Ante la desfavorable gestión productiva de las cooperativas agropecuarias en el país, que incluye el uso ineficiente de la tierra y su inadecuada inserción en las cadenas productivas, directivos del Ministerio de la Agricultura presentaron una propuesta de innovación con vistas al fortalecimiento y la consolidación de esas entidades. En la reunión donde se dio a conocer la noticia estuvo presente el mandatario Miguel Díaz-Canel.
En líneas generales, la referida innovación contempla dos variantes: la disolución de aquellas cooperativas que presenten una crítica situación económico-productiva, y por otra parte la creación de un Instituto de Fomento y Desarrollo Cooperativo con subordinación estatal.
Resalta el hecho de que no se informara si la citada innovación se relaciona específicamente con alguna de las formas cooperativas, o si engloba a las tres existentes: Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA) y Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS).
Lo cierto es que el pecado original de muchas de estas formas cooperativas, en especial de las UBPC, es que nacieron impulsadas "desde arriba", y no como una acción espontánea de sus asociados.
Hay que recordar que las UBPC surgieron en los duros años del "Periodo Especial", cuando el Gobierno decidió transformar la forma de gestión de buena parte de las improductivas tierras estatales, en un intento por aumentar la producción agropecuaria en aquellos tiempos de hambruna generalizada.
Sin embargo, dos décadas más tarde, ante la inoperancia de las UBPC, se dictaron nuevas medidas para lograr su revitalización, en especial otorgarles más autonomía. Mas, al parecer, la negativa situación de ellas continúa de mal en peor.
Precisamente, otro de los graves problemas que afectan a las formas cooperativas es la escasa autonomía con que operan. Se les ha obligado a vincularse con empresas estatales de la agricultura, las que en la práctica funcionan como implacables tutores de las cooperativas.
Han salido a la palestra quejas de varias CPA acerca de las trabas que encuentran debido a la acción injerencista de las empresas estatales. Por ejemplo, que para comercializar sus producciones deben firmar contrato con la referida empresa, y realizar la operación mediante la ineficiente entidad de Acopio estatal; que los insumos que necesitan les llegan a través de la empresa estatal, las que a menudo favorecen a sus fincas, en detrimento de lo que requieren las cooperativas; y que muchas veces los pagos a los asociados por la venta de sus producciones llegan también por intermedio de la empresa estatal, la que con frecuencia se halla carente de fondos, ocasionándose así el famoso y dañino impago a los productores.
Todas estas anomalías han provocado en los últimos tiempos una disminución, muchas veces por autodisolución, de todas las formas de gestión cooperativa en la agricultura. Y si tomamos en cuenta que las cooperativas operan más del 70% de las tierras cultivables del país, ahí tenemos una de las causas de la debacle que hoy experimenta el sector agropecuario.
Veamos algunas de las cifras emitidas por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) para el sexenio 2014-2019. En 2014 existían en el país 1.754 UBPC, 903 CPA y 2.504 CCS. La caída en picada durante este lapso provocó que ya en 2019 la cantidad de UBPC fuera solo de 1.496, las CPA ascendieran a 869 y las CCS alcanzaran la cifra de 2.463 entidades.
El mandatario Díaz-Canel, obsesionado como está con todo lo relacionado con las innovaciones, al hacer uso de la palabra en la mencionada reunión, se refirió a "la necesidad de fundar una institución que a nivel estatal atienda diferenciadamente al movimiento cooperativo".
Y otra vez los jerarcas del castrismo parecen tomar el camino equivocado. Porque lo que requieren las cooperativas es la independencia. Que el Estado les quite la tutela que impide el normal funcionamiento de esta forma de propiedad de grupo. Pero no. Ahora la innovación consiste en otra forma de tutela, esta vez mediante el flamante Instituto de Fomento y Desarrollo Cooperativo. Algo así como el mismo perro, con diferente collar.