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Ganadería

El Gobierno cubano aguanta la pata y mata a la vaca

Cuba ha perdido un promedio de 64.300 vacas anuales en los últimos 56 años de castrismo. Es la inoperancia de un régimen que extermina más vacas que todos los matarifes juntos.

La Habana
Vaca en un area rural de Cuba.
Vaca en un area rural de Cuba. AndreaB73/Pixabay

Cuando la prensa castrista y la independiente sintonizan su mensaje, los que están del lado de la libertad deben preguntarse en qué están fallando, pues si el oficialismo mediático apunta en una misma dirección reiterando un argumento, más cuando este simula ser autocrítico, de seguro ese argumento fue evaluado por el Departamento Ideológico del Partido y aprobado para desviar la atención hacia elementos periféricos de algún problema, evitando así que llegue a la discusión pública el núcleo de la crisis de Cuba: el sistema castrista.

Por tanto, cuando la prensa independiente replica las explicaciones oficialistas por parecer autocríticas, en realidad se está yendo con la de trapo y está contribuyendo a alejar la atención del verdadero origen del mal.

Así, lamentablemente, los periódicos independientes han repetido los argumentos oficiales sobre las causas de la crisis de hurto y sacrificio de ganado mayor que sufre la Isla, incidiendo en el mal trabajo policial o destacando que existe descontrol en el sector estatal. Se reproducen, además, testimonios de desesperados ganaderos que han sufrido robos, culpando al jefe de Sector de la Policía o al director de alguna UBPC, y razonamientos de expertos asociando el aumento de estos delitos con la ley que permitió el sacrificio legal en 2021. Pero estos argumentos opacan que es el sistema castrista el núcleo del problema.

Que el problema es sistémico lo demuestra que, en 2021, había en Cuba 3.712.300 reses, si se restan de esas las sacrificadas ilegalmente hasta febrero pasado, quedarían aproximadamente 3.600.000, lo que es casi exactamente la mitad de las 7,2 millones de vacas existentes en 1967. Es decir, Cuba ha perdido un promedio de 64.300 vacas anuales durante los últimos 56 años de castrismo.

Es ese fracaso del castrismo como sistema el responsable de que en 2021 se llegara a la pasmosa cifra de 92 cabezas de ganado mayor (bovino y equino) sacrificadas ilegalmente cada día, cantidad que en 2022 se multiplicó hasta las 226, solo para ser superada en enero y febrero de 2023 por un récord sangriento de 338 víctimas cada 24 horas.

Y nada de ello se debe —como la prensa oficial intenta hacer creer y la independiente está repitiendo— a un empeoramiento del trabajo de la Policía o de los ganaderos, sino que la razón de fondo, la que hay que exponer con claridad, es la inoperancia de un régimen que extermina más vacas que todos los matarifes juntos.

El aumento brutal de sacrificios ilegales —más del doble en 2022 que en 2021— es en realidad efecto del hambre generalizada, consecuencia del hundimiento de la agricultura como resultado de una siniestra política de inversión estatal, posible solo —y este es el meollo del asunto— por la existencia de un sistema antidemocrático donde el Gobierno actúa unilateralmente y sin rendir cuentas.

Hambre hay porque el sistema colapsó en 2021, cayendo la producción de carne de cerdo un 53,5%, la de carne de ave un 20.8%, la de ovino un 32.5% y la bovina un 13.5%, como resultado de decisiones económicas con un clarísimo sesgo político, de un gobierno omnipotente.

Como dueño que es del país, aun en medio de la crisis ese gobierno mantiene porcentajes de inversión tan obscenamente bajos en el sector agrícola, que para todo el 2022 Cuba apenas produjo, para cada habitante, 14 libras de carne de cerdo, 40 litros de leche y 145 huevos, una cantidad de proteína que a duras penas cubriría tres meses de todo el año.

Cuando la prensa independiente aborda estos temas desde la matriz informativa que impone el discurso oficial, se invisibilizan además las profundas consecuencias del estrés al que la matanza actual somete lo que queda de la ganadería nacional, cuyo destino cada vez se asemeja más al de la una vez mundialmente famosa industria azucarera cubana.

Así, a las más de 120.000 cabezas que se perderán este año si la escabechina continúa al macabro ritmo marcado en enero y febrero, habrá que sumar las pérdidas debidas a transformar las costumbres de cría —por miedo al robo de ganado—, lo que impide que los animales se reproduzcan, alimenten o beban adecuadamente —causa fundamental de muertes de ganado en Cuba—. Esto genera una importante merma en la producción, que acelera la degradación de la ganadería; lo que a su vez es síntoma de ese problema de fondo que jamás debe perderse de vista: que el sistema castrista debe ser hurtado y sacrificado antes de que no quede una vaca o un cubano vivo.

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2 comentarios

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Sra. Cruz
Me gustaría pedirle que abordara el tema del bloqueo si alguna vez tiene tiempo.
Lo que falta en las páginas web de la oposición cubana, para los extranjeros como yo que las leemos, son artículos sobre el bloqueo. Qué significa exactamente, cuáles son sus consecuencias reales sobre el abastecimiento, a qué productos y suministros afecta realmente, y hasta qué punto el régimen castrista está utilizando este bloqueo como pretexto para camuflar mejor su propia incompetencia o su deseo de mantener al pueblo cubano en un estado de miseria. Además, ¿qué alimentos y otros suministros llegan a Cuba desde Estados Unidos a pesar del bloqueo?
Porque en cuanto se habla de las dificultades económicas, de la escasez, aquí en Francia, por ejemplo, todo el mundo responde "bloqueo" como loros, sin saber lo que significa realmente.
Floréal Melgar (París)