En un artículo reciente, comentamos que durante este año que termina, casi todas las economías latinoamericanas habían recuperado parte importante de lo que a causa de la pandemia se había perdido en el 2020, con la excepción de Cuba, que destaca negativamente acumulando un 11% de pérdida de PIB.
La razón de que Cuba haya caído más y se esté recuperando peor, está en la estructura económica diseñada por el Gobierno, que durante un largo periodo ha apostado más de la mitad de la inversión nacional en desarrollar turismo, descuidando recapitalizar sectores que le pudieran dar más autonomía al país —incluso dentro del esquema centralizador castrista— como el agropecuario, la industria ligera o el comercio.
Hoy, la Isla es extremadamente dependiente del turismo para generar divisas con las que importar y sostener el consumo y la producción, una combinación letal en un mundo donde tanto los viajes de recreo como el comercio a larga distancia están seriamente afectados. ¡Y no hay plan B! Según declaraciones oficiales, las esperanzas de crecer 4% —cifra ridícula— durante 2022 se respaldan, principalmente, en la recuperación turística, pero…
Volvamos al inicio. Si bien dijimos que las economías latinoamericanas (y se puede añadir que también las más importantes del mundo: norteamericana, europea, china, británica y japonesa) tuvieron un importante repunte durante 2021, no hemos dicho que lo lograron en gran parte gracias a los estímulos monetarios, de inédita magnitud, que realizaron los bancos centrales de esas naciones para estimular la demanda agregada.
No es necesario entrar en datos, aunque estos son espectaculares y atemorizantes. Lo importante a saber es que este crecimiento económico mundial basado en emisión monetaria (es decir, en deuda) es sencillamente insostenible.
Aunque el alza de los precios al consumidor está siendo noticia en muchos lugares y la inflación alcanza récords no vistos desde hace décadas, esta aún es meramente un pálido reflejo de la verdadera dimensión de lo insuflado por los bancos centrales, pues la mayor parte del dinero, como siempre, se ha ido al mercado bursátil y está alimentando burbujas desde China al Reino Unido.
No en balde los mandamases de las más influyentes instituciones financieras —Reserva Federal, Banco de Inglaterra, Banco Central Europeo, Banco Popular de China—, viéndole los pelos al lobo de la inflación y temiendo caer en una trampa de liquidez (cuando inyectar más dinero no tiene efecto en la inversiones y el consumo) están anunciando ya que en 2022 harán tapering. Es decir, desacelerarán la expansión cuantitativa y demás herramientas de política monetaria usadas para ponerle esteroides a la economía durante 2021.
Algunos black swans (cisnes negros: expresión financiera referida a sucesos inesperados de gran impacto) rondan el horizonte y pueden, en cualquier momento, desatar pánico generalizado en un momento en el que el sistema económico no podría asumir los rescates que se hicieron en la crisis de 2008, pues los niveles de deuda nacional y privada de hoy, son muchísimos más altos que los de aquel entonces.
Por ejemplo, hay serias dudas sobre la salud del sector inmobiliario chino que, de caer, pudiera arrastrar al sector bancario de aquel país contaminando al resto, pues el Gobierno chino ha sostenido una agresiva política de inversión extranjera para mantener barata su moneda. De hecho, ya algunas de las mayores inmobiliarias chinas han suspendido pagos o los están haciendo solo en renminbi (yuan).
De lo que no hay dudas (solo hay que ver las previsiones de crecimiento para 2022) es de que la economía mundial va a ralentizarse muy notablemente. Eso, si logra aterrizar sin estrellarse, en cuyo caso los gobiernos están más desarmados que nunca, imposibilitados de efectuar políticas anticíclicas, tras haber quemado sus naves monetarias y fiscales durante la pandemia mundial.
¿Como repercutirá en Cuba ese escenario anunciado?
Pues debido a que el castrismo ha destrozado la producción nacional de alimentos, prácticamente erradicado la industria para consumo interno y, su mayor logro es casi extinguir la bicentenaria cultura, identidad y economía azucarera nacional, hoy la Isla está extremadamente expuesta al exterior y no tiene reservas internas que puedan compensar un descenso de sus exportaciones, incluyendo el turismo.
A causa de la errática conducción económica del Gobierno castrista, cuando en 2021 la economía mundial se calentó a razón de la trillonaria emisión monetaria que hicieron los bancos centrales, Cuba no pudo aprovechar el tirón y se quedó fría, creciendo un esmirriado 2% a costa de una profundización pavorosa de su déficit fiscal. Pero ahora, si es el resto del mundo el que se enfría, aunque sea un poco, Cuba va a congelarse.
El mejor negocio de la dictadura no es el turismo. Es producir emigrantes para que luego los mantengan. En eso han tenido exito. El turismo sufre vaivenes por pandemias y crisis. Pero las remesas son bastante mas estables.
De acuerdo con usted Daniel, pero recuerde que entre la pandemia y los disparates de OBiden la inflación en EU ha subido a una altura no vista desde hacía 40 años. La Heineken que es el lager de los balseros cocodrilos ha subido en un 15% su valor, lo cual les disminuye la capacidad de enviar dinero a la plantación Cuba, propiedad vitalicia de la familia Castro. En realidad la primera industria del país es la miseria que genera emigrantes y luego remesas.
Bueno, si , efectivamente. La miseria institucionalizada es la que genera emigrantes que luego seran ordeñados. Me ha hecho reir con eso del "lager de los balseros cocodrilos".
La haitianizacion sistemática de la plantación Cuba, por el régimen vitalicio de la familia Castro ha terminado en que las crisis tienen que ser muy graves para ocasionar un cataclismo como el visto el 11J, ni el exilio, ni la oposición interna lograron jamás cosa similar, los cubanos de la isla viven con casi nada. En los primeros años vivieron del superávit que dejó Batista, nombre que resulta casi pecaminoso mencionar, después vino la ayuda rusa y el CAME, jamás país alguno de nuestra querida y siempre solidaria America Letrina recibió tal ayuda. Ahora el 90% de los mulatos que tenían dos dedos de frente se fueron a EU y quedó la morralla, gente incapaz de identificar al gestor de sus males y animales capaces de matar por fanatismo político. El mayoralato de Biran ha recurrido a la única herramienta a mano, la represión despiadada contra los desobedientes, los que se niegan a seguir jamandose un cable, pero violencia genera violencia. Omicrom el peor fantasma de Díaz Canel S.
Es cierta la situación planteada, solo que el gobierno cubano siempre ha tenido un plan B bajo la manga, el sobrevivir ganando tiempo de las limosnas q tontos útiles le continúan dando, se incluyen en ellas las deudas condonadas...