"Las recientes cifras oficiales de inflación de julio indican que la medición interanual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ha mantenido en un nivel de un 40% durante todo el año 2023, que refuerza el empobrecimiento de los ciudadanos", alertó este lunes el economista Pedro Monreal en un hilo en Twitter.
En julio el IPC se ubicó en 322,85 con respecto a la base (2010), la variación mensual se situó en 1,06% y la variación acumulada en 41,77%, según cifras publicadas por la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
Monreal advirtió que, "considerando que los datos oficiales tienden a subestimar la inflación en Cuba, la situación pudiera ser más grave".
El economista señaló que, "a diferencia de meses anteriores, la inflación de julio se 'explica' principalmente por el precio del transporte, seguido por el aumento del precio de los alimentos".
"Tomadas de conjunto, tres áreas proporcionaron el 82% del 'combustible' para la inflación de Cuba en julio: 'transporte', 'alimentos y bebidas no alcohólicas' y 'restaurantes y hoteles'. Esta última incluye ventas de alimentos y bebidas no alcohólicas de la gastronomía", añadió.
El incremento de los precios del pasaje en ómnibus tuvo el mayor efecto en los precios de la división transporte, seguido por el precio de las tarifas de taxi urbano y bici taxi y de los taxis interurbanos, según los datos de la ONEI analizados por Monreal.
Aunque el queso blanco, los espaguetis, la carne de ave y el aceite redujeron sus precios, dos tipos de frijoles (colorado y negro, fundamentales en la dieta de los cubanos) encabezaron la lista con los mayores incrementos mensuales de precios en julio.
Según Monreal, en el caso de la bajada de los precios de la carne de ave (pollo, fundamentalmente) y aceite "no queda claro si fue el efecto PYMES", en referencia al peso que las pequeñas empresas privadas están teniendo como vendedores de esos productos de primera necesidad.
"El problema no es solamente la inflación, sino el crecimiento mucho más alto de los precios de consumo en comparación con la dinámica de salarios y pensiones. Una eventual moderación de la inflación no resolverá por sí sola el empobrecimiento desatado por el 'ordenamiento'", concluyó el economista.
El propio Monreal advirtió recientemente que "la capacidad de respuesta de oferta agropecuaria es un componente estructural clave para mitigar la inflación en Cuba, pero la política agropecuaria ha fracasado y seguirá fallando mientras no convierta el sector privado nacional en el pilar del sistema agropecuario".
Este año 2023 ha estado signado por los atrasos desproporcionados en el suministro de la canasta básica entregada a los cubanos a través de la libreta de racionamiento. Varios de los productos que conforman este grupo de alimentos son importados. Su entrega significa un respiro para el pueblo, incapaz de asumir la inflación escalonada con salarios estancados.
Como señaló la analista de DIARIO DE CUBA Rafaela Cruz en un reciente artículo, el régimen miente al enmarcar el drama inflacionario cubano dentro del problema inflacionario internacional, como si estuviesen relacionados y, por lo tanto, lo que está pasando en la Isla no fuese responsabilidad exclusiva de sus gobernantes.
"En Cuba la inflación se disparó en el año 2021 llegando a entre el 400% y el 700% —la mayor del mundo—, mientras los precios internacionales apenas subían 3,5%. Tal diferencia demuestra que las causas del batacazo cubano no fueron problemas externos, sino el fracaso absoluto de la Tarea Ordenamiento, comenzada el 1 de enero de ese año, insertada sobre el fracaso absoluto del sistema socialista impuesto el 1 de enero de 1959", escribió Cruz.
En un artículo más reciente a raíz de la "bancarización" y algunas medidas del Gobierno para incentivar el comercio electrónico, Cruz vaticinó más inflación en la Isla.
"Hay que desconocer los fundamentos básicos de la ciencia económica para proponer, en las condiciones actuales de Cuba, un 6% de bonificación para clientes que usen tarjetas o pasarelas de pago", señaló.
"No entienden que, en la situación cubana de máxima escasez y carencia sistémica de competencia en la oferta, la demanda se vuelve inelástica, viéndose obligada a conformarse con aquello que encuentre, prácticamente sin importar cuán mala sea la relación calidad precio, con lo que ese 6% de bonificación al lado de la demanda no hará ninguna diferencia en cuanto a las tendencias de compra que, por cierto, ya estaban recostadas en el comercio electrónico todo lo posible, por la falta de dinero efectivo que lleva meses sufriendo el país".
"Lo único que va a conseguir el Banco Central de Cuba con esta medida es disminuir en 6% su captación de dinero, lo que permitirá más circulación monetaria, con lo que —¿adivinan?— se generará más inflación", consideró.