'Aun teniendo el animal amarrado a la ventana, se lo han robado': la masacre de la ganadería en Cuba

El robo de ganado en Cuba se disparó un 145% en 2022 con respecto a 2021, reconoció el estatal Ministerio de la Agricultura en un reportaje publicado por el sitio oficial Cubadebate. Esto, a partir de la denuncias asentadas ante la Policía, que son solo una fracción del fenómeno, ya que a menudo los hurtos y sacrificios de reses no se denuncian.

Según la nota, durante el año pasado fueron denunciados 82.445 hurtos de cabezas de ganado (43.315 vacas y 37.130 caballos, entre otros), mientras que en 2021 esa cifra robos ascendieron a 33.690 (con 17.144 vacas y 16.546 caballos), una cantidad que ya era considerada enorme.

Según el Ministerio de Agricultura, los hurtos de 2022 suponen "5.000 toneladas de carne deshuesada" perdidas, o en torno a casi un kilogramo de carne por habitante en un año. Ello, si los cubanos pudieran consumir carne de vacuno, puesto que el régimen solo autorizó a partir de 2022 a algunos pocos campesinos a sacrificar y vender sus animales, después de cumplir muy estrictos requisitos.

Cubadebate entrevistó a Denis Sixto Rodríguez, director de la estatal Finca Corralito, de la Empresa Pecuaria Genética Camilo Cienfuegos, de Pinar del Río, quien aseguró que "nosotros en la empresa teníamos de cinco a siete hurtos y sacrificios en un año. Desde finales del año pasado, las cifras van en aumento. En noviembre, 29 cabezas; diciembre, 27, y en enero y febrero 40 animales cada mes".

"En Pinar del Río los animales siempre han estado sueltos en los potreros. A la provincia hay que venir, no como en otras, donde hay tránsito de personas. Aquí hay que salir por la autopista si quieres llevar carne para La Habana", comentó, antes de lamentar que ahora los campesinos se ven obligados a encerrar cerca de sus viviendas a los animales para poder protegerlos.

"Aun teniendo el animal amarrado a la ventana, se los han robado", reconoció. "Para un campesino, que le roben su yunta de bueyes representan una pérdida considerable no solo por el dinero invertido en los animales, sino también porque pierden el medio para sembrar. Igual si le roban un caballo, porque es su transporte, o la forma para cargar la comida de los propios animales", sentenció.

Por esa razón, comentó, muchos campesinos de la zona hacen guardia toda la noche para evitar el robo de sus animales.

"Esto es muy complicado, no es humanamente posible pasarse la noche entera despiertos y luego salir a las 4 o 5 de la mañana a trabajar", algo que afecta además al ganado, porque "se están confinando desde temprano a los animales de trabajo en un lugar donde no hay comida durante toda la noche, por lo que el rendimiento disminuye".

A lo anterior se suma el uso de la violencia por los ladrones. "Se me han dado casos de guardias de las unidades que han sido agredidos por los ladrones. Muchos de los custodios han pedido la renuncia, porque tienen miedo de la agresividad de los ladrones", confirmó.

"Unos policías detuvieron a un ladrón con unos sacos de carne y este, al verse acorralado, les tiró un machetazo. Si el oficial no se quita no hubiera podido contar la historia", narró.

Por si no bastara, la empresa pecuaria que dirige Denis Sixto Rodríguez está cerca de los límites entre el municipio pinareño de Los Palacios y la provincia de Artemisa.

"El animal que pase de aquí para allá, desaparece; si brincan el río o pasan el cañaveral, ya es por gusto", comentó, a lo que se suma la modalidad de entregar el animal robado en esos límites geográficos: "Ahora mismo, entregar un caballo en la frontera vale 10.000 pesos", aseguró.

A todo lo anterior contribuye la impunidad de que disfrutarían los malhechores. "Todos saben en cada lugar quiénes son las personas que se dedican al hurto y sacrificio, por donde las mueven, qué recorridos hacen, los lugares donde generalmente las matan, y aun así para llegar a cogerlos tienes que demostrarlo con pruebas", subrayó.

"No se puede hacer un registro sin pruebas. Ya una huella de olor no es suficiente para incriminar a nadie. Uno puede encontrarse a una persona dentro del potrero, a las dos de la mañana, con cuchillos y sacos, y eso no basta para procesarlo. Al final, estamos conviviendo con los ladrones", reconoció.

Asimismo, la Policía no posee los recursos necesarios para recoger las pruebas que inculpen a los ladrones. "Hay que tomar huellas, ver los rastros de sangre en los cuchillos y en la ropa que coincidan con los del animal sacrificado, igual que la carne. Estos son procedimientos que sí ayudarían a condenar a los ladrones, pero no siempre se hacen", afirmó.

De acuerdo con el reportaje de Cubadebate, cuando ocurren siete o diez robos en una misma noche en el municipio, como ha pasado, "la Policía no da a basto, ni tampoco puede llegar a todos los lugares". 

"Se pasan la noche despiertos en el monte durante los operativos y, sin embargo, los ladrones terminan sueltos al poco tiempo. Los propietarios de animales están muy decepcionados. La vida del campo y tratar con animales no es nada fácil, para que además te los roben, y luego que pasa no se haga justicia. Si las leyes no cambian, o se vuelven más fuertes, estamos perdidos", sentenció Sixto Rodríguez.

Como resultado, en medio de la profunda crisis que vive Cuba, con una escasez extrema de alimentos, la carne de res estaría en muchos lugares más barata que la de cerdo. Así que son muchos los que entran al negocio seguro.

El director de Ganadería del Ministerio de la Agricultura, Adrián Gutiérrez Velázquez, confesó para Cubadebate que "aunque lo veamos como algo actual, el problema real es el impacto que va a tener en la ganadería en el futuro. Al tener que proteger a los animales de los robos, nos vemos obligados a trancarlos. Es importante que las reses estén sueltas en la noche para comer. Así como están parece que los tenemos en un campo de concentración".

"A esto se le suma la falta de lluvias, que se ve más arreciado en los meses de seca. Si nosotros no resolvemos el tema del hurto y sacrificio nos vamos a quedar sin ganadería, porque los animales trancados desde las tres o cuatro de la tarde hasta el otro día se deterioran. Nos matan unos 50.000 de los tres millones de la masa ganadera, pero la gran preocupación es el tema del encierro", enfatizó.

Gutiérrez Velázquez reveló que el hurto se disparó a partir de junio de 2022, alcanzando picos de hasta 10.000 cabezas perdidas por mes. Y, a juzgar por lo que refiere Cubadebate, las autoridades simplemente no saben qué hacer.

Si a la situación en el campo cubano se suma el incremento de los robos, asaltos y la violencia delincuencial en las ciudades cubanas, de la que los medios oficiales apenas hablan, se explica el panorama de inseguridad creciente que se vive en la Isla.