Barbarie contra cultura: el cerco militar a San Isidro

Dos camiones de tropas especiales antimotines se han acantonado cerca de la sede del Movimiento San Isidro, de artistas independientes en La Habana. Se prepara el asalto militar contra una vieja casa donde una escasa decena de jóvenes cubanos desarmados leen poesía. Barbarie contra cultura. ¿Quienes son los "progresistas"? ¿De cuál lado esta el futuro mejor que merecen los cubanos?

En la vieja casona hay una representación de la juventud cubana que cree que un futuro mejor es posible para el país. Dentro de ese recinto hay amor, cultura y solidaridad. Fuera lo cercan el odio, la barbarie y la violencia. Dentro esperan su destino con la historia mujeres y hombres, blancos y negros, heterosexuales, gays y lesbianas. Artistas, periodistas, escritores, científicos entregados al peligroso crimen de leer poesía y hablar de futuro. Fuera, uniformados, solo esperan la orden del jefe de la manada para embestirlos. Son los ciegos guardianes de los privilegios de sus superiores. De esa elite de poder mafiosa que con su gendarmería incondicional aplasta proyectos de vida, iniciativas, sueños.

Los militares de GAESA no leen poesías. Solo los informes de sus ganancias. Ninguno profesa creencias "progresistas", sino su pretendido derecho a exprimir hasta el último dólar de cada ciudadano. Son brutos, no cultos. Su gendarmería esta entrenada en reprimir al pueblo brutalmente. Desde una intolerante perspectiva machista, racista, misógina, homofóbica. ¡Mueran "los otros"!

Se creen invencibles. Carecen de imaginación para ver la tormenta perfecta que vienen fomentando o la celda en que podría terminar su repugnante existencia. Creen "ganar" asaltando la casa en que un puñado de jóvenes desarmados leen poesía. No entienden que "tomar" esa vivienda nada significa en este conflicto. Han sido derrotados en el país donde ya nadie los respeta ni quiere. Tienen que irse. Ya es hora.