espiar a los gringos desde el malecón de La Habana.
Doña Rafaela siempre aguda y acertada. Lo de los gordos de Gaesa se han convertido en un sainete criollo en el que ni ellos mismos creen, pero que les sirve para mantenerse coherentes dentro la mafia del poder que le sostiene sus privilegios.
La violencia revolucionaria es la única vía de liberación de los pueblos que como Cuba los gobierna una dictadura militar. Pero los cubanos no están en eso.
"La actividad pesquera requiere seis millones de dólares al año".
Peanuts. Eso valen los sanitarios de cualquier hotel fantasma de esos que brotan como setas de otoño. O cualquier cuentecita en Cayman lds de cualquier sobrino de esos.
Qué clase de cara tienen los mafiosos estos.
Buen articulo de eso que todavia algunos llaman economia. La falta de divisas en un campo de concentracion socialista es consecuencia unicamente de la imposibilidad de encontrar un host al que parasitar al estilo de la URSS o Venezuela, pues los secuestradores nunca cederian un apice del control totalitario por liberar las fuerzas productivas para que los sometidos se alimenten mejor.
No se trata de convenios, creditos o negociaciones ventajosas. La naturaleza del comunismo, especialmente el antillano, es parasitaria. Por eso, los esclavos solo pueden recibir una cuota mas de migajas cuando alguien los subsidia o les envian alguna donacion (limosna) solidaria.
Como siempre Rafaela, formidable.